Los mismos que no son respetados ni por el viento, ni por el agua, ni
por las plagas, ni por la tierra, ni por los animales, ni por los astros, ni
por nadie salvo los humanos. Nosotros los inventamos y nosotros los
respetamos, mas o menos. Pero carecen de existencia real; solo son útiles para
las relaciones entre los humanos y la gestión de "sus" recursos.
De cara a las relaciones ecológicas, los derechos son papel mojado;
improcedentes y fuera de lugar. Si, códigos, normas hechas por y para el
hombre. Sin embargo, hay personas, y no pocas, que lo entienden de otra
manera. Se equivocan.