Felipe
Pero todos tenemos alguna excepción, lo que indica que no son pocas.
A mi me han hablado en gallego en Galicia al preguntar una dirección, pero a la pobre mujer se le veía que hacía esfuerzos por castellanizar todo lo que podía (le costaba mucho) y se agradece el esfuerzo. Lo mismo me ha pasado en Alicante, pero siempre se notaba la buena intención por comunicarse. Incluso en Cataluña me ha pasado lo mismo, pero en Barcelona lo que me ha pasado era mala leche e intención de no comunicarse.