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[escepticos] Por fin un artículo escéptico
Pues eso. Salió en La Opinión de A Coruña. Acostumbrados a tanto maguferío,
la verdad es que se agradece encontrar algo así.
Lo pasteo por si lo cambian de url:
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Ovni: la parodia pseudocientífica
Salvador Aguilella / A Coruña
Cuando se produce un descubrimiento extraordinario son necesarias pruebas
también extraordinarias. Esta norma de la ciencia ha aplazado muchas veces
el reconocimiento de investigaciones serias que no podían aportar en su
momento argumentos suficientemente sólidos. Y ningún dato fiable debe
existir de la visita de alienígenas cuando todavía nadie podido recoger la
recompensa de 100.000 dólares para quien presente cualquier evidencia
medible de la existencia de ovnis o extraterrestres.
El reto lanzado por la asociación para la lucha contra la pseudociencia
Asalup lleva una década en vigor. Pide para desembolsar el premio algo tan
simple como un tornillo fabricado bajo otra gravedad, un mínimo fragmento
orgánico extraterrestre... ¡Algo! Los pocos que se han animado a presentarse
han basado sus pruebas en fotografías que una a una se han demostrado
fraudulentas o simplemente recogían fenómenos astronómicos o meteorológicos
inusuales. Los testimonios de supuestos abducidos fueron orientados a su vez
con la mejor intención hacia la rama de la psiquiatría. Sin embargo, casi
sesenta años después de que el fenómeno ovni se convirtiese en una moda
planetaria éste cobra nuevos bríos con las imágenes captadas recientemente
por las sondas Spirit y Viking 2 desde Marte en las que aparece un rastro
luminoso en el cielo que, de momento, no ha podido ser identificado.
Estas fotografías han sido facilitadas al menos por la agencia espacial
NASA. Pero sorprende ahora que una filmación difundida en 1995 fuese
saludada en informativos de medio mundo como el acontecimiento más
extraordinario del siglo. "Es como si se hubiera filmado la crucifixión de
Jesús", publicó un entusiasta rotativo. La noticia fue que un cámara militar
de 82 años sustrajo a las Fuerzas Aéreas estadounidenses unas cintas de
película donde dos personas vestidas de médicos parecían practicar una
autopsia del cuerpo de un extraterrestre que había sobrevivido hasta hacía
poco de la mítica nave que, según los ufólogos, se estrelló en el desierto
de Roswell (Nuevo México) en junio de 1947 y que dio origen a la
globalización persecutoria de los platillos volantes.
El vídeo fue distribuido por la compañía Merlín Productions, del británico
Ray Santilli y no hubo más remedido que empezar a discutir la veracidad del
testimonio ya que nadie más que los promotores habían accedido a las cintas
originales ni al testimonio del cámara, quien vendió el documento a un
anónimo particular porque, según explicó, Santilli, necesitaba el dinero
para pagar la boda de su nieta. Mientras tanto, la compañía Merlin explotó
comercialmente el filme y evitó que fuera examinado.
La opinión generalizada entre los científicos era que la estrella de la
autopsia era un muñeco de goma y los escépticos centraron sus dudas en el
aspecto antropomorfo de un ser nacido en otro mundo, la chapucera operación
y el sospechoso parecido del alienígena con el estereotipo inventado por la
ciencia ficción.
El negocio terminó cuando un equipo de expertos en efectos especiales
contratado por un programa de televisión creó una replica exacta de la
autopsia. La hicieron en seis días y costó 3.000 dólares. "Hicimos un molde
de arcilla, que cubrimos con látex; las vísceras las compramos en el
supermercado", explicó el técnico Ferdinando da Vinci.
