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RE: [escepticos] De santaclauses y ratonesperez



Bueno, para acabar definitivamente con la polémica, les adjunto la
demostración fehaciente de la existencia del Ratoncito Pérez encontrada por
esos mundos virtuales de dios. :-))) Ahí es ná

Prueba de la existencia del Ratoncito Pérez

Aunque algunos les pueda parecer trivial el formular esta cuestión, vamos a
intentar demostrar la existencia o inexistencia del individuo comúnmente
llamado Ratón Perez alias "Ratoncito Pérez". A los que tengan principios
morales poco consolidados o crean que el descubrir algunas verdades puede
herir su sensibilidad, les rogamos encarecidamente se abstengan de leer el
texto que a continuación exponemos.
Uno de los grandes misterios de la existencia, es sin duda el Ratoncito
Pérez. El ratón Perez pertenece a la famila de los musélidos, bajo el nombre
genérico de ratón común o <MUS MUS>. Según la tradición se le representa
siempre vestido con ropa y sombrero extravagante, lo que le dota de un
aspecto peculiar. La tradición es muy rica en cierto tipo de coplillas
referentes al citado individuo. Una de las que hemos podido recopilar es la
siguiente:
Ratoncito Pérez, Se cayó en la olla, Y la cucarachita, Le canta y le
lloooora...
Lírico y emocionante. Uno siente la profundidad de la métrica, el contenido
artístico de la coplilla. Un ejemplo más de nuestra rica y extensa tradición
cultural...
El Ratón Pérez tiene una particular afición que le hace mundialmente famoso,
su amor por los dientes de leche. Además posee una extraordinaria
inteligencia, ya que suele cambiar cada dientecillo por un billete de 1000,
una bolsa de caramelos...
LLevamos a cabo un experimento para comprobar la existencia del citado
individuo. En un laboratorio herméticamente aislado a una presión de una
atmósfera, con una temperatura de 22 grados Centígrados, humedad ambiental
relativa del 20%. Las paredes están recubiertas de planchas de acero, con
cubierta granítica. En el centro de la habitación hemos colocado una cama
con edredón de lana de oveja merina, estampita del niño Jesús, mesilla de
noche con lámpara rosa fluorescente con una bombilla de 80W, 220V. Sobre la
cama, reposa mi ayudante, Narciso Meninges, a quien acompaña su osito de
peluche Marcelino. Marcelino es de felpa, con interior de gomaespuma. Este
último detalle fue bastante difícil de constatar, debido a la resistencia de
Narciso a que diseccionáramos a su entrañable amigo. Hemos tenido que
anestesiar a mi ayudante, ya que se estaba poniéndo bastante pesado. Sobre
todo cuando le comentamos que era un elemento indispensable para el
experimento la extracción de una de sus piezas dentales. Ahora duerme como
un angelito.
Introducimos en el experimento un testigo objetivo fiable, mi madre, que
aportará datos sobre la presencia o no del susodicho Ratón Pérez. Al cerrar
la puerta blindada, tipo Benson 43567G, esperamos un tiempo prudencial y
entramos de nuevo en la habitación.
Mi madre no ha observado nada anómalo. Examinamos la almohada cervical marca
'JinSu', y constatamos que el diente que habíamos colocado ha desaparecido
apareciendo en su lugar un billete de mil pesetas.
Elaboramos una hipótesis de trabajo: Para ello debemos recurrir a la famosa
ecuación del eminente físico-matemático Albert Einstein: E=mc^2 Ahorramos al
lector la demostración matemática, que podrá encontrar en cualquier libro de
Física medianamente coherente (si lo hay).
Tenemos un objeto denominado diente. Este posee una masa determinada. Pues
bien, teniendo en cuenta que el calor proporcionado por la almohada cervical
es de 14 Julios, la presión de la cabeza de mi ayudante sobre el diente es
de 23 Newtons, la c=3e8 m/s y la potencia del ronquido es de 14 decibelios,
podemos deducir que es posible bajo determinadas circunstancias que el
diente adquiriese el cuadrado de la velocidad de la luz, con lo que
llegaríamos a una paradoja física, la masa se convierte en energía, y según
parece, el individuo objeto del experimento ha influído en la reconversión
del diente en billete verde.
Repetimos el experimento 32 veces con el consiguiente aumento del capital
económico del que suscribe, y el notorio decrecimiento de piezas dentales de
mi ayudante. Ante la repentina escasez de dientes optamos por concluir el
experimento.
En conclusión, deducimos que el Ratón Pérez existe, y es más, podemos intuir
que o tiene un tío rico, o ha metido mano en los fondos reservados...
Datos del autor/a:
Nombre: Agustín Vega.
Dirección fido: 2:340/12.1 __ DarkNet: 66:666/1.3
E-mail: avega en cryogen.com
Web: http://www.netforward.com/cryogen/?avega