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[escepticos] artículo sobre caso Jonathan Reed



Estimados amigos:
Parece ser que los gremlins de imprenta también cuentan con amigos
digitales. El siguiente artículo ha aparecido en el boletín El Escéptico
Digital nº 35 del 12/8/01 en una versión alterada. Este de aquí es el bueno
y sus posibles errores y torpezas son míos. El otro, el del boletín, es de
Alan Smithee.

Un saludo,
Julio Arrieta


Una de marcianos en el frigorífico

By J. Arrieta



Una de las leyes no escritas de la ufología afirma que por muy absurda que
sea la historia que a uno le cuenten, siempre habrá álguien lo
suficientemente tonto para tragársela.


Esta norma se ajusta de forma ejemplar al caso del no-doctor Jonathan Reed,
ese sujeto que afirma haber matado a un alienígena de un estacazo en la
cabeza. Me imagino que todos los lectores están al corriente de la historia
porque circula por internet con intensidad y frecuencia dignas de mejor
asunto, pero la resumiré por si hay algún despistado o alguno ha pasado los
últimos meses aislado del mundo en una base en el ártico o en un monasterio
camaldulense.

Jonathan Reed es un supuesto psicólogo infantil que paseaba un día con su
perrita por el bosque. De pronto la perrita olisqueó algo raro y salió
corriendo maleza a través. El señor Reed, rebufando, intentó alcanzar a su
mascota guiándose por los gruñidos de ésta. Resulta que lo que había olido
la perrita no era una mofeta o un mapache, era un alien modelo X-Files que
debía andar perdido por el bosque al igual que el ET de Spielberg. A la
llegada del señor Reed la perrita ya había iniciado su particular encuentro
del tercer tipo, a base de mandíbula y caninos, y mordía con saña al
alienígena, que decidió defenderse "disolviendo" a la pobre mascota al más
puro estilo "La Cosa", de John Carpenter.

El señor Reed, presa de un ataque de ira vengativa, echó mano de lo más
contundente que encontró, una gruesa rama, y con tan primitiva garrota
arremetió contra el marciano "poniéndolo al día", como suele decirse. Parece
ser que se aplicó con saña porque el incidente acabó con el alien difunto.
El pánico sucedió a la ira y el señor Reed decidió llevarse al "bicho" a su
casa envuelto en una sábana, metiéndolo en su congelador, no sin antes
hacerle unas cuantas fotos. A partir de este punto la historia se vuelve
bastante confusa, más si tenemos en cuenta que el señor Reed la ha ido
modificando y "adornando" a medida que las voces más críticas de ufolandia
le han ido poniendo pegas al cuento. Por supuesto no podían faltar los malos
de la historia, los terroríficos secuaces del gobierno que han intentado
ocultar toda la trama haciendo desaparecer las pruebas e intentando callar
al buen doctor, cosa que a todas luces no han conseguido habida cuenta de
que el señor Reed se ha mostrado bastante vocinglero, ha dado numerosas
conferencias, participa en programas de radio y TV, mantiene una página web
y asiste a congresos.

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que la historia del señor
Reed apesta a timo para incautos. De hecho ha sido desmontada hasta en sus
más mínimos detalles por ufólogos y grupos de aficionados al tema OVNI que,
supongo, deben estar hasta las narices de que el misterio de sus amores esté
invadido por charlatanes y caraduras.
El dr. Reed, no es doctor, ni psicólogo ni nada; las fotos que presentó
fueron efectuadas en fechas posteriores; los "científicos" que han avalado
la historia del marciano en la nevera no son tales, sino empleados de una
gasolinera y cosas por el estilo.

Las puertas de ufolandia se han ido cerrando en las narices del señor Reed
que ahora se dedica a buscar la atención de los sujetos más crédulos del
mundillo, saltando de país en país. Últimamente al señor Reed lo padecen
nuestros amigos mexicanos "gracias" a la labor de Jaime Maussan, un ufólogo
televisivo que por aquellas latitudes cumple una labor similar a la que por
aquí realizó en su etapa televisiva el dr. Jiménez del Oso con la diferencia
de que, comparado con aquél, éste es la quintaesencia del espíritu crítico y
la racionalidad extrema.

Maussan se ha tragado todas las tonterías de Reed de cabo a rabo y vuelta.
Incluidos los detalles más bizarros, como un supuesto brazalete para
teletransportarse que le dio el marciano al señor Reed, suponemos que entre
garrotazo y garrotazo. El brazalete es para no perdérselo: parece un
sobrante del diseño de producción de Babylon 5 o algo sacado de un disfraz
de power ranger de todo a 100. Es llamativo que en un momento que hasta los
contactados se ríen del "doctor" y su brazalete, Maussan siga insistiendo en
la autenticidad de la historia, huyendo hacia delante en alegre cabalgada.
En un chat reciente, hace apenas unas semanas, Maussan expresaba su deseo de
ver funcionar el brazalete y observar como se desvanece el falso doctor.
Reed tiene toda la pinta de ser propenso a desvanecerse, pero no con un
brazalete, sino con el dinero de la caja, porque poca duda cabe de que se
trata de un embaucador y que su única carrera es la del timo.

¿Cömo es posible que álguien pueda creerse un cuento como este? El alien, la
perrita hecha papilla, la nevera, el brazalete... todo huele a telefilme de
segunda categoría. Es más, a mí esto del marciano en la nevera hasta me
resulta familiar. Todo en esta historia parece haber sido copiado de
teleseries y tebeos de ciencia ficción barata. Es llamativo el paralelismo
que hay entre la historia del señor Reed y el episodio nº 33 de la
telecomedia "Get a Life" (1990) protagonizada por Chris Elliott. En este
episodio Chris se encontraba con un ovni accidentado en su jardín; entre los
restos coleaba un marciano, de nombre Spewey ("Vomitón " en la versión
española). Spewey era muy impulsivo y, al igual que el marciano de Reed,
tenía que ser reducido a garrotazos por Chris cuando atacaba con saña a su
amigo y vecino Gus. AL final Spewey acababa en la nevera de Gus, al igual
que el marciano de Reed (que por cierto se llama Freddy) y también
desaparecía... Sólo que devorado por Chris y Gus, que deciden comérselo. La
versión de "Get a Life" es mucho más divertida que la del señor Reed, porque
Spewey volvía a la vida regenerándose a partir de una de sus chuletas

También aparecían los malvados agentes del gobierno que intentaban silenciar
a Chris y Gus con métodos bastante rudos. Al final Spewey era rescatado por
sus compañeros marcianos y elevado hasta su nave nodriza mediante una
tecnología superior que somos incapaces de comprender: atado con una cuerda
a la cintura.

Me pregunto si Jaime Maussan sería capaz de tragarse toda la historia de
Spewey si algún caradura se presentase en su oficina contándole la historia
como si fuera un hecho real.

Se admiten apuestas.