Ni siquiera la evidencia de fraude tan descomunal ha desanimado a los
incondicionales de los platillos volantes, que en buen número atribuyen
tanta veracidad al muñeco de Roswell como al origen extraterrestre de los
misteriosos círculos que aparecen en los campos de Wiltshire (Reino Unido)
desde 1978. Los medios de comunicación difundieron ampliamente el caso y en
1989, debido al enorme número de fenómenos aparecidos ese año, levantó tanta
expectación que hasta la reina Isabel II se ocupó de examinar tan artísticos
trabajos en plantaciones de trigo. Unos ingleses de avanzada edad
reconocieron haber realizado muchos de estos círculos y que cobra-
ban una libra por dejar acceder a sus propiedades para verlos. Pero tampoco
esta confesión ha desanimado a los creyentes en civilizaciones
extraterrestres que nos visitan desde hace milenios. El argumento más
esgrimido es el de la conspiración, animada, naturalmente, por el Gobierno
de Estados Unidos. Según esta versión desquiciada, las fuerzas armadas y los
científicos estadounidenses han logrado escamotear las pruebas contundentes
del contacto en la tercera fase con alienígenas. Un enjambre de asociaciones
pseudocientíficas afirman incluso que la NASA manipuló fotografías tomadas
por los astronautas que pisaron la Luna debido a que los originales
mostraban ovnis y edificaciones extraterrestes.
Los ufólogos, o, más bien, las sectas que esperan con devoción a los
alienígenas, fundamentan la teoría del fraude en que las fotos desde la
superficie lunar no tienen estrellas visibles, cosa que para ellos es
inexplicable. Desestiman algo tan obvio como que las grabaciones e
instantáneas fueron tomadas durante el día y que para que la luz del Sol no
sature las imágenes de la superficie es necesario una abertura pequeña del
objetivo. Con esta exposición de la cámara es imposible captar el brillo
estelar.
Cada año miles de personas informan de haber visto misteriosas luces en el
cielo. Objetos volantes que visitan no se sabe muy bien por qué la Tierra.
De ser cierto, todos los científicos del mundo estarían equivocados y, aún
más allá, formarían parte de una confabulación global para mantener en la
ignorancia al resto de los humanos. Lo que es indudable, es que detrás del
fenómeno ovni hay un gran negocio. Nuestro J. J. Benítez, el del Caballo de
Troya y el programa de televisión Planeta Encantado, es capaz de ver en el
relieve milenario de una pirámide azteca a un astronauta con el equipo
completo, aunque arqueólogos y antropólogos que han dedicado su vida a
investigar las culturas precolombinas afirmen que la supuesta escafandra es
una máscara tradicional y que los tubos que rodean al viajero interestelar
son en realidad símbolos distintivos de su rango tribal en la Tierra.
No puede negarse que, en sus orígenes, el fenómeno ovni fue tomado muy en
serio por los gobiernos de los países industrializados. Se crearon grupos de
estudio y Estados Unidos era el más interesado en descubrir todo lo posible
sobre estos fenómenos. Acababa de finalizar la II Guerra Mundial y varios
estados habían escondido durante años sus investigaciones para fabricar la
bomba atómica. La Unión Soviética, que contaba con brillantes equipos de
científicos, podían haber descubierto algo extraordinario.
El Gobierno americano envió espías a la Unión Soviética con el objetivo
concreto de investigar estos fenómenos. Ahora, documentos desclasificados de
la CIA aportan jugosas entrevistas, con diálogos como el siguiente:
пSe refieren a nosotros? Nunca hemos construido cosas así. Pensábamos que
provenían de su lado.
Había entonces que buscar otra explicación a los platillos volantes. Con
este propósito, durante los años 70, se hicieron amplios estudios para
concluir que en la inmensa mayoría de los casos sólo se trataba de fenómenos
naturales, máquinas fabricadas por el hombre o alucinaciones, y al no
suponer una amenaza para la seguridad nacional dejaron de interesar.
Dejaron de tener interés a nivel oficial, porque la mayoría de los
estadounidenses reconoce que sigue con atención las novedades sobre ovnis y
creen, según encuestas, que seres extraterrestres nos visitan. Los
especialistas americanos en abducciones, que son los que marcan la moda,
celebran con euforia cada nuevo caso. No les importa que la ciencia haya
detectado problemas psicológicos y consumo de estupefacientes en los
raptados por alienígenas.
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Salu2
Richi