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[escepticos] Articulo de El Pais sobre aeroilitos




http://www.elpais.es/p/d/20000119/sociedad/aerolito.htm


La expectación ante la 'lluvia de hielo' desata un
aluvión de falsos aerolitos en toda España 

Serias dudas sobre la veracidad de los más de 40 nuevos impactos de
hielo comunicados ayer 

JAVIER SAMPEDRO, Madrid 
Desde que el pasado día 10 las televisiones de todo el país
reprodujeron las imágenes del coche de un vecino de Tocina,
destrozado por un bloque de hielo caído del cielo, los informes sobre
presuntos impactos de aerolitos han proliferado en sospechosa
progresión. Sólo ayer se comunicaron unos 40 incidentes. De ellos, 10
resultaron comprobadamente falsos, y el resto son de una veracidad
dudosa. Los científicos han empezado a analizar los objetos, y
prometen los primeros resultados para el viernes. Pero a este paso, su
primera tarea va a ser separar el grano sideral de la paja hispánica. 

Los casos como el de Tocina
(Sevilla, día 10) y el de
L'Alcudia (Valencia, día 12)
son dignos de atención, sea
porque hay testigos del
impacto, daños comprobables,
o una mezcla de ambas
circunstancias. Otros, como el
aerolito descubierto ayer en
Móstoles -que resultó consistir
en una bola de nieve traída de
la sierra madrileña- o el
misterioso objeto de La
Secuita (Tarragona) -en
realidad, un monumental terrón
de azúcar- entran de plano
en la categoría de la bufonada confesa.

La histeria colectiva puede justificar varios otros sucedidos, como el gélido
visitante del cosmos aparecido ayer en Dos Hermanas (Sevilla), que a
mediodía se reveló como una muy terrenal consecuencia de la helada que
había caído la noche anterior en esa localidad. El problema ahora es saber
cuántos de los 50 o 60 aerolitos descritos hasta la fecha pertenecen a la
categoría celeste y cuántos a la fantasmagórica.

"En España hay mucho cachondo", señaló ayer gráficamente el director
general del Instituto Nacional de Meteorología, Eduardo Coca. "Muchos de
estos supuestos fenómenos pueden ser obra de graciosos y oportunistas". En
la misma línea se expresó el director del Planetario de Pamplona, Javier
Armentia, que sospecha que "la gran mayoría" de los supuestos impactos de
aerolitos no son más que fraudes o ingenuos productos de la histeria colectiva.

Análisis en marcha

Los fraudes más evidentes y las bromas más gruesas han podido ser
descartadas antes de someter las muestras a un estudio riguroso, pero el
resto de los objetos de hielo empezaron ayer a analizarse por un equipo
científico multidisciplinar coordinado por el Consejo Superior de
investigaciones Científicas (CSIC). Los primeros resultados se esperan para el
viernes. 

Entretanto, la comunidad científica se divide en dos mitades: los que prefieren
esperar a los resultados y los que no pueden esperar a los resultados. Esta
división no tiene nada de particular: formular hipótesis es una parte esencial
de la actividad científica. Desde luego, también lo es descartarlas cuando los
hechos se muestran tozudos.

Por el momento, las hipótesis se pueden dividir en tres clases: la del cometa
extraño, la del avión con fugas y la del fenómeno meteorológico. Cada una
cuenta con unos pocos seguidores y un gran número de detractores.

El principal valedor de la hipótesis del cometa es precisamente el coordinador
del equipo del CSIC que está analizando las muestras, el geólogo Jesús
Martínez Frías. El fundamento de esta teoría es que los cometas consisten, en
efecto, de un núcleo rocoso recubierto de una gran capa de hielo, y esta capa
va perdiendo fragmentos que pueden penetrar en la atmósfera terrestre.

Casi todos los científicos, sin embargo, descartan esta teoría. Aunque, en
efecto, fragmentos de cometas entran ocasionalmente en la atmósfera, la
fricción con el aire los calienta hasta temperaturas cercanas a los 800 grados
centígrados y evapora todo el hielo mucho antes de que tenga oportunidad de
tocar tierra. Además, los fragmentos de un objeto extraterrestre no
aparecerían, seguramente, restringidos al territorio de un solo país.

La segunda hipótesis es que los supuestos aerolitos procedan en realidad de
algún avión, ya sea de sus aguas residuales, de sus tanques de
abastecimiento o del agua condensada sobre su fuselaje. Esta teoría cuenta
con la ventaja de un precedente en España: un bloque de hielo caído en
Galicia en 1997 que, una vez analizado, resultó provenir del tanque de un
avión.

Tal vez no resulte sorprendente que las primeras en rechazar esta teoría
hayan sido dos compañías aéreas: Air Europa y Spanair. Fuentes de estas dos
firmas declararon ayer a Europa Press: "A la velocidad a la que vuelan los
aviones, el fluido se evapora y no forma bolas o bloques". También dijeron:
"Las bolas de hielo no guardan relación con la aviación, ya que son muchos
los puntos donde han caído y durante varios días". No está muy claro, sin
embargo, que los puntos reales sean tantos, ni tantos lo s días.

Algunos científicos no descartan una explicación de tipo meteorológico. El
físico de la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira considera posible -en
el supuesto de que la mayoría de los aerolitos sean falsos- que en una
situación atmosférica como la que se dio a finales de la semana pasada, una
fuerte ascensión de aire arrastrara consigo partículas (núcleos de
condensación) que, al entrar en contacto con el chorro de un avión a reacción,
podrían generar un bloque de hielo (a 11.000 metros de altura, la temperatura
se acerca actualmente a los 70 grados bajo cero).

