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[escepticos] Documento CoNICET Era : **Lo mas triste del mundo
Contestación de las autoridades del CoNICET al Documento CAPUTO
Saludos
Alberto Villa
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DOCUMENTO BASE ELABORADO POR EL DIRECTORIO DEL CONSEJO NACIONAL DE
INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS SOBRE EL "PROGRAMA PARA EL
FINANCIAMIENTO Y ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA DE CIENCIA Y TÉCNICA" ELABORADO
POR LA SETCIP
Las adhesiones al siguiente documento se reciben en documento en conicet.gov.ar
Adhesiones recibidas al 07/08/2000: 1534
El Directorio del CONICET, en uso de sus facultades legales de asesorar al
Poder Ejecutivo en el área de la ciencia y tecnología, se refiere a
continuación al "Programa para el financiamiento y organización del Sistema
de Ciencia y Técnica" presentado por la Secretaría para la Tecnología, la
Ciencia y la Innovación Productiva, que se diera a conocer públicamente.
Asimismo convoca a la comunidad a aportar sus opiniones sobre la pertinencia
del Programa propuesto.
El Programa comienza señalando la necesidad de vincular el futuro de la
Nación a la Sociedad del Conocimiento lo que confirma la permanente posición
sostenida por el CONICET. El Programa continúa citando, como uno de sus
objetivos principales, la mejora salarial de los investigadores jóvenes,
problema que este Directorio ha señalado reiteradamente y que comparte
plenamente. Sin embargo, la reciente reducción de los salarios de los
investigadores, especialmente de aquellos cuyo ingreso principal proviene
del CONICET, es contradictorio con las políticas de financiamiento previstas
para el futuro.
El Programa elabora una serie de propuestas sobre la base de ciertas
deficiencias, atribuibles al estado general de desinversión y falta de
planificación con que diversas gestiones de gobierno han dañado al sistema.
Asimismo se formula una serie de calificaciones que no coinciden con la
realidad del sistema científico tecnológico de la Argentina y en particular
con respecto al CONICET, que es su componente principal, a tal punto que el
lector desprevenido o desinformado podría interpretar que los males que
afectan al Sistema Científico son debidos al CONICET, y en particular a la
Carrera del Investigador, visión que rechazamos en absoluto.
El programa asimismo manifiesta que existe una "fuerte insuficiencia en el
vínculo con la Universidad " del sistema científico argentino. Sin embargo,
2609 investigadores del CONICET sobre un total de 3640, o sea el 74% de los
mismos, se desempeñan en el ámbito de las universidades. Por otra parte, el
CONICET financia alrededor de 1800 becas para realizar estudios doctorales o
estadías postdoctorales en las Universidades Nacionales, cuyos directores de
investigación son profesores universitarios que pertenecen, o no, a la
Carrera del Investigador. Además la mayoría de los centros e institutos del
organismo funciona por convenio y/o tiene sede en Universidades Nacionales.
En el Programa se señala "el Sistema, en especial el CONICET, ha asimilado
el cargo de investigador al de empleado publico", manifestación que
rechazamos por considerarla un agravio al personal del Estado y tiene una
clara intención peyorativa hacia el organismo que representa
mayoritariamente a la ciencia en la Argentina, a sus investigadores,
profesionales y técnicos que constituyen su basamento fundamental. Cabe
citar la opinión de la Comisión de Expertos Internacionales, convocada por
la Secretaría de Ciencia y Tecnología en 1999 dentro del Proceso de
Evaluación Externa de las Instituciones de Ciencia y Técnica, que, con
referencia a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico señala:
"Es eficaz? Sin duda sí. Es el instrumento mas incondicionalmente valorado
por la comunidad científica argentina. Ser miembro de la Carrera del
Investigador confiere un sello de calidad reconocido incuestionablemente
dentro y fuera del CONICET. La Carrera es un mecanismo institucional propio
de la Argentina, que ha respondido muy bien al asegurar la calidad de los
investigadores en un sistema de ciencia y técnica fuertemente disperso y
heterogéneo. La Carrera del Investigador además ha servido a lo largo de su
historia y continúa sirviendo como mecanismo de compensación de las
debilidades crónicas de la investigación en el sistema universitario".
El Directorio considera que la Carrera del Investigador es la forma de
permitir la consagración profesional a la investigación. La Carrera ha sido
y es la forma de asegurar al investigador la tranquilidad necesaria,
supeditada exclusivamente a la evaluación periódica de su desempeño, para
lograr el mejor rendimiento en sus tareas.
Hablar de "certidumbre burocrática de la Carrera del Investigador en vez de
competencia", no se compadece en absoluto con la realidad de que el CONICET
mantiene un sistema único de alta exigencia, centralizado y con pautas
homogéneas en todo el ámbito del conocimiento y del espacio geográfico del
país, en donde el desempeño de los investigadores, las promociones e
ingresos en el sistema son evaluados en cinco instancias sucesivas. En
consecuencia la Carrera del Investigador es un instrumento propio que la
Argentina puede exhibir con orgullo. Pareciera que en aras de la
globalización, no sólo tendremos que empeñar todas nuestras empresas, sino
también nuestra idiosincrasia.
