Pues hagamos una permuta compañero Xan y vaya hablilla por
anécdota y cuento por suceso.
Pues, "Erresulta que, como por
estos lares el Olentzero según las encuestas regala ya más
que los Reyes Magos
(¿gana finalmente el humilde y republicano carbonero a
personajes de alta cuna y consabida ideología monárquica?), estaba yo tal que
el 23 de Diciembre en una librería de Bilbao, de la cual no cito nombre
por no recibir porcentaje sobre publicidad, buscando algo interesante que
regalarme a mi mismo y en esas andaba, intentando decidirme entre el de
"Cerebro y Emociones" de Jauregui (del cual espero que hablemos
algún día pues sin duda viene que ni pintado en temas como el que
a la sazón venimos discutiendo sobre animalidad y diferencias entre
animales y seres humanos), una "Guía de Estimulación
Neonatal" y un buen "Manual de Psicopatología Infantil" de
Ollendick y Hersen, cuando de repente aparecieron por la planta dos pollitas de
calculo (y en esto como buen gourmet siempre he tenido buen ojo) unos 19
años pero que muy bien puestos (dos cuerpos sanone, con pelos
descuidadamente abandonados al estilo afro-salvaje-15.000pelas y con unos bodis
y pantalones-chaquetillas de sustancia plástica sin determinar y
llamativo colorido) que en conjunto estaban como para quitar el
hipo.
Llegados a este
punto la verdad es que, teniendo en cuenta lo mucho que me gustan los pajarillos
de colores, estaba yo ya más a lo que pasaba delante de mis ojos que a lo
que tenía entre mis manos (¡Imaginaros un Cerebro y sus Emociones
ante semejante dilema!).
Pues bien las
chiquillas pasan junto a mí y le oigo a una que le dice a la otra
"¿Seguro que lo has visto por aquí?" "Si,-le
contesta la otra- entre los libros de Psicoanálisis".
"¡Hosti tú!-pensé-¡la cagamos!, tan
jóvenes y ya perdidas"
Total que
empiezan a buscar y de repente extraen un libro titulado "Conoce tus Zonas
Erógenas" y algo así como "desde un enfoque
dinámico o cosa parecida". Total que se ponen a hojear el libro
sobre la mesa en la que tenía yo esparcidos mis manuales y las dos venga
a mirar lo que tenía yo entre manos (y no seáis mal pensad en s que
no eran más que librajos conductistas y similares).
Como parece que
tenían ganas de jarana y algo de coña marinera en el cuerpo (no en
balde se acercaba la época de los cotillones y parecían muy
interesadas en aprender sobre el tema del libro psicoanalítico en
cuestión) pues va una de ellas y me dice en voz baja "Jo tío,
vaya cosas que te lees, desde luego hay que tener ganas".
Ante esta
situación, cabía dos opciones:
A) coger el tema
por lo de las ganas y llevarme un buen soplamocos o bien, por la que finalmente
me decante de
B) decirles con
voz de curilla reprimido "Pues vosotras hijas la verdad es que
haríais bastante mejor en buscaros un libro que en lugar de llamarse
"Conoce tus Zonas Erógenas" se llamase "Conoce sus Zonas
Erógenas", porque las vuestras de lo que tenéis que
preocuparos es de que las conozcamos los demás.
Saludos escépticos desde
Bilbao.-((:.-)))))
P.D.: Azorado por mi atrevimiento (a veces
aún me pongo rojo y todo y no azul como mi buen amigo Ricardo) y por la
cara de corte de ambas hembras dirigime con vivo paso hacia la caja y finalmente
el Olentzero, de
naturaleza bondadosa como es, tuvo a bien regalarme todos los libros que
tenía entre las manos y que por la premura de la situación
¿olvidé? de dejar sobre la mesa.
|