Uno de estos bloques tarda en caer al suelo unos cinco minutos. Para
entonces, el reactor ha recorrido unos 60 kilómetros y está fuera de la vista. El
catedrático de Geodinámica de la Universidad Autónoma de Madrid Fernando
López Vera y el investigador de la NASA Joan Oró también consideran
posibles hipótesis de este tipo.

Y el menos partidario de la teoría meteorológica es, precisamente, el Instituto
Nacional de Meteorología, que ni siquiera está interviniendo en las
investigaciones sobre los aerolitos. 

Siete instituciones movilizadas 

J. S, Madrid 
Según han ido apareciendo, los presuntos aerolitos -la primera en utilizar
esta palabra para describir los misteriosos bloques de hielo fue la Guardia Civil
de Tocina (Sevilla)- han ido trasladándose al Instituto del Frío de Madrid, un
organismo del CSIC, para su conservación y acondicionamiento. Este instituto
empezó ayer a facilitar muestras de los objetos a los laboratorios que van a
analizarlos.

El Instituto Tecnológico Minero será el que analice las muestras para
determinar su composición química, con unas técnicas muy sensibles que no
requerirán emplear mucho material. La Universidad Autónoma de Madrid, por
su parte, intentará detectar cualquier compuesto orgánico contenido en los
bloques. La presencia de hidrocarburos, por ejemplo, favorecería la hipótesis
del avión.

La Estación Experimental del Zaidín, en Almería, determinará si el hielo es de
origen terrestre o extraterrestre midiendo las proporciones de las distintas
versiones (isótopos) de sus elementos químicos. Por ejemplo, las
proporciones de oxígeno-16 y oxígeno-18 de un material son distintas en un
cometa o en el hielo terrestre.

Otra serie de análisis, a cargo de la Universidad Complutense, tratará de
detectar cualquier bacteria o microorganismo que puedan contener los
aerolitos. Y otros dos institutos del CSIC (el Rocasolano y el Centro Nacional
de Investigaciones Metalúrgicas) llevarán a cabo estudios estructurales para
intentar aclarar en qué condiciones se formó el hielo de los bloques.

Ninguno de estos análisis tiene un coste prohibitivo, particularmente cuando
los realizan institutos que ya tienen a punto las técnicas necesarias. Pero si los
falsos hallazgos siguen empantanando a los casos verdaderamente
interesantes, los laboratorios acabarán por verse saturados, si no confundidos.

La prensa internacional empezó ayer a interesarse por el extraño caso de los
aerolitos españoles. Pero no está nada claro que la noticia acabe figurando en
sus páginas de ciencia y tecnología. 

Azúcar, nieve y mucha broma 

EL PAÍS, Madrid 
A más de un científico se le heló ayer la sonrisa cuando el interés por la lluvia
de bloques de hielo se transformó en una furibunda caza y captura de
aerolitos. En menos de 24 horas se registraron unos 40 supuestos hallazgos.
Esta sospechosa tromba, que distribuyó graciosamente aerolitos por toda
España (comunidades como la valenciana ya suman 15 casos y otras como
Cataluña se estrenaron ayer con una tacada de cinco), dejó en el aire la
pregunta sobre su origen.

El presidente del CSIC, César Nombela, y el director del Instituto Nacional de
Meteorología, Eduardo Coca, entre otros, pidieron que se extremasen las
cautelas frente al oportunismo y la credulidad. No en balde, 10 casos
demostraron a lo largo del día ser falsos. Y de los otros 30, apenas cuatro
ofrecían garantías suficientes para atribuirles una procedencia aérea o
contaban con testigos sólidos que los hubiesen visto caer (la mayoría, de
hecho, fueron hallados ya en el suelo). Otro tanto sucedía con los 15
registrados en las semanas anteriores.

Estos descartes limitan a media docena los fenómenos dignos de atención.
Entre ellos destacan el ocurrido el 8 de diciembre en Soria (el primero de la
serie), donde el hielo traspasó el techo de una nave de tundidos metálicos; el
registrado el día 10 en el municipio sevillano de Tocina (cayó sobre un coche
aparcado) y el de ayer en Mahón (Menorca), donde dos obreros oyeron el
estruendo de un bloque de hielo que se estrelló en un solar. Asimismo, de la
masa de casos valencianos ofrece cierta credibilidad el ocurrido el 12 de
diciembre en L'Alcudia, cuando un bloque de hielo atravesó el techo de uralita
de un taller ante 12 trabajadores.

Junto al misterio de estos casos, la fiebre de los aerolitos procuró al
espectador una amplia de gama de confusiones, bromas e incluso invenciones.
Una de las más sonadas recayó en La Secuita (Tarragona), donde los
repartidores de un supermercado descubrieron uno de estos extraños
bloques. El objeto no identificado fue llevado cuidadosamente a Protección
Civil. Allí, sin ayuda del CSIC, se pudo dictaminar la composición del hallazgo:
azúcar.

En la misma provincia, en Montblanc, el revuelo acompañó a un pastelero que
se presentó con un trozo de hielo al Ayuntamiento y con una visible abolladura
en su coche. Horas después, ante la movilización de la policía, el CSIC y los
medios de comunicación, el hombre llamó por teléfono a la policía y confesó
que todo era una mentira. Lo mismo hicieron un camionero de Burriana
(Castellón) que en busca de emociones fuertes había colocado un bloque de
hielo en la N-340, y un profesor de Alcantarilla (Murcia), que quería grabar en
vìdeo la reacción de sus vecinos para enviarla luego a un programa de
televisión.

Entre los objetos caídos de la imaginación figuraron también una bola de nieve
de la sierra hallada en Móstoles y un bloque procedente de una helada en
Dos Hermanas (Sevilla).