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RE: [escepticos] Texto Ouija



Comentaba yo al hilo de la ouija, en la firma:
> > javier armentia (que ha jugado muuuucho con la ouija y ha conseguido,
con
> > ella, que muchos adolescentes no se crean patrañas, y se hagan un poco
más
> > críticos... convirtiendo esa "inquietante herramienta" en un divertido
juego
> > de pensamiento crítico)

Y contestó Arturo Ríos:
> ¿Podrías ampliar un poquito más esto? las ideas de fomentar el espíritu
> crítico entre los chavales siempres son bienvenidas :)

(mode little old battle ON)
EN mis tienpos, supe ser responsable de actividades de tiempo libre: esas
cosas que antes se decían monitor y director de campamentos, campos de
trabajo, colonias... (luego ya se me fue yendo el santo al cielo y dejé el
tema. una pena... en fin).
Con chavales y chavalas de cierta edad (normalmente a partir de los 14 y
hasta los 18.. a veces más jóvenes, otras más mayores), solía aparecer
recurrentemente la pasión por lo misterioso, la ouija y demás -digo
recurrentemente, porque aquello parecía lo de la moda del yoyo o del trompo,
según el año...

En general, dentro de las claves de la convivencia en fines de semana,
campamentos, colonias, etc... estaban las actividades nocturnas
(especialmente, con los más pequeños -y con gente que apenas ha salido de la
casa materno/paterna- una cosa que uno tiene que trabajar es romper el miedo
a la oscuridad, a la noche... especialmente en pleno monte). Veladas en
torno a un fuego, esas cosas tan divertidas (o no) solían derivar, a veces,
hacia lo misterioso, el terror, etc... Momentos idóneos para poder hacer un
poco el idiota, y para tentar a los jóvenes con el pensamiento crítico
(jejejee... corruptor de menores y todo, aparecerá un día en algún dossier
de esos que prepara el magufo más bonito). La ouija era estupenda. Sobre
todo porque siempre había alguien que estaba entusiasmado por ella.

Uno podría haber optado entonces por decir pastoralmente: "no, niños, que
eso es muuuuy peligroso, que es maaaalo". Posiblemente era la opción más
normal entre mis colegas en eso del tiempo libre. Pero prefería, por mi
parte, introducir el tema como una actividad: he de confesar que algunos de
los presentes se excusaban y se largaban corriendo al saco, mayormente
acojonaíllos. Otros se quedaban, de manera que podíamos montar una "seance"
maja.

En breve, que me enrollo como las persianas: yo solía quedarme aparte del
círculo de vasoempujantes, contemplando un poco desde fuera la cosa...
diciendo cosillas jocosas cuando la tensión parecía subir, o introduciendo
comentarios que me parecían adecuados, tomando notas... Algunas veces,
parábamos para hacer notar cómo se completaban las palabras obvias
rápidamente, cómo las más complejas iban tardando más, cómo cuando se hacía
referencia a un asunto conocido por varios todo iba más suave... miles de
cosas que suceden a lo largo de una sesión de estas.

Luego seguíamos, ya sin vaso, haciendo un análisis de lo que había sucedido.
Lo más interesante era comprobar lo que comentaba la gente que había vivido.
En algún caso les pedí que resumieran por escrito lo sucedido y luego
comparábamos. Cómo se construían los sucesos a posteriori, a partir de los
pocos datos, cómo todo iba cuadrando perfectamente.

No sé se de aquellas historias la gente salió más escéptica. Espero que
sí... También he de reconocer que, normalmente, la persona más aficionada al
asunto solía quedarse un tanto entristecida porque "esta noche no ha
funcionado, pero hace dos semanas, yo..." (etc). Alguno incluso me acusó de
interferencias de esas psi-negativas: cuando hay un escéptico no hay
paranormalidad. Jeje... eso me encantó, comprobando cómo incluso con gente
no especialmente leída en estos temas ya funciona adecuadamente el
repertorio de excusas para defender lo que crees.

Pues eso era, más o menos, Arturo, a lo que me refería. Si montas un día una
cosilla de esas, verás cómo las posibilidades de desmontar el asunto son
infinitas. Qué evidente es todo el mecanismo, quién empuja, quién se deja
llevar... Ahora, además, uno podría grabar con vídeo todo y poder luego, en
el análisis, mostrar esos detalles obvios que, sin embargo, los
participantes ni detectan ni llegan a creerse del todo. Pero que están ahí,
claro. De la misma manera que se podía comprobar la forma en la que de una
cosa se va derivando a otra, cómo de repente una persona se va haciendo la
protagonista, porque de repente se ha dado cuenta de que hablan de ella, y
cómo eso sigue ...

Por acabar, que ya me vale: nunca realmente se proporcionó un dato que al
menos una persona no conociera, salvo en un par de ocasiones que, analizando
la cosa, aparecieron datos no conocidos... que realmente eran presumibles
(un educated guess de esos).
Me consta que los que jugaron conmigo a la ouija no tuvieron serias
repercusiones, ni quedaron marcados por una experiencia peligrosa. Lo cierto
es que, por el contrario, la gente se lo tomaba como una de las actividades
más entretenidas (más incluso, para mi pesar, que la excursión nocturna
obligada a la caza del gamusino, que era mi preferida; o el juego del bote
sin luces donde a uno le podía pasar cualquier cosa...). Y al día siguiente
era el comentario general, lo que animaba a quienes se habían ido a dormir
antes a quedarse a ver qué sucedía. Normalmente, eso sí, a la noche
siguiente no repetíamos ouija... el ambiente estaba creado para contar la
historia de María la ladrona de la asadura de su marido difunto.... pero eso
es otra historia, claro :-)
(mode little old battle OFF)

Saludos

javier armentia