[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

[escepticos] Debate sobre células madre en los foros de El País



Los foros de los lectores en las ediciones digitales de los periódicos no suelen ser coto de caza para buenos
argumentos, pero en esta ocasión el debate sobre células madre está resultando muy muy interesante.

No sé si copiar esto porque no tengo el permiso del autor o autora, que firma como Olalla. Pero me arriesgaré a
las iras de los dioses del copyright y copiaré íntegro uno de sus comentarios porque creo que merece la pena. Si
Olalla es alguien de esta lista, y podría serlo por su brillantez, ¡que se manifieste! Va a continuación. Es el
comentario número 12, y el original puede conseguirse en:

http://www.elpais.es/foros/pinta_tema2.html?tema=0007003002001003001002&f=elpais&tabla=soc&i_pagina=1&f_xml=20020920elpepisoc_4&type=Tes&anchor=elpepisoc&d_date=20020920



AUTOR: Olalla
COMENTARIO:
16:51 , 06-10-2002

Contesto aquí, uno por uno, cada apunte de Bulturido.

Con respecto a la primera cuestión, tan erróneo es considerar que el ser humano nace en el momento del cigoto,
como apoyarse de un modo estricto en la noción de conciencia, para considerar que uno no existe como ser humano
ni siquiera cuando bebé o niño porque entonces no es consciente o autorreflexivo del mundo que le rodea. Ambos
extremos cometen el mismo error: considerar que la vida humana ?y la vida en general? se produce en un momento,
instante, flash o milagro. No existe un momento preciso en el que se pueda decir aquí y ahora empieza la vida
humana; no hay ningún momento singular que pueda ser aislado de tantos otros momentos importantes. No hay ninguna
fase concreta que sea más importante que otra; ningún momento singular que pueda ser aislado de tantos otros
momentos importantes. Dicho de un modo poético: no se puede especificar un santiamén en una eternidad, pues todo
suceso vital forma parte de un proceso continuo.


En segundo lugar, que manía tiene Bulturido con lo de ?manipulación consciente, directa y dirigida a ese fin?.
¿Es que no sabe que ya han nacido millones de seres humanos resultantes de la fecundación in vitro, todos ellos
fruto de una ?manipulación consciente, directa y dirigida a ese fin?, que no es otro que tener un hijo propio?
¿Acaso estas personas valen menos o tienen menos derechos que aquellas que proceden de una relación sexual? ¿Es
que los seres humanos no podemos ser dueños de nuestro destino? Me da que Bulturido está en contra de cualquier
forma de reproducción no coital (incluido el control de la natalidad), y que cree que el proceso entero de la
reproducción sólo es dominio de Dios; es decir, que sólo puede ser natural, azaroso e impredecible. Esperemos que
al menos no sea tan fundamentalista (y tonto) como para creer que el cuerpo humano entero está dentro del dominio
de Dios, y no para ser ?manipulado? por los hombres mortales de la medicina.


En tercer lugar, la fecundación in vitro supone una solución que puede utilizarse como un punto de partida para
tratar casi todas las formas de esterilidad. Pero, ¿por qué con esta técnica es necesaria la congelación de
embriones? Fundamentalmente, la congelación de embriones proporciona una forma para que las mujeres que se
someten a un tratamiento de fecundación in vitro eviten la tensión física de una repetida estimulación hormonal
de ovarios y extracción de óvulos. Además, puesto que esta parte del procedimiento puede suponer hasta un 90% del
coste, la carga financiera causada por múltiples ensayos en fecundación in vitro se reduce enormemente. Y ahora
ya sabemos que en aquellos casos en los que una mujer debe someterse a quimioterapia, ya no será necesario
congelar embriones, bastará con congelar óvulos. Sea como fuere, la mujer que se somete a un tratamiento de
fecundación in vitro es libre para elegir si quiere o no congelar sus embriones. Y si una mujer cree que un
embrión no implantado ya es un ser humano con alma y sentimientos, entonces probablemente no congelará ningún
embrión propio y se implantará todos los fecundados in vitro (con el riesgo consiguiente de tener un embarazo
múltiple), o bien simplemente no se someterá a un tratamiento de fecundación in vitro. Este dilema moral no
existe para quienes no creemos que un embrión no implantado es un ser humano (por cierto, la mayoría de la
población). Igualmente, quienes así pensamos, consideramos ético usar los más de 35.000 embriones congelados
inviables que nadie reclama para procurar la curación de enfermedades prevalentes como la diabetes, el Alzheimer
o el Parkinson. Más aún, si yo fuese ultracatólico, probablemente también consideraría más ético el uso de estos
embriones sobrantes para el bien de la humanidad en lugar de destruirlos o mantenerlos indefinidamente
congelados.


