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Re: [escepticos] La Ciencia y el Principio de Autoridad



Jose.Andres.Diz.Alonso@xxxxxxxxx escribió:

No sé hasta que punto la presión por publicar
es real y necesaria en el ámbito académico, pero algún profesor de
universidad me ha dicho que el prestigio se vincula directamente al
número de publicaciones y éste (el prestigio) a los cuartos
percibidos, como aquí tenemos profesores universitarios quizá nos
puedan aclarar qué hay de realidad y qué de mito en esas
apreciaciones.

No soy profesor, sino investigador, pero la diferencia es poca para lo que comentas. La realidad es bien simple y se resume en el mundo anglosajón de modo bien fácil: Publish or Perish

A nivel científico, si no publicas, no eres nadie en lo que respecta a la materia en la que eres experto. Si no eres nadie, no puedes aspirar a solicitar financiación, personal, becas, recursos, etc. para trabajar. Tu solvencia en una materia se mide por tus proyectos y publicaciones.

A nivel personal, en el sistema español no es tan grave ya que los investigadores permanentes somos funcionarios y solamente un parte pequeña de nuestro pequeño salario depende de nuestro rendimiento publicador. Para que te hagas a la idea, entre ser activo publicando y no serlo la cosa puede ir de que te suban el sueldo unos 250 euros/mes cada tramo de 5 años, parecido a lo que te subirán solamente por antigüedad. Es aún menos demandante en el mundo universitario ya que parte de la tarea es docencia, en la que siempre se pueden escudar los profesores que hacen poca investigación y no publican.

Es un sistema que estimula muy poco a los productivos y penaliza menos aún a los improductivos: de ahí que tienda en líneas generales a la mediocridad.



. Hablo siempre desde el punto
de vista de los cientificos, no de la ciencia como un todo y
obviamente es una simple opinión basada en impresiones, me gustaría
leer vuestras opiniones al respecto especialmente de aquellos que
trabajais en el 'mundillo'

Es que todas las profesiones tienen un aspecto romántico que, por lo general, es difícilmente compatible con la productividad y la eficiencia que demandan los tiempos. También antes había zapateros filósofos que disfrutaban con su trabajo, y comerciantes de alimentos orgullosos del más mínimo detalle de su negocio. Probablemente en Cuba hay mecánicos perfeccionistas capaces de pasarse una semana entera trabajando para tallar una pieza perfecta del carburador de un Plymouth del 55, y que disfrutan con ello.

La realidad es que ese modelo de científico romántico es heredero de una ciencia de presocráticos y de ilustrados del siglo XIX, caballeros acomodados que tenían resuelta la vida y por placer se dedicaban a ello. Esa libertad puede generar un estado mental de gran creatividad que resulte en grandes avances científicos, pero es un sistema impredecible y poco productivo en un sistema capitalista. Hoy en día los científicos nos ganamos las habichuelas como cualquier otro hijo de vecino, y para ello competimos por recursos finitos y volubles. La intensidad y profundidad de nuestro trabajo nos viene dada por quienes gestionan la ciencia, que son fundamentalmente políticos.

En la empresa privada no se investiga para el avance del conocimiento, sino para mejorar productos y procesos que rinden beneficios a la empresa. Punto. No es una actividad diferente del marketing, de la ingeniería o del diseño. No hay por qué mirarlo de modo distinto ni hay por qué considerarlo un modelo prostituido de investigación.


Entonces la cuestión es que el rango no debería de
influir, tan experto es un premio nobel como un recien licenciado*,
entonces ¿por qué se concede más autoridad al premio nobel?


Puro provincianismo e inseguridad del propio juicio. En un entorno poco ilustrado, la opinión del que lo es parece tener más validez.... aunque se trate de juicios morales o personales que no tienen que ver con la formación del Nobel. Mucha gente relativamente ilustrada sigue admitiendo inconscientemente este principio por pura inercia social, porque es demasiado reciente el tiempo en que todo el mundo del pueblo preguntaba al médico sobre el tiempo.