Todavía recuerdo con cierta sorpresa una crítica muy desdeñosa de
Pablo Capanna hacia el libro publicada en la revista El Péndulo, no
sólo por el estilo sino por algo que él llamaba "la gnosis de
Cornell", un supuesto elitismo para el acceso al conocimiento al que
se llegaría a través de la matemática. Sospecho más bien que a Capanna
lo indignaba que el libro postulara que sólo lo que es medible puede
afirmarse con cierto grado de certeza y se discutiera tan abiertamente
el valor de la fe; eso debe caerle como una patada en los dientes a un
filósofo católico, sin duda.