[escepticos] El Escéptico Electrónico - Nº 1

[Pedro Luis Gomez Barrondo <gargantua_plgb@...>]

Tal y como lo he recibido os lo reenvío para que lo
disfrutéis.
Ha nacido El Escéptico Electrónico, Boletín
Informativo sobre Ciencia y Pseudociencia.
¡Larga y próspera vida!

El diario vasco 'Deia' (www.deia.com) ofreció el
martes (4-VII-2000) amplia
información sobre una feria de ciencias ocultas
celebrada en Bilbao, que
esta misma semana acoge el XVII Congreso Ibérico de
Astrología.

Entre la adivinación y el cuento chino
Brujas, cartomantes y tarotistas participan en el II
Certamen de Ciencias
Ocultas que se desarrolla en Bilbao
Ainhoa Gondra S.
BILBAO. Una ceremonia iniciática de brujería abrió
ayer el II Certamen de
Ciencias Ocultas estatal que se desarrollará en el
centro comercial Bidarte
de la capital vizcaina hasta el próximo 22 de julio.
Por 500 pesetas la
consulta, bilbainos y visitantes podrán ahondar en
esas ''tres cosas'' que
dice la canción ''hay en la vida'' de la mano de ocho
cartomantes y
tarotistas profesionales que, procedentes de
diferentes puntos del Estado,
darán gusto o ''disgustos'' a quienes decidan poner el
futuro en sus manos.
Un ritual de apertura a cargo de Lola Meigas inauguró
ayer este peculiar
salón de ''brujería''. «Vestida con una túnica azul,
se sienta en medio de
un círculo formado por los cuatro elementos de la
madre naturaleza: fuego,
agua, aire y tierra. El ritual consiste en eliminar
negatividades y abrir
los caminos de la mente», explicaba Sonia, una de las
participantes en el
certamen, a medida que Lola avanzaba en la ceremonia
que, una vez concluida,
dio por inaugurado el encuentro que se prolongará
hasta el próximo 22 de
julio en el centro comercial Bidarte de Bilbao.
«Salía humo del armario»
El espectáculo despertó un sin par de reacciones entre
el público asistente
que, motivado por la singularidad del acto, raudo, se
agolpó alrededor de
Lola. Detractores, los menos, expresaban su opinión a
los propios compañeros
de la meiga: «Esto, no es más que un cuento chino.
¿Por qué? Porque se ve,
no me creo nada», explicaba una vecina de Santutxu sin
apartar la vista de
Lola. «Pues... una vez mi hermano tuvo una pesadilla
de la que un brujo no
le dejaba despertar, según él. El caso es que empezó a
chillar y cuando mi
madre y yo fuimos a su habitación vimos humos de
colores, rosas y amarillos,
que sa-lían de detrás del armario. Aunque no te lo
creas es verdad. Lo vimos
mi madre y yo», compartía su experiencia Sandra, una
joven de Deusto.
No recomendable para aprensivos, los ocho
profesionales de las diferentes
mancias invitados al certamen de 2000 baraja española,
quiromancia, tarot,
manos... predecirán el futuro en cabinas individuales
por el módico precio
de 500 pesetas la consulta. «Nunca dejaría que me
leyeran la mano o
predijeran de algún otro modo el futuro por miedo a
que me digan algo malo.
Aunque no creo mucho en este tipo de cosas, les tengo
un respeto terrible»,
apuntaba una vecina de Deusto.