Jóvenes investigadores de la región Comahue nos han manifestado respecto del
Programa que "el sistema de ciencia y tecnología se atomizaría y
repetiríamos en el nivel superior la lamentable experiencia que ya sufre la
Argentina con su sistema de educación básica, hoy disperso en veinticuatro
sistemas provinciales dispares y anarquizados." " ¿Por qué reproducir
experiencias de desregulación y de ausencia del Estado que ya han probado
ser contraproducentes y socialmente regresivas? ¿Por qué "hacer la prueba "
de dejar a los investigadores en la calle para ver cuáles sobreviven, como
ya se hizo con tantos empleados estatales de otras áreas? Si el Estado
mantiene un rol tan preponderante en nuestro sistema, cómo se pretende que
de un día para el otro (o en el corto y mediano plazo) pasemos a un sistema
de competencia en regiones donde apenas hay sólo una o ninguna universidad
estatal." "Salvo, claro está, que se pretenda concentrar lo que quede del
sistema científico y tecnológico en Buenos Aires y sus alrededores".
Desmantelar la carrera del investigador como se propone en el documento,
equivale a talar un vergel en plena producción y sustituirlo por una
plantación de dudosos resultados. Es admisible que el sistema universitario
pueda perfeccionarse ofreciendo mayores posibilidades de investigación a los
docentes universitarios, pero hacerlo sacrificando la Carrera del
Investigador y el propio destino del CONICET, no tiene fundamento como
Política de Estado.
Las medidas que se proponen carecen de un marco orgánico de planeamiento y
sólo giran alrededor de ofrecer mejoras económicas para un futuro de
incierta concreción, pero no fortalecen en absoluto los recursos de que
dispondrá el CONICET para el desarrollo de sus proyectos de investigación,
institutos, centros regionales, Carrera del Investigador, y del Personal de
Apoyo tanto profesionales como técnicos y becarios. Los nuevos recursos se
asignarían fundamentalmente al FONCYT y a las Universidades, a pesar de la
grave crisis presupuestaria que enfrenta el CONICET, al que no se le
aportan, ni siquiera en la medida requerida, los fondos del presupuesto 2000
considerablemente reducido respecto de 1999.
El Programa plantea que el problema salarial de los investigadores jóvenes
se resolverá sólo si tienen dedicación exclusiva en la Universidad. Con esta
visión nunca se habría podido crear el Centro Regional Patagónico (CENPAT)
pues no existía una sede universitaria en Puerto Madryn hace 20 años, ni el
Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) sobre el canal de
Beagle. Es un enfoque parcial concebir al Sistema Científico Argentino
limitado al contexto universitario. Resulta mucho mas fecundo visualizarlo
entrelazado con otras instituciones gubernamentales o de la industria que
hagan un aporte significativo de I+D al desarrollo nacional y a la sociedad
global.
En cuanto a la eficiencia del sistema, integración interdisciplinaria y
trabajo en equipo, el CONICET tiene como instrumento fundamental su sistema
de centros regionales e institutos. La creencia de que la ciencia argentina
no sirve a las necesidades de la sociedad, y que se trabaja para la ciencia
internacional, según se plantea en el Programa, es en gran parte debido al
desconocimiento de las innumerables acciones que los protagonistas del
sistema desarrollan en el medio social y económico, como lo reflejan los
informes de los institutos, investigadores y profesionales del mismo. Por
otra parte, la presencia de la Argentina en la producción científica
internacional se refleja en que los miembros de la Carrera han participado
en el 68% de las 17000 publicaciones originadas en la Argentina durante los
últimos cinco años, contribución aún mas significativa si se considera que
los miembros de la Carrera representan el 20 % de los Docentes
Universitarios categorizados como investigadores.
Como repetía Bernardo Houssay , "la ciencia no tiene patria, pero los
científicos sí", y éstos en gran medida son los miembros de la Carrera del
Investigador, acompañados por los técnicos, profesionales y becarios, que
aportan con su presencia en el país, a que el mismo cuente con una base
científica y tecnológica reconocida.
El Programa propone eliminar el sistema actual de evaluación ya mencionado y
dejar librado a concursos universitarios el control de la actividad
científica. Es poco comprensible que se pretenda cambiar drásticamente un
sistema de evaluación que es considerado un pilar básico de los instrumentos
de promoción del CONICET, en vez de continuar con su perfeccionamiento sobre
la base de la experiencia adquirida.
El Directorio del CONICET ve con plácemes todo refuerzo a la investigación
en las universidades, complementando la integración ya existente, pero cree
que el desmantelamiento de la Carrera del Investigador y el traspaso
obligado de los investigadores al escalafón universitario, significa colocar
al CONICET como una institución residual y tira por la borda una tradición
fecunda de mas de 40 años, revitalizada en el tiempo y con proyección de
futuro.
Tenemos la firme opinión que adoptar el Programa propuesto condena a la
investigación científica tecnológica en la Argentina a la jibarización.
Suscriben este documento los ocho miembros del Directorio del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina.
Armando Raúl BAZÁN, Luis Alberto BEAUGÉ, Esteban Alberto BRIGNOLE,
César Atilio Nazareno CATALÁN, Marcelo Gustavo DAELLI, Julio Alberto LUNA ,
Norberto Pedro RAS y Juan Alfredo TIRAO.
Buenos Aires, 13 de julio de 2000