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RE: [escepticos] El Cesid y lo paranormal



    Realmente Luis era una apuesta sobre seguro. Sabiendo como actúa
habitualmente este sujeto era fácil llegar a dicha conclusión, tan fácil
que incluso hubo algún que otro magufo que se lo echó en cara
directamente en la misma lista de Mundo Misterioso.
    Seguro que el Ordenata del Carballeta anda a estas alturas dando
tumbos por alguno
de esos circuitos de material informático de segunda mano.
    En fin, una perla el Carballal este.
    Al final de mi mensaje os pego los dos artículos que salieron ayer
en La Razón.
    No se pero me parece que sería pertinente el remitir unas cartas al
director tal y como hicimos algunos con el Diario 16. La dirección
cartas en larazon.es

Saludos escépticos desde Bilbao.-((;.¬D))))
Marco Tulio Cicerón-"Dubitando ad veritatem pervenimus"-
www.arp-sapc.org

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 sábado 17 de marzo de 2001



El CESID utiliza videntes para obtener información

El servicio secreto recluta «pitonisas» y «adivinos» que tienen acceso a
empresarios, políticos y banqueros

El CESID utiliza desde hace años videntes como fuentes de información.
El servicio secreto recluta a adivinos y pitonisas para que le informen
de las intimidades de empresarios, políticos y banqueros. En el libro
«Los expedientes secretos», su autor, Manuel Carballal, al que el
CESIDespió para conocer el contenido de lo que estaba escribiendo,
revela cómo los agentes del espionaje recurren al mundo de las cartas
del tarot y las bolas de cristal para acceder a las intimidades de
personalidades infuyentes de la vida española. El Centro dirigido por
Javier Calderón investiga también las capacidades extrasensoriales y
telepáticas de algunos videntes a los que someten a pruebas similares a
las utilizadas por la CIA.




Enrique Montánchez - Madrid .-
El servicio secreto recurre de forma sistemática a videntes para obtener
información de personajes relevantes de la vida española que por otros
métodos no podría conseguir. «La persona que acude a un adivino para
conocer su futuro desvela intimidades que normalmente no descubren por
una escucha telefónica o por la colocación de micrófonos; y lo que es
más importante, el adivino puede influir en las decisiones de las
personalidades que les consultan», afirma Manuel Carballal, periodista e
investigador, autor del libro «Los expedientes secretos», editado por
Planeta.
    El Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) mantiene en
el mayor secreto esta actividad, pero agentes en activo han confirmado a
Carballal que emplean a videntes en operaciones concretas del Centro. El
servicio secreto no sólo se limita a la utilización de «adivinos» y
«pitonisas» como fuentes de información. También se ha dedicado a
investigar las capacidades telepáticas de los videntes, siguiendo
técnicas desarrolladas por la CIA norteamericana durante la Guerra Fría.
    El propio ex-coronel del CESID Juan Alberto Perote, que fue jefe de
los comandos operativos, relató al autor que dos agentes bajo su mando
se entrevistaron hace pocos años con los máximos dirigentes de la
Sociedad Española de Parapsicología (SEP), en su sede de la calle Belén
15 de Madrid, «con objeto de que los científicos intentasen contrastar y
potenciar las supuestas capacidades extrasensoriales que los agentes del
servicio secreto español creían haber detectado en videntes a los que ya
habían sometido a algunas pruebas».
    La reunión contó con la presencia de los máximos dirigentes de la
SEP: el doctor José Luis Bardasano (presidente), los psicólogos José
Luis Jordán Peña (vicepresidente) y Francisco Gavilán, y los doctores
Guillermo Serrano y Laura Otomuro. Según confesó el ex-coronel Perote
«en ocasiones, como el secuestro del empresario Emiliano Revilla por
ETA, hemos acudido a videntes para intentar obtener alguna información
útil».
    Cuando el CESID se enteró de que Carballal estaba haciendo preguntas
