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Re: [escepticos] Revista de Prensa: Vuelve el Hombre II



¡Hola!

Angel Riego Cue, el día 15-jun-99 14:44:04 escribias sobre: [escepticos]
Revista de Prensa: Vuelve el Hombre II

>[....] La cosa es mucho más compleja que señalar la ridiculez de un
>determinado dogma, aparte de que habría que ver cuántos de los
>autodenominados católicos creen realmente en los dogmas en los que
>obligatoriamente deberían creer.

Hoy en día, ni los curas creen en los dogmas. Dicen que creen, pero sospecho
que en muchos casos no es cierto. Para percatarse de ello, hay que escucharles
hablar muy atentamente y observar como sus palabras contradicen abiertamente
su fe, sin que ellos mismos perciban el absurdo en el que se hallan inmersos.

"La acción demoníaca", dirían algunos. "Los efectos de la razón", diríamos
otros. Nadie que permanezca en el debate de la vida puede escapar siempre a
la veracidad aplastante de los hechos probados y los argumentos que de ellos
se derivan.

Hace muchos años, acostumbraba a oir misa todos los domingos. Me gustaba
acudir a una determinada parroquia, porque el cura argumentaba con brillantez
inusual, alejándose del aburrido sonsonete típico de los curas de antaño,
quienes se limitaban a repetir incansablemente las frases hechas y los dogmas
que su religión les imponía.

Aquél cura adquirió el mal hábito de pensar, lo cual se deducía fácilmente de
sus palabras. Si duda, su inteligente discurso resultaba convincente cuando
hablaba del recto comportamiento que los cristianos debíamos demostrar, de la
moral y de la ética que debía imperar en nuestra sociedad.

Pero pensar parecía conducirle constantemente por nuevos caminos desconocidos;
le obligaba a enfrentarse a problemas y paradojas para los que la versión
oficial del discurso de su ministerio no aportaba soluciones racionales.

Este hombre, un día dijo algo que me llamó especialmente la atención.
Argumentaba contra el empeño de los materialistas agnósticos en creer solo
aquello que podían ver o se podía demostrar, acusándoles de no tener fe,
cuando de pronto oí algo que me impresionó.

No puedo reproducir las palabras exactas, pero su significado era inequívoco:
"estos hombres se empeñan en buscar pruebas de la existencia de Dios, cuando
lo cierto es que no las pueden encontrar, porque no existen. Es imposible
probar la existencia de Dios, porque a Dios solo se le puede conocer a través
de la fe". Evidentemente, el cura en cuestión no debía creer en milagros.

Si cogemos un diccionario cualquiera, veremos que el significado de la palabra
"agnosticismo" es mas o menos el siguiente: "Teoría que sostiene la
imposibilidad de que el hombre llegue al conocimiento de Diós o de las cosas
trascendentes, porque su razón solo puede llegar a entender las cosas
sensibles.

En ese mismo diccionario, la definición de Fe es la siguiente: "Virtud
teologal por la que se cree en las verdades de la religión".

Entonces comprendí que aquél cura era un agnóstico convencido, que defendía la
necesidad de la fe para creer algo que, por si mismo, resulta increible,
puesto que no puede ser demostrado. Obviamente, si era agnóstico, carecía de
la fe necesaria para creer que "la existencia de Dios si es demostrable,
porque se manifiesta en la realidad", tal como los dogmas católicos dan a
entender.

Si su fe no era suficiente para creer que la existencia de Dios es un hecho
demostrable, tal vez esta hubiese quedado reducida a un simple deseo intenso
de que Dios exista.

Sospecho que, si escarbamos un poco, todos los curas inteligentes son
agnósticos o magufos. Es mas, estoy pensando que quizas Monseñor Escriba,
llegó a beato de puro ateo.


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