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Re: [escepticos] Re: era sobre Savater pero ahora sobre el autismo



> Veo a todo el mundo comentar las elecciones en el norte y no veo a nadie
> asombrarse de lo que cuenta el Arzalluz. 
> dice, se puede ver en la prensa, que los de ETA son autistas y, tambien
> dice que hay que dialogar.

> la cuestion es ¿de que se puede dialogar con un autista? ¿quien es el
> autista?

Muy bueno, sí señor.
Pop cierto, sobre estos temas me viene a la mente un cuento la mar de
majo (escrito sin ninguna pretensión ni nada):

Érase que se era un señor ciudadano que volvía a su hogar después de
trabajar. Era ya de noche, y las calles estaban bastante despobladas.
De pronto, al cruzar una esquina, el pobre trabajador se vió abordado
por dos maleantes. Uno de ellos -el malencarado- se avalanzó sobre el
protagonista de nuestra historia, esgrimiendo una navaja de
considerables dimensiones. El otro -el "pacífico"-, viendo cómo su
compañero se sobrepasaba al poner la afilada navaja sobre el cuello
del -ahora asustadizo- ciudadano, alargó el brazo con el fin de evitar
una catástrofe.
"¡¿Qué haces?! ¿Es que quieres matarlo o qué?", dijo el pacífico.
"¡Déjame, capullo! ¡Este hijo de puta va a darnos ahora mismo todo lo
que lleva encima!¡Sabes que necesitamos la pasta ya!", respondió
nerviosamente el malencarado, mientras forcejeaba con su compañero.
"¡Sabes que ésta no es la forma de hacerlo! ¡Se te puede escapar la
mano, y herirle y matarle! Podemos conseguila sin necesidad de eso!",
aseveró el pacífico.
Mientras tanto, el pobre ciudadano, no acostumbrado a estas
situaciones, permanecía inmóvil y sin posibilidad de reacción
asistiendo a la discusión y forcejeo de los dos maleantes.
Como el maleante pacífico no tenía la misma fuerza ni constitución que
su violento compañero al final acabó por ceder, de forma que la vieja
y afilada navaja volvióse otra vez al gaznate del asaltado.
"Escúcheme, señor mío", díjole el maleante pacífico al cada vez más
asustado ciudadano. "He tratado de impedir que mi compañero emplee la
fuerza. Usted ha visto que no puedo luchar contra él, pues tarde o
temprano acaba venciéndome. Éscucheme con atención y solucionemos ésto
de una forma tranquila. Hágale caso a él, y denos todo lo que lleve
encima de valor. De esa forma cada uno seguiremos nuestro camino sin
ninguna problema, y podremos continuar nuestras vidas. Pero le hago un
ofrecimiento, ya que le veo muy mal. Denos usted tan sólo la mitad de
lo que lleva, y así le aliviaremos un poco el mal rato que está
pasando por culpa de mi <<amigo>>".
"¡¡Pero qué estás diciendo, hijodeputa!! ¡¡Éste tío nos va a dar ahora
tódo lo que tiene!! ¡¡A él no le hace falta!!", recriminó aireadamente
el malencarado a su compañero, no sin cierto descuído que hizo que una
pequeña incisión se realizara sobre el cuello del desafortunado
ciudaddano.
"¡Estate quieto, Joe! ¡Yo creo que ya le ha quedado claro! ¡¡Mira lo
que estás consiguiendo con tu comportamiento!!", exclamó el maleante
pacífico a su compañero a la vez que le indicaba con la mano la
pequeña franja de sangre que empezaba a discurrir por el cuello de la
víctima.
"M.. Mu.. Muy... muy bien... ¡les daré lo que tengo! ¡¡¡pero por
favor, déjenme ya!!", sollozó ya, al borde de la extenuación, el pobre
e inocente ciudadano, a la vez que se llevaba la mano al bolsillo
donde llevaba la cartera.
Así, le entregó la cartera al chorizo pacífico, y éste se la devolvió
con, justamente, la mitad de lo que llevaba en billetes.
"Muy bien, señor. Mi colega y yo le dejamos ya en PAZ. Me alegro de
que la cosa no haya llegado a mayores. Ahora hablaré con mi amigo
sobre sus métodos. ¡Venga, Joe, vámonos!".
"Grrrr... la próxima vez espero que lleves más, ¡gilipollas!" díjole
el malencarado al inocente ciudadano a la vez que le apropinaba un
gran empujón".

Y de ésta forma, los participantes de este drama prosiguieron sus
particulares caminos. Joe y Mac se repartieron lo que habían ganado
esa noche (a pesar de todo, Mac se quedó con una pequeña parte, y Joe
con la mayor, posíblemente por haber robado sólo la mitad). El
desconocido ciudadano llegó por fin a su casa, no sin cierta
dificultad, y una vez allí contó lo que le había pasado a la
familia...

Finalmente, nunca más los caminos de estos contendientes volvieron a
cruzarse. Por fin todos vivieron en PAZ, y siguieron sus respectivas
vidas, ignorantes los unos a los otros de lo que les acontecía en sus
insignificantes trayectorias vitales.

FIN.

M?
^^

P.D: lo mío no es la escritura, nop. :P
P.D.2: premio al que interprete bien este penoso cuento.