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Re: [escepticos] judios y arabes (Era: El Nobel de la Paz) Aca pasan cosas raras.



Marcela Brusa ha escrito:

> no le veo yo fin a esto.

Quizás le podríamos poner fin a esto reconociendo por mi parte que cuando
hice referencia a la mafia judía ni se me pasó por la cabeza que alguien se
pudiera dar por ofendido en esta lista. Yo no creo que ningún japonés decente
se sentiría ofendido porque se hablara de la jakuza. Ni los
italianos por hablar simplemente de la maffia, más tana que la pizza.
Y la narco colombiana, la actual rusa, etc. etc.
Tengo la mala o buena suerte de que soy muy conocido en la Argentina.
En ocasión de la "misa" que se dio en la sinagoga de Rosario en homenaje
a los 70 muertos en el ataque a la embajada de Israel, la colectividad judía
vino a nuestra casa a invitarnos especialmente a mi mujer y a mí. Aunque
somos ateos concurrimos como muestra de respeto y solidaridad.
Cuando fue el terrible ataque a la sede de la Asociación Mutual Israelita
Argentina (90 muertos) me tocó protagonizar una fuerte discusión por
televisión con Mauro Viale (née Mauricio Goldfarb) porque él consideraba
que la protesta contra ese acto salvaje era patrimonio exclusivo de la
colectividad judía. Yo consideraba que era un ataque contra todo el
pueblo argentino aunque atacara el corazón de una de sus comunidades.
Por suerte el conjunto de la comunidad judía no lo vio de la forma
que lo vio Viale, y cuando he concurrido a los actos de repudio
siempre fui bien recibido, en especial por el grupo de Memoria
Activa. Por supuesto, el grupo de Beraja, que desgraciadamente
era el presidente de AMIA, tuvo una actitud chupamedia con
Menem y se comportó como esos pobres judíos que se veían
obligados a besar las botas de los nobles cosacos que los
pateaban.. Me indignó tanto su actitud, que le recordé
públicamente a Beraja que él no era la Reina Esther y que
Menem no era el rey pagano. Por eso admiro a los judíos de
Memoria activa, que luchan y exigen justicia, conscientes que
la Argentina es una democracia y que no se prosternan ante
el poder de turno pidiendo que el látigo con que se los flagela
tenga seis colas en lugar de las siete de rigor.
    Por favor, que nadie cite estas palabras, dichas con la
mejor buena voluntad, porque existe en esta corrala una
habilidad tal para malinterpretar que uno no sabe qué flanco
ha dejado en descubierto para que lo asaeteen y daríamos
oportunidad para que siga una discusión a esta altura
totalmente inútil. Si nadie me cita, los que me aplicaron
el filtro (según dicen) no podrán justificarse en atacarme.
    Que esta es la última vez que hablo de este tema.
                                                        Héctor W. Navarro