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Re: [escepticos] Re: ¿Quién eseste tío? (ojo, lamentos y ll oros ahead)



  Hola:

El Thursday 16 January 2003 19:51, Antoni Mont tecleó:
> Me temo que El País acabará marcando la pauta. 

  Te pego por aquí algo que escribí hace unas semanas (me sale más barato 
que repetirme ;)

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http://rvr.blogalia.com/historias/3945

{ Peajes en la superautopista de la información }

  Ya lo dicen los expertos: el futuro está en el Internet de pago. La 
cosa es así: antes esos expertos decían que tenías que invertir a 
raudales en un portal (que no una página web, no te confundas) y 
automágicamente el dinero llegaría a tus bolsillos. ¿De qué forma? 
Gracias a las visitas. Cuantas más visitas, mejor. 
 
  Bueno, ¿y cómo exactamente esas visitas me dejan dinero? Uh, bueno, 
pues veamos, claro, hay que verlo, pero que sigamos poniendo pasta 
mientras piensan. Y entonces los expertos se pusieron de acuerdo en que 
te harías inmensamente rico a través de cartelitos publicitarios y una 
tienda virtual (ellos lo llaman comercio electrónico, B2B, B2C o 
e-commerce que suena más profesional). 
 
  Pero no todos los portales disponían de productos para vender, así que 
tuvieron que resignarse a hacerse multimillonarios mediante los 
cartelitos publicitarios (uy, banners). Por cada cartelito visto, n 
céntimos, por cada cartelito en el que se hace clic nx3 céntimos. 
 
  Y cuando ya estaba todo controlado, resulta que van unos y deciden que 
ya no les interesa invertir en valores tecnológicos porque, ay, creen 
que lo que han prometido los expertos es utópico. Y a esos unos les 
siguen unos otros, a continuación toda la burbuja hace ¡pop! y ya no hay 
stop. Los inversores/accionistas que quedan después de la criba para 
colmo exigen que los portales den beneficios ayer o cierran el 
chiringuito. 
 
  Y en esa última situación llevamos desde el abril del 2000. Ahora nadie 
quiere invertir mucho dinero en Internet, porque los expertos (sí, son 
los mismos, no se crean que han ido al paro) aconsejan ahora que el 
horno no está para bollos, que lo mejor es dedicarse a los negocios 
tradicionales y que total, eso de Internet es un antro de perversión (ya 
sabe, hay mucho pirata suelto con pata de palo, con parche en el ojo y 
con cara de malo). 
 
  A eso le añadimos que los banners no funcionan: los internautas apenas 
hacen clic en ellos, los ignoran. A pesar del esfuerzo de los expertos 
por hacer más atractivos los carteles (carteles algo más grandes, 
carteles mucho más grandes, carteles que ocupan todo el escritorio, 
carteles con animaciones, carteles que salen en múltiples ventanas 
emergentes...) la eficacia de la publicidad no mejora 
significativamente. Vamos, que la publicidad en Internet, se hunde poco 
a poco. 
 
  Paradójicamente, resulta que aún con el estancamiento del crecimiento 
de internautas en España, son cada vez más los usan habitualmente la Red 
e incluso, son cada vez más los que compran con su tarjeta de crédito en 
tiendas virtuales. Bueno, bueno. Eso son buenas noticias: y ahora ¡los 
expertos ven luz al final del túnel! No se preocupen, ahora sí que sí. 
Está todo controlado: ¿que quieres obtener algunos beneficios en la Red? 
Olvídate de tener muchas visitas. Lo importante es la caja a fin de mes, 
así que cobra por los contenidos. Y ahí es donde aparece El Mundo y El 
País, con sus ediciones de pago, que es a donde quería ir a parar. 
 
  Resulta que quien escribe estas líneas ha sido un asiduo lector y 
comprador de El País en sus edición digital y, luego, impresa. Al 
comienzo uno sólo leía las noticias de última hora, pero luego pasas a 
leer el suplemento de Futuro, el Ciberpaís y terminas echándole un 
vistazo diariamente a la sección de sociedad y de opinión. De esta 
forma, El País.es consigue una tremenda población de lectores que no 
tiene fronteras. Lo que es más, diariamente los artículos del periódico 
son comentados en distintos foros y se convierte de forma natural como 
un referente de opinión y noticias [casi] indispensable en la Red de 
habla hispana. Así que no creo que vaya desencaminado si afirmo que la 
presencia en Internet ha sido la culpable de que este periódico sea uno 
de los pocos cuyas ventas de la edición impresa ha crecido en los 
últimos años. 
 
  Así que ¿qué gana y qué pierde El País.es cerrando todos sus contenidos 
a una suscripción de pago? Por un lado, imagino que los contables 
estarán contentos. Después de 6 años ingresando solo por publicidad, las 
cuentas de la edición digital por fín verán un apartado de ingresos, 
directos, contantes y sonantes. Por el otro, El País ha perdido una base 
tremenda de lectores que leían la edición digital. El País ha perdido 
poder de creación de opinión y debate. El País ha dejado de ser 
referente de noticias en español en la Red. Y no solo eso, son muchos 
los lectores que, como yo, se sienten decepcionados y se lo piensan dos 
veces antes de continuar comprando la edición impresa. Otros lectores 
opinan que si ya compran el periódico de forma habitual, al obligarles a 
suscribirse a la edición digital estarían pagando dos veces por lo 
mismo. En fin, si a eso le añadimos que la oferta de suscripción es de 
80 euros al año, el futuro, tanto de El País.es como de El País.kiosko 
reluce con un fulgor excepcional. 
 
  ¿Son legítimas las críticas de los lectores? ¿Tiene futuro el Internet 
de pago? En parte, creo que son legítimas las críticas de los lectores 
como la decisión del periódico de cobrar por los contenidos digitales. 
En el caso de El País, lo que me parece un error es el modelo utilizado 
para acceder a sus contenidos. Sería mucho más justo y eficaz que al 
comprar la edición impresa, se distribuyera un bono de acceso por x 
días. Se fomentaría las ventas de lo que en realidad vende un periódico 
(periódicos) y premiaría la confianza de los lectores. Y a los abonados 
a Canal Satélite Digital debería darles acceso total, y no un bono de 
tres meses. 
 
  Lo que me parece erróneo es pensar que todos los webs para ser 
rentables deben cobrar. O dicho de otra forma, lo que me parece erróneo 
es suponer que los internautas están dispuestos a pagar un peaje tras 
otro por acceder a contenidos, ya sea en mensualidades, anualidades o 
desembolsos puntuales. Hagamos cuentas: a 80 euros al año ¿cuántas webs 
se podría permitir un señor anónimo? ¿5? ¿10? Por tanto, la política 
generalizada de pagar por contenidos es casi equivalente a apagar buena 
parte de Internet (aunque podríamos debatir si es bueno o malo). 
 
  A los expertos (por si alguno llegó hasta aquí): Internet tiene sus 
propias reglas. Muchas de ellas caen por su propio peso. En lugar de 
retorcer la realidad para que encaje en sus espectativas, lo razonable 
es estudiar el medio y ofrecer consejos que se adapten a él, no al 
revés. Internet es un lugar estupendo que favorece la comunicación. 
Olvídense del símil 'gigantesco centro comercial'. (Y guárdenme el 
secreto, pero Internet no lo inventó Bill Gates). 

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  Saludetes,

-- 
Víctor R. Ruiz           | - Todos estos momentos se perderán, como
http://infoastro.com/rvr |   lágrimas en la lluvia.