Re: [escepticos] Historias escépticas

[Héctor Walter Navarro <hwnavarro@...>]

Santiago Arteaga ha escrito:

>         Como esta respuesta la mandare tambien a la lista, y le prometi
> una historia a Hector, te contare esta historia que me han contado a mi
> recientemente. No se hasta que punto los detalles son ciertos.
>         Se trata de un estudiante universitario mas bien golfo, un "party
> animal" que iba de juerga en juerga y de borrachera en borrachera. Ademas
> era un ligon, en un mes se cepillaba mas chicas que yo en mi vida. Le iba
> muy mal en los estudios, pero a quien le importa, su papa lo podria
> arreglar todo. Pero he aqui que este chico dedicado a los placeres de la
> carne no era feliz, le faltaba algo en su vida, y estaba teniendo serios
> problemas con el alcohol. Finalmente tuvo una depresion enorme cuando,
> cuentan las malas lenguas, una de sus chicas a la que el prestaba una
> atencion especial le contagio una enfermedad venerea.
>         En mitad de esta depresion de elefante lo captaron los de una secta
> cristiana un poco atipica. Se fue a vivir con ellos a un sitio muy majo que
> tenian. Oye, si vieras que cambio! De repente estaba comiendo comida
> saludable a una hora fija. Tenia unos "amigos", con o sin comillas, que
> velaban por el. No podia emborracharse, con lo cual al cabo de una semana
> sin resacas estaba pletorico de energias. Casi hasta ha dejado de fumar, y
> ahora le va bien en los estudios porque resulta que hasta va a clase.
>         Bien, pues este hombre ahora va haciendo proselitismo de su secta;
> segun dice, la salud y la felicidad que siente ahora son regalos que le ha
> otorgado Dios por volver al camino correcto. Parece de chiste, verdad? Pero
> el caso es que es un exito bien comprobado, y si le ha funcionado a el
> tambien nos funcionara a nosotros, asi que deberiamos probar a meternos en
> el OPUS DEI.

Con esta extraña historia, Santi, haz rizado el rizo.
Es una historia escéptica de las historias escépticas.
No me atrevo a tanto. Te mando una de las mías.
Una pobre huérfana se vino a la ciudad desde su miseria campesina.
Entró a trabajar como sirvienta en una casa de la rancia aristocracia.
Tenía sus atractivos la chica, y el niño de la casa le puso el ojo.
Le hizo un trabajo de seducción prontamente exitoso y, en sus frecuentes
escapadas al altillo, la dejó preñada.
La matrona, al comprobar el hecho y cerrando los ojos a quien
fue el causante de que se llenara de humo la panza de la niña,
la echó a la calle sin contemplaciones.
La chica tuvo que refugiarse en un hospedaje de mala muerte
y tuvo su hijo. Con su bebé a cuestas ya no pudo conseguir
trabajos de mucama, por lo que empezó a tomar trabajos de
costura, demostrando habilidad en ella. Trabajando aún de noche
consiguió hacerse de unos ahorros. Con ellos y la ayuda de un
buen hombre que la pretendía honestamente, puso una casa
de modas.
    Mientras tanto la familia aristocrática continuó su decadencia.
    El día de la inauguración de la boutique el "niño" que la sedujo
en su momento se quedó deslumbrado al ver el brillo del cual ella
se rodeaba actualmente.
    En cambio él no tenía un peso en el bolsillo.
    Sin embargo la ahora empresaria seguía enamorada de él,
el padre de su hijo, y, aunque estaba agradecida con el hombre
que la había ayudado a poner su negocio, no podía amarlo.
    Ante su prosperidad su antiguo amante intentó reanudar
el vínculo. Pero ella había aprendido de la vida. Por un lado
su corazón la impulsaba hacia él, pero su razón lo rechazaba.
    La sacó de sus dudas el hecho de que el negocio no tuvo
éxito. Si bien  había sido una buena costurera no tenía
gusto para las creaciones de la moda. Al poco tiempo no
tenía con qué pagar los alquileres del local y le terminaron
por rematar los pocos bienes que había juntado.
    Tuvo que volver al mísero hospedaje con su hijo y a la
costura de ruedos y ojales. Ni siquiera conservó la amistad
del hombre honesto que la pretendía, que se había enfurecido
al tener que pagar la garantía del alquiler.
    ¿No sale esta historia de vida de todos los carriles conocidos?
Es que en la vida real ocurren hechos que son más insólitos aún
de los que se le pueden ocurrir al más afiebrado de los autores
de culebrones televisivos.
                                    Héctor