En cuarto lugar, el embrión bicelular dispone de una identidad genética completa, de un status propio que
adquiere, a diferencia de sus progenitores (espermatozoide y óvulo), la potencialidad para existir como un ser
humano. Pero Bulturido no debe confundir lo que es la potencialidad para existir como ser humano de lo que
constituye el ser humano en sí. Por ejemplo, Bulturido debería saber que un embriólogo no puede considerar como
un individuo al embrión joven, pues aún no ha alcanzado la llamada línea primitiva, que tiene lugar a los 14 o 15
días tras la fecundación, y que marca el punto en que ya no es posible que el grupo de células embrionarias
puedan dividirse en dos o más fragmentos separados, cada uno de los cuales podría desarrollarse en un ser humano
diferente. Con todo, es cierto que no se puede determinar de un modo preciso cuando se pasa de la vida celular
embrionaria a la vida humana. Y no se puede saber cuándo ocurre la distinción exacta entre la vida en el nivel de
la célula y la vida humana, porque ?como dijimos antes? no hay ninguna fase concreta del proceso de desarrollo
que sea más importante que otra; todas son partes de un proceso continuo. Así las cosas, el embrión primitivo
tiene la potencialidad de desarrollarse y llegar a ser uno o más seres humanos (si se implanta), del mismo modo
que una semilla la tiene para ser árbol (si se planta) o un huevo para ser gallina (si se empolla). Y una vez
implantado, el embrión adulto debe seguir desarrollándose. Al principio la esencia del embrión es celular y
reside fundamentalmente en las moléculas inertes de ADN; estas son sus leyes pertinentes y específicas. Pero
conforme avanza la estructuración celular, aumenta también la complejidad (y especialización) del ser y su
autonomía, de manera que su fenómeno vital, esencia o naturaleza de conducta, se va transformando en un nivel de
vida más complejo, que posee propiedades que no se encuentran en los niveles inferiores. Así, el embrión adulto
(ya implantado) tiene más complejidad que el embrión primitivo, pero menos que la de un feto. Y si seguimos
ascendiendo en la complejidad, concluiremos que la libertad interior por excelencia reside en la mente del ser
humano, que vive su esencia cuando siente, piensa, ama, ...; cualidades todas ellas conferidas por un sistema
nervioso funcional. Y el embrión, de dos o más células, no puede tener ningún sentimiento propio del ser humano,
porque no posee ningún atributo neurológico, ni siquiera de una forma primitiva; ni una sola neurotransmisión
tiene lugar en el embrión. Sobre este particular, algunos neurobiólogos podrían considerar que la vida humana
empieza cuando la porción más primitiva del cerebro aparece por primera vez en el embrión adulto, entre la 3ª y
la 4ª semana después de la fecundación. Aunque para otros neurobiólogos, la vida humana podría empezar cuando
aparece la corteza cerebral, entre la 6ª y 8ª semana tras la fecundación. Más aún, para un neurobiólogo estricto,
la vida humana debería tener lugar en algún momento a partir del sexto mes de embarazo, puesto que es en esta
etapa cuando la corteza cerebral del feto empieza a cablearse y su cerebro está por fin estructuralmente armado
para la vida humana (no en vano, se considera que el ser humano fallece cuando deja de funcionar su sistema
nervioso). Es curioso comprobar que desde un punto de vista biológico/tecnológico, se considera igualmente que la
vida humana se inicia aproximadamente a los seis meses de gestación, pues es entonces cuando el feto humano
adquiere la capacidad para sobrevivir fuera del útero materno; límite natural de viabilidad marcado por la
funcionalidad de los pulmones (es decir, cuando el feto ya puede respirar y prescindir de la placenta).


En quinto lugar, las células madre adultas y germinales no tienen, ni mucho menos, igual plasticidad y capacidad
de diferenciación que las células madre embrionarias. Las células madre adultas y germinales sólo pueden producir
tejidos concretos, mientras que las células madre procedentes del embrión son pluripotentes y, por lo tanto,
tienen capacidad para reproducir todo tipo de células diferenciadas. ¿Por qué vamos a renunciar a la mejor vía de
investigación? En un Estado aconfesional y democrático como es España, quienes piensan como Bulturido no pueden
anteponer, contraponer e imponer su moral particular al conjunto de los españoles. Lo lógico es conceder a cada
pareja progenitora de los embriones sobrantes, el derecho a elegir ?de acuerdo con sus creencias? si quiere o no
quiere donar sus embriones para la investigación de células madre. Y en última instancia, ha de ser el enfermo el
que decida libremente si quiere o no someterse a un tratamiento con células madre procedentes de embriones.


En sexto lugar, lo que Bulturido considera ?otros?, para mi ?y para la mayoría de la población? no es vida
humana, con atributos neurológicos y con sensibilidad, sino vida celular. Cierto es que un embrión esta vivo y
que además tiene potencialidad para convertirse en uno o más seres humanos (en caso de implantación en un útero,
claro está), pero también cualquier otra célula de mi cuerpo está viva de la misma forma e igualmente es uno o
más seres humanos en potencia (en caso de clonación, claro está). En suma, estamos hablando de vida celular
privada de sentidos, al igual que cualquiera de los 75 billones de células que residen en cada cuerpo humano. Por
cierto, esta misma mañana me he hurgado en la nariz, y no por eso me acusaría Bulturido de haber violado los
posibles derechos de posibles sujetos (no en vano, la técnica de la clonación nos dice que cada célula de nuestro
cuerpo tiene potencialidad para formar un nuevo ser humano).


Y por último, tiene razón Bulturido en que la práctica científica moderna no es del todo neutral. En efecto, la
ciencia moderna no vive en el limbo del conocimiento puro, porque detrás de ella no sólo hay un interés
científico y médico, sino también intereses sociales, financieros e incluso militares (por desgracia, cada vez
hay más ciencia aplicada, y menos ciencia básica). Precisamente por eso debemos recurrir a la filosofía para
conjugarla con los avances de la ciencia. Y esta reflexión filosófica ha de ser libre y abierta, adaptada a
nuestro tiempo, que repare en la realidad de que hoy vivimos en una sociedad en continua transformación debido
fundamentalmente a los avances científicos y tecnológicos. Lo que no podemos es basarnos en reflexiones
filosóficas caducas, como la de Bulturido, resultado de una comprensión trasnochada de lo que es la vida, de una
concepción casta, cerrada, nostálgica y conservadora, que ya no nos sirve para comprender y asumir nuestra nueva
realidad.





--
Adela Torres
OSU, Corvallis, OR
USA
http://daurmith.blogspot.com