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[escepticos] Galileo: no una prueba, sino la posibilidad de las pruebas.



Mi también buen amigo Niebla, alias Julio Negueruela ;-), escribía:


> No pero, imagínate una pequeñísima probabilidad de que, por ejemplo, la
> homeopatía fuera cierta (¡Huy lo que he diiiiicho!) ¿Justificaría eso
> que nos negáramos a aceptarlo sin tener una sola prueba? Por
> supuestísimo

Bueno, lamento que a partir de aquí comience a discrepar contigo :(.
Intentaré justificar esto.


¿Realmente era una prueba lo que pedía la Iglesia?

Ceeo que para responder a esto debemos fijarnos en el célebre texto que
Urbamo VIII obliga a intercalar dentro del Diálogo. El text oes conocido
también como "proviso de la omnipotencia". Veamos lo que dice:

SALVIATI: "[...] teniendo siempre en mente una firmísima doctrina, que
aprendí de una persona doctísima y eminentísima y ante la que hay que
inclinarse, [esa persona al a que se refiere es, por supuesto, el Papa] sé
que si se os interrogara a ambos respecto a si Dios con su infinito poder y
sabiduría podría conferir al elemento agua el movimiento recíproco que
percibimos en él, [o sea, las mareas] de un modo distinto a hacer mover el
recipiente que lo contiene, [o sea, sin que la Tierra se mueva] sé, insisto,
que responderíais que habría podido y sabido hacerlo de muchas maneras,
incluso inconcebibles por nuestro intelecto. Por lo que yo concluyo
inmediatamente que, siendo así, sería soberbia osadía si uno quisiera
limitar y coartar lap otencia y sabiduría divina a una determinada".

El proviso de la omnipotencia tiene dos caras. Por un lado, es una tesis
teológica de cuño nominalista (el nominalismo medieval partía de la
"potentia Dei absoluta"). Por otro lado, es un postulado epistemológico
escéptico: en la medida en que Dios es omnipotente, las causas de los
fenómenos observados siempre pueden ser cualquiera otras que aquéllas que
nosotros deducimos. Así pues, las inquisiciones del intelecto humano sobre
los fenómenos naturales y sus causas siempre son provisionales. La
omnipotencia divina para disponer la creación tiene como contrapartida la
impotencia humana para comprenderla.

Por eso me parece a mí que el caso Galileo va más allá de si éste tenía una
prueba o no que demostrase el movimiento de la Tierra. Por más que la
hubiese tenido (él estaba convencido de ello) el problema es que la
posibilidad esa prueba era inconcebible "a priori" si se acepta el teologema
expresado por el proviso papal. Lo que hacía irreconciliable la postura del
Papa y la del astrónomo era que para éste la verdad sí es posible en la
ciencia -incluso en la astronomía, meintras que para el Pontífice las
investigaciones sobre la naturaleza sólo pueden arrojar hipótesis. El de la
prueba habría sido el auténtico problema si ambos hubiesen hablado el mismo
lenguaje.  Pero ése no era el caso.  Lo que quizá Galileo no supo ver -y
muchos de nosotros tampoco- es que la admonición que le hiciese Bellarmino
en 1616 pidiéndole una prueba y el proviso de la omnipotencia que el Papa le
hace incluir en el Diálogo son cosas muy distintas. La segunda era una
condición mucho más estricta que la primera.

Por otro lado, también me gustaría aclarar que el artículo de Will Milan que
ha dado pie a la discusión contiene una imprecisión que tal vez sea
importante. Dice Milan:

"The Pope readily agreed to Galileo's request, with one condition: The book
must present a balanced view of both heliocentrism and geocentrism. The Pope
also asked Galileo to mention the Pope's personal view of the matter, which
was that bodies in the heavens perhaps move in ways that are not understood
on Earth (not an unreasonable view at the time). *Galileo agreed, and set
forth to write his book*."

Milan podía haberse documentado mucho mejor y comprobar que la prescripción
de incorporar el proviso le fue comunicada a Galileo por un censor cuando el
Diálogo estaba prácticamente concluido. Lo cual no dejaba lugar a crear un
nuevo personaje "ad hoc". La única posibilidad era Simplicio. Por otro lado,
y dejando ya a un lado a Milan, la opinión no aparece atribuida a este
interlocutor, sino que sólo transmite lo que había escuchado a "una persona
doctísima y eminentísima y ante la que hay que inclinarse". En cualquier
caso, la acusación de burla, que fue incluida en el pliego de cargos, no
prosperó.

Así que, tal como yo lo veo, el conflicto no se produce sól en torno a la
hermenéutica de la Biblia, sino que implica una tresis teológica. El
problema, digo,  no es Josué X, con el Sol deteniéndose a la orden divina, s
ino que se ponía en jaque otra cosa, a saber, la tesis teológica de la
omnipotencia. La concepción gaileana de la ciencia y de la verdad  chocaba
con esa tesis.

Un saludo

Pascual - blume en writeme.com

Pd. Julio, me vas a poner colorao con los piropos. Y sobre todo me vas a
hacer engordar. Gracias :-))