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[escepticos] **Adelita
Era delgadérrima, su cuello tenía de ésos tendones a punto de
ruputura, como las tortugas...o el fiscal general del estado (que es
talmente como una tortuga sin caparazón).
Siempre vestía de luto o de "alivio" supongo yo que a pesar de haber
pasado ya veinte años desde que murió su santo esposo, le habría
tomado gusto al "estilo" y ya no era cosa de cambiar...
Todas las tardes hacia las cuatro salía de su casa y con paso firme y
zancada larga comenzaba su periplo...primero los Fautsmann, que
vivían en Carrejo y eran los más alejados, de vuelta Don Vicente (el
médico) y de camino mi tía....luego ya todos los del pueblo...todos
los que ella consideraba dignos de su presencia, claro.
Llamaba con un timbrazo largo (o campanazo, según...) y mi tata y
Dorita (una chacha asturianina que se hizo el ajuar sacando de todo
en los paraguas, como cosa de magia) se ponían de los nervios al
roconocer la llamada, se atusaban los delantales y corrían por el
vestíbulo como los ratones cuando enciendes la luz.
Se sentaba en el mismo sillón, el que daba a la ventana, siempre, con
las piernas muy juntas y se estiraba la falda por encima de las
rodillas huesudas.
Mi tía, suspiraba (ya sabía lo que le iba a contar) y servía un
te...una mistelita...esto y aquello con desgana y paciencia.
Iba de casa en casa soltando su bilis, su gotita de veneno, no había
pareja que se mirase, que ella no lo supiera y antes, mucho antes de
que se dieran cuenta de que se gustaban, ya estaba ella soltando su
ponzoña bien administrada.
Aún recuerdo la vez que vino a contar como habían entrado en la
huerta de Jobita y se habían comido las mejores manzanas..."seguro
que han sido los salvajes de los críos de "la Pesa" (un barrio entre
el pueblo y la casa-cuartel) que estan asilvestrados y no saben lo
que es la decencia"..."pero van servidos...que les había echado
polvos de "jalapa", así que estarán con cagalera una semana"...
y mi tía, seguía sirviendo parsimoniosa el té...asintiendo con la
cabeza a toda su indignación....
y yo arriba, en la cama, con una cagalera que se me salían los intestinos....
Cuando murió se casaron Toñi y Mariano (su hijo), la pobre Toñi
estuvo medio consumida por la soltería y sus insidias durante
años...y en cuanto se casó le salieron unas redondeces que daba gusto
verla. También se arrejuntaron Herminia y Ramón...cosa insólita
porque eran viejos y no dados a las escandaleras...pero se querían y
si se casaban hubieran perdido la pensión que le había dejado
Manolin, (un marino mercante enorme que no le pegaba nada el
diminutivo....).
Total, y en resumiendo, que en todas partes cuecen habas...y del
mismo modo que en todos los colectivos (pueblos, agrupaciones, listas
de correo...) hay un Zeto rompepelotas (y cristales) no podía faltar
una Adelita, con su gota de veneno, sus insidias y su canesú...
Todo se repite....
Besazos.
María.