«El buen tarotista lee las personas»
Ainhoa Gondra
DEIA: Repasemos tópicos: gatos negros, prendas
amarillas, escaleras
flotantes...
MICHELLE: Me encantan, pero es más sugestión que otra
cosa, de verdad.
D.: ¿Y el mal de ojo?
M.: Se echa, se echa pero... también tiene mucho de
ésto.
D.: ¿Qué me dice de la magia blanca?
M.: Que existe.
D.: ¿Y la negra?
M.: Creo que también. Lo difícil es encontrar a
alguien que sepa
practicarlas.
D.: ¿Por qué infunden tanto temor?
M.: No damos miedo. Lo que quizá confunde es toda esa
''parafernalia'' que
se crea alrededor de este mundo; ese circo que en
ocasiones da miedo y en
otras, risa.
D.: ¿Qué no diría nunca a una persona que acude a
usted para...?
M.: La muerte de un familiar o un aborto, por ejemplo,
a no ser de que me lo
pida expresamente.
D.: Lo primero lo entiendo pero, ¿lo segundo...?
M.: No se lo diría tal cual. Trataría de hacerlo de
otra manera, insistiendo
en la precaución.
D.: En cierto modo, ustedes ponen sobre aviso.
¿Tendría remedio alguna fatal
situación?
M.: Yo no creo que el destino esté escrito y entiendo
que sobre las pautas
que facilitamos, sí se puede actuar.
D.: ¿Una anécdota?
M.: En un viaje de Sevilla Zaragoza, mientras dormía
noté que alguien me
despertaba. Miré a ambos lados y como vi que mis
compañeros estaban
dormidos, volví a recostarme. Cuando hablé con mi
familia me anunciaron el
fallecimiento de un familiar que había muerto justo en
el momento en el que
sentí aquello.
D.: ¿Quién le enseñó a echar las cartas?
M.: Me puse delante de una baraja, casi casi, por
obligación porque mi madre
es tarotista y mi hermano también ha hecho sus
''pinitos''.
D.: ¿Qué ve en la baraja?
M.: Yo no leo las cartas, sólo son un apoyo. Leo las
personas.
D.: Entonces, ¿para qué sirven?
M.: Hombre, sirven para cuando te quedas en blanco. El
buen tarotista lee
las personas.
«Nadie tiene escrito su destino»
Ainhoa Gondra
DEIA: Tome, mi mano. ¿Qué ve?
CARMEN: Más cosas de las que puedas imaginar.
D.: ¿En qué consisten esas lecturas?
C.: Es un método de adivinación igual que otro
cualquiera: tarot, baraja
española... Simplemente, cojo la mano y voy
respondiendo a lo que me
preguntan.
D.: ¿Acierta, normalmente?
C.: No se trata de acertar, adivinar o predecir, sino
de interpretar las
rayas de las manos que son el ''mapa'' de cada
persona.
D.: ¿Y qué interpreta?
C.: De todo: enfermedades, amor, salud, dinero,
trabajo... y hasta
tendencias sexuales.
D.: ¿Son, efectivamente, la salud, el dinero y el amor
lo que más inquieta a
las personas?
C.: Pues sí, pero la salud en último lugar. Primero el
amor, el cariño es un
bien preciado; y segundo, el trabajo, sobre todo, a la
gente más joven.
D.: ¿El perfil de persona que acude a este tipo de
servicios?
C.: Hay de todo, quizá más mujeres y, por supuesto,
nada de menores de edad,
para ellos está prohibido.
D.: ¿Cuánto cobra la consulta?
C.: 500 pesetas.
D.: Siempre había pensado que era más caro.
C.: Ahí está, cariño. Esto para mí no es más que una
afición. Ni vivo de
ello, ni tengo consulta... simplemente, pongo mi
profesionalidad al servicio
de la gente. Por 500 pesetas no tengo por qué engañar
a nadie.
D.: ¿Existe el destino?
C.: No cariño, para nada. Cada uno se va escribiendo
su propio destino a
medida que se abre camino.
D.: ¿En qué cree usted?
C.: ¿Yo? En el ser humano, en las personas, en lo que
toco...
D.: ¿Cómo aprendió a leer las manos?
C.: Aprendí de una tía cuando a penas tenía 8 años y
jugando, como quien
dice.
D.: ¿Y ya está?
C.: Bueno, luego he ido interesándome más por el tema
porque es cuestión de
ir desarrollándolo.
D.: Entonces, no nacen ustedes con un don especial.
C.: Don tenemos todos y cada uno de nosotros: unos más
desarrollado, otros
menos pero, en todo caso, sería cuestión de ir
desarrollándolo.

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