sobre los videntes y había contactado con varios agentes de «La Casa»,
montó un dispositivo de vigilancia en torno al periodista. Uno de sus
contactos en el servicio secreto le facilitó copia del informe
«Breogan-Pulsar-Blanco», clave de tres palabras que utiliza «La Casa»
para designar cada operación, con fecha de 30 de junio de 2000, en el
que se daba cuenta de los contactos que había mantenido con Juan Alberto
Perote. La nota interna de servicio con el sello de «Reservado», que se
reproduce sobre estas líneas, concluía con la siguiente frase: «No se
cree necesario, por el momento, efectuar CGA». El denominado Control
General de Actividades (CGA) consiste en vigilar las 24 horas del día al
objetivo en cuestión, siguiéndole en sus desplazamientos, colocando
balizas de localización en su vehículo, interviniendo sus teléfonos y
penetrando de forma clandestina en su domicilio para colocar micrófonos
y cámaras de video.
    «¿Qué temía el director del CESID, Javier Calderón, de la
investigación que emprendí sobre los videntes y los "expedientes X" del
servicio secreto?», se pregunta Manuel Carballal. Curiosamente, seis
meses después del citado informe, el pasado 22 de diciembre, el
ordenador portátil del periodista fue robado del interior de su coche.
El disco duro contenía el original del libro ahora editado por Planeta.
    Los especialistas de la Comisaría General de Información de la
Policía que inspeccionaron el vehículo dictaminaron que el robo era obra
de profesionales. No habían dejado huellas. El robo no frustró, sin
embargo, el trabajo de investigación. El periodista, «perro viejo» en
estas lides como él mismo asegura, había tenido la precaución de hacer
copias de seguridad.
    El libro desvela, entre otros ejemplos, el caso concreto de
utilización de un vidente para una operación de espionaje montada por el
CESIDa un diplomático de la embajada de Polonia en Madrid. Esta
operación fue suprimida, en el último momento, del libro que la
periodista Pilar Urbano escribió sobre el servicio secreto español
titulado «Yo entré en el CESID».
    Carballal explica que las cubiertas del libro de Pilar Urbano
incluían una referencia al caso del diplomático polaco, «pero
sorprendentemente fue eliminado del interior», subraya. No quiere
aventurar que el servicio secreto presionase a la periodista para
retirarlo de la obra.
    «Al coincidir años después con Pilar Urbano -afirma Carballal- en un
programa de radio que yo dirigía le pregunté por este hecho lo confirmó
y me respondió textualmente: "Era un diplomático polaco que tenía acceso
a muy buena información porque trabajaba en la sala de Claves de la
embajada"».
    En el libro Carballal explica que el individuo en cuestión era poco
abordable y no tenía debilidades, ni siquiera la bebida. Sólo le gustaba
consultar el futuro. Entonces se le facilitó que tuviese contacto con
una pitonisa que quiso colaborar con el CESID. En las sesiones no le
cobraba o le cobraba poco. Ella le daba bastante información que el
Centro le facilitaba, información que iba a salir a los tres o cuatro
días en los periódicos y que al polaco le resultaba interesante. Era un
señuelo y él le contaba a la pitonisa la vida y milagros de todo lo que
estaba ocurriendo en la embajada y en los países del Este en la época de
la Perestroika. El trabajo de esa pitonisa, que hace normalmente su vida
y es una profesional magnífica, fue muy rentable para el CESID en aquel
momento».
    El autor asegura que la operación del diplomático polaco se llevó a
cabo por mediación de dos agentes del CESID que se hicieron pasar por
industriales españoles interesados en negocios con el bloque del Este.
Uno de ellos le dió a entender que su esposa era cliente habitual de una
conocida vidente, que el Centro se encargó de promocionar con
entrevistas en televisión y prensa para que resultase familiar al
diplomático. «El CESID ha encontrado una mina dpara obtener información
privilegiada en el mundo del tarot y las bolas de cristal», concluye.

