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[escepticos] MAX PERUTZ - "Los genes son muy torpes; la clave está en las proteínas"



    Una interesante entrevista a Max Perutz en la que a parte de
realizar un poco de historia sobre los orígenes de la investigación
genética y proteíca  se trata algún que otro aspecto ético interesante
sobre el sentido de la investigación y de las posibles patentes.
    Una idea interesante desde luego es la de que la clave se
encuentra en el análisis de las proteínas y sino que se lo pregunten a
los famosos priones.

Saludos escépticos desde Bilbao.-((;.¬D))))
P.Data: Por cierto, ¿alguien sabe como se encuentra el tema este del
estudio de los priones? Hace tiempo oí algo acerca de la
tridimensionalidad de estas proteínas tan especiales pero la verdad es
que no me quedé mas que con un revoltijo de ideas al respecto. ¿Habría
algún alma caritativa que me ayudase a desenmarañar el ovillo?
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Marco Tulio Cicerón-"Dubitando ad veritatem pervenimus"-


MAX PERUTZ • PREMIO NOBEL DE QUÍMICA
"Los genes son muy torpes; la clave está en las proteínas"
JAVIER SAMPEDRO, Madrid ( 15-03-00)

Cualquier estudiante de ciencias sabe que el hielo se desplaza más
deprisa por la superficie de los glaciares que por su fondo. Los
estudiantes más aplicados saben también cómo la hemoglobina de la
sangre capta el oxígeno de los pulmones y lo distribuye por los
tejidos del cuerpo. Poca gente sabe que esas dos cosas las descubrió
la misma persona: Max Perutz. El premio Nóbel de Química se lo dieron
en 1962 por la segunda de ellas.

El trabajo de Perutz sobre la hemoglobina es una pieza clave de la
historia de la biología, porque este científico británico de origen
austriaco, que cumplirá 86 años en mayo, fue el primero en determinar,
en 1959, la estructura de una proteína. Las proteínas son las
micromáquinas moleculares que llevan a cabo todas las reacciones
químicas que sustentan la vida, y también las que forman los
andamiajes de la célula y sus sistemas para moverse e intercambiar
sustancias con el entorno. Junto con el descubrimiento de la doble
hélice del ADN que constituye los genes, la descripción de la primera
proteína fundó en los años cincuenta la nueva disciplina de la
biología molecular.

" Estoy maravillado por lo que está ocurriendo en ese campo de
estudio", dice Perutz cuarenta años después de su logro fundamental.
"John Kendrew y yo resolvimos la estructura de dos proteínas por
primera vez, la hemoglobina y la mioglobina, en 1959. Diez años
después sólo se había averiguado la estructura de otras ocho
proteínas. El progreso era desesperantemente lento. Pero sólo durante
el año pasado se resolvieron cerca de 2.000 proteínas. Y ahora hay un
proyecto estadounidense para resolver todas las proteínas humanas cuya
estructura aún se desconoce, que son varias decenas de miles. Para mí
todo esto es asombroso".

En el Cavendish

Perutz ha visitado Madrid estos días invitado por la Fundación
Ciencias de la Salud. Cuando el lunes pronunció la conferencia que
tenía programada, ya había dedicado dos días a perseguir por el Prado
y por Toledo a su artista preferido, El Greco, un pintor al que
descubrió en la National Gallery de Londres en 1936, cuando se
desplazó al Reino Unido desde su Viena natal. Un año después, Perutz
empezó a trabajar en el mítico laboratorio Cavendish de Cambridge,
donde James Watson y Francis Crick descubrirían en 1953 la estructura
del ADN.

Perutz había empezado a estudiar la estructura de las proteínas antes
de que Watson y Crick siquiera empezaran a plantearse estudiar la del
ADN, pero el primer problema se reveló mucho más complejo que el
segundo. ¿Se ha arrepentido Perutz alguna vez de haber elegido las
proteínas en lugar del ADN para sus estudios estructurales?

"No, no, no y no", responde Perutz con inesperada contundencia. "Lo
único que hace el ADN es determinar el orden de los aminoácidos en las
proteínas. Los genes no saben hacer otra cosa, son realmente muy
torpes. La clave está en las proteínas, que son las verdaderas
máquinas de la vida, y entender la estructura de cada una es entender
cómo funciona cada una y es entender en qué consiste la vida. Estoy
encantado de haber trabajado con proteínas, y no con ADN".