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«Llegan a un límite en el que sus mentes están tan abiertas que te
cuentan todo»

Diferentes videntes hablan con LARAZÓN sobre el «espionaje psíquico»
Verónica Zabala - Madrid .-

¿Sabía que Ronald Reagan era un auténtico adicto a los astrólogos? Tanto
es así que no tomaba ninguna decisión sin consultar previamente con
ellos. Sí, sí, como lo están leyendo. Llegó, incluso, a establecer la
hora de su nombramiento como gobernador de California a las doce y media
de la noche porque era la de mejor influencia planetaria, según sus
particulares «asesores». Ahora se dirán: «¡Menuda americanada!». Pues
abran los ojos, porque esas cosas no sólo ocurren al otro lado del
Atlántico. ¿O no se imaginan a cualquiera de nuestros renombrados
banqueros o ministros acudiendo a uno de estos profesionales?
    Y no sólo eso. Según el libro de Manuel Carballal, los agentes del
CESID, siguiendo los métodos empleados por la CIA, piden ayuda a
astrólogos y videntes para resolver sus casos y sacar información sobre
personalidades relevantes de nuestro país. Pero como toda información
hay que contrastarla, LA RAZÓN se ha puesto en contacto con personas que
se dedican a esta profesión de creencias tan increibles... Algunas, de
primeras, no quisieron ni pronunciarse sobre este tema, que encontraron
fuerte y escabroso para su gremio. Sin embargo, después de hacer unas
cuantas llamadas, un vidente habló: Manuel González, del equipo «Tarot,
fortuna, amor y suerte». González confirmó que le «consta» que existen
compañeros que se dedican a esto; a trabajar para la Policía y el CESID.
En casos de secuestros -ahí está el de Emiliano Revilla-, dijo que «la
información que consiguen es siempre orientativa. Cierran el círculo de
situación en el que se puede encontrar el retenido y, en ocasiones, es
posible saber hasta si la persona está viva o muerta. ¿Has visto
«Expediente X»? Pues igual. Lo que pasa es que hay mucha gente que no se
lo cree, así que las autoridades prefieren mantenerlos al margen de la
opinión pública. Los tienen camuflados. Suelen buscar entre todos los
compañeros y elijen a los mejores. Éstos son a los que, por decirlo de
alguna manera, reclutan», explica. Uno de los mejores, según puntualiza
Manuel González, se encuentra en Toledo y «sí, puede ser que trabaje
para el CESID», afirma sin dar su nombre. Vamos más allá. Qué hay de
aquellos que, trabajando para los mismos servicios secretos, sacan
información a personalidades importantes del país e, incluso, llegan a
influir, siguiendo órdenes, en sus decisiones: «Ahí está. Ten en cuenta
que te metes dentro de lo que está pensando esa persona. Sabes en la
posición en la que se puede encontrar: si está dentro o fuera de la ley.
Es muy fácil. Con ayuda de las cartas le sacas informaciones de casi
todo».
    González dice que se dan situaciones en las que los videntes llegan
a manejar el funcionamiento de una empresa: «Pueden controlar las
decisiones de los ejecutivos. Hay gente que confía tanto en nosotros que
nos piden consejos financieros». «Personalidades muy gordas -continúa-
hacen movimientos de capitales a través de los videntes. Por ejemplo, un
banquero que va a realizar una fusión te pide opiniones y sigue tus
consejos. O te cuentan, simplemente, lo que tiene entre manos».
    Para el «espionaje psíquico», explica González, «el cliente tiene
que entrar en trance. Llega un límite en el que la persona tiene la
mente tan abierta que suelta todo. Tú le acercas la idea y ella habla».
    De este modo, se hacen los videntes con los secretos más
inexplicables de banqueros, empresarios y políticos. Secretos que, por
supuesto, durarán poco en su poder...
    Pero claro -hace un inciso Manuel-, a quien «no puedeis preguntar
sobre esto es a videntes de altura. Nunca van a tirar piedras sobre su
tejado. Sin embargo, ellos, como yo, saben lo que hay. Aunque si yo me
dedicara a ello tampoco lo diría».
    Nos pusimos en contacto con Rappel y, efectivamente, dijo no tener
ninguna relación con este tema. «Cómo voy a hablar de ésto. Para nada.
Yo recibo en mi consulta todo tipo de preguntas, pero no me dedico a
estas investigaciones».
    Lo que el famoso futurólogo no negó es que abogados, por ejemplo, en
algunas ocasiones, le hayan consultado para orientarse o saber cómo va a
salir un juicio. «Pero, insisto, nunca he recibido una llamada de un
organismo oficial: un ministerio». También aclaró que en su gremio
existe mucha independencia entre los profesionales, por lo que no suelen
contarse las cosas, así que tampoco dijo si alguno de sus compañeros
trabaja para el CESID.
    Por su parte, otra «bruja» de famosos, Cristina Blanco no cree que
el servicio secreto busque ayuda, porque este cuerpo del Estado «no
necesita a nadie para resolver su trabajo». Y si lo hicieran, «por
profesionalidad, no te podría decir ni que sí, ni que no. Lo que hago
dentro de mis cuatro paredes no sale de ahí».



----- Mensaje original -----
De: Luis Alfonso Gámez <LAGAMEZ en terra.es>
Para: <escepticos en ccdis.dis.ulpgc.es>
Enviado: domingo, 18 de marzo de 2001 03:08
Asunto: [escepticos] El Cesid y lo paranormal


Fijáos en el último párrafo. Ya está Carballal diciendo a los
periodistas
que el Cesdi está tras el robo de su ordenador. Felicidades a los que
vieron
tan clara la historia publicitaria.

Luis Alfonso


A ALGUNOS LES PROMETEN LA FAMA

El CESID paga a videntes y pitonisas para recibir información sobre
personajes públicos


Javier Calderón, Director del CESID, ha encontrado un filón en el mundo
de
la parasicología. Así se desprende del libro Los expedientes secretos
escrito por el periodista Manuel de Carballal y editado por Planeta. El
servicio secreto recluta sistemáticamente a videntes para obtener
información confidencial sobre empresarios, banqueros, políticos y
personajes de la vida pública.

Según afirma en el diario La Razón Manuel Carballal, la persona que
acude a
un adivino desvela datos que normalmente no se descubren a través de una
escucha telefónica. Pero lo más importante, según el autor del libro, es
que
el adivino o vidente puede llegar a influir en los comportamientos de
sus
clientes.

El Centro Superior de Información de la Defensa mantiene en secreto esta
actividad aunque según desvela Carballal no sólo emplean como medio de
información a los videntes sino que se dedican a investigar las
capacidades
telepáticas de estos adivinos siguiendo técnicas desarrolladas por la
CIA
norteamericana durante la Guerra Fría. El CESID paga a estos videntes a
cambio de información privilegiada y hasta promociona su imagen para
hacerles famosos.

El libro de Manuel Carballal desvela, entre otros casos, la utilización
de
un vidente para una operación de espionaje montada a un diplomático de
la
Embajada de Polonia en Madrid. Curiosamente esta operación fue suprimida
en
el último momento del libro que la periodista Pilar Urbano escribió
sobre el
servicio secreto "Yo entré en el CESID".

Desde el CESID se ha intentado que el libro de Carballal no saliese a la
luz. Para evitarlo llegaron a robarle, según denuncia el autor, el
ordenador
con el original de este proyecto. El periodista tuvo la precaución de
guardar copias de su trabajo y finalmente ha publicado "Los expedientes
secretos".

www.libertaddigital.com