Hay algo de rencor histórico, casi imperceptible, en esa respuesta del
científico vienés. Estructuralmente, los genes son todos iguales, y
bastante simples, y por eso Watson y Crick pudieron resolver su
estructura de forma rápida y brillante. Pero cada proteína es
distinta, y cada una se retuerce de manera endiablada en complejas
hélices y embrollados pliegues. Estudiar la estructura de cada
proteína requiere, en cierto modo, empezar desde cero cada vez.

En Life story, un telefilm de la BBC sobre el descubrimiento de la
doble hélice del ADN, Perutz (o su personaje, mejor dicho) aparece
asombrado al ver que Watson está transportando una botella de gas del
almacén al laboratorio. El personaje de Perutz dice: "Dios mío, ¿es
que Watson ha decidido por fin hacer algo aparte de hablar?". ¿Fue
esta escena una mera fantasía del guionista?

"La verdad es que esa película estuvo muy bien documentada. Por
ejemplo, el personaje de Rosalind Franklin [la cristalógrafa
londinense que obtuvo los primeros datos sobre el ADN] estuvo
maravilloso, y también el de Maurice Wilkins [el jefe de Franklin], y
otros. Pero Watson [interpretado por Jeff Goldblum] era una mera
caricatura. El Watson real no era ese yanki mascador de chicle que
aparece en la película.

En su libro autobiográfico Qué loco propósito, Francis Crick cuenta
que Perutz, hastiado de las interminables discusiones que Watson y él
mismo mantenían sobre el ADN, les buscó un despacho conjunto en el
Cavendish para que pudieran "discutir a gusto sin molestar a los demás
científicos". Perutz se queda pensativo cuando se le recuerda esta
anécdota: "No, no recuerdo eso. Sí recuerdo que el profesor David
Kaling me dijo en una ocasión: 'Oye, Max, este Crick habla demasiado,
¿por qué no le mantienes pegado a su banco de trabajo?' Yo, por el
contrario, siempre aprecié que hay muchas maneras diferentes de hacer

ciencia. Y es cierto que Watson y Crick estaban discutiendo todo el
día, pero también leían largos tratados y tenían un profundo
conocimiento del asunto que se traían entre manos"

No tan deprisa

¿Cómo hubiera sido la biología molecular si no hubiera existido el
laboratorio Cavendish de Cambridge, cuya Unidad de Biología Molecular
dirigió Perutz entre 1947 y 1962? "Supongo", dice Perutz, "que tarde o
temprano los mismos descubrimientos se hubieran hecho en alguna otra
parte, aunque probablemente no tan deprisa y de una forma tan
dramática y concentrada. Cambridge fue en esos años un lugar realmente
fantástico. Bueno, todavía lo es".

El actual Proyecto Genoma Humano es una de las extensiones naturales
de los descubrimientos del Cavendish. El propio Watson fue el primer
director del Proyecto hasta su dimisión en 1992, por disconformidad
con la intención de los Institutos Nacionales de la Salud de patentar
los genes que el proyecto iba descifrando.

Perutz, sin embargo, nunca ha sido un gran defensor de la genómica, la
nueva disciplina basada en el análisis simultáneo de los genomas, o el
conjunto de los genes de cada organismo: "La verdad es que yo era
escéptico sobre este proyecto gigantesco, porque implica una enorme
cantidad de trabajo rutinario, de escaso interés científico. Pero creo
que estaba equivocado, y lo creo por una razón más médica que
científica: porque el Proyecto Genoma supondrá una gran revolución de
las técnicas de diagnóstico y prevención de la enfermedad".

También dice: "No entiendo cómo se puede retorcer la ley para permitir
a las empresas que patenten genes. Una empresa puede analizar y
secuenciar un gen, pero eso no es una invención, sino una mera
descripción".

Las empresas, sin embargo, arguyen que lo que patentan no son los
genes, sino la forma de usarlos para desarrollar un nuevo fármaco, o
una nueva terapia. "Ni siquiera eso es realmente original", insiste
Perutz. "Me figuro que lo que deberían patentar es el nuevo fármaco,
no el gen, ni siquiera el uso del gen para obtener ese fármaco, porque
estas técnicas las han ideado otros científicos hace mucho".