Carreira:
Me parece muy interesante lo que dices. En serio.
Sobre la desaparición de José y sobre la NO EXISTENCIA de otros Francisco de la Vega en Liérganes , en aquella época, se documento el escritor Jose María Herra un. A los pocos años de la hipotética vuelta y desaparición de Francisco, los de la Vega ( quedaban tres miembros) se marcharon del lugar. ( de Liérganes).
Atentamente IKER JIMENEZ
---------- De: Xoan M. Carreira <xoanmc en lix.intercom.es> A: Escepticos. <escepticos en correo.dis.ulpgc.es> Asunto: Iker y los documentos Fecha: lunes 28 de abril de 1997 0:10
En su artículo sobre el Hombre-pez de Liérganes, el Sr. Jiménez publica una reproducción del acta de fallecimiento de Francisco de la Vega junto a la transcripción del propio Sr. Jiménez. Este documento es de enorme importancia puesto que es el único documento aportado por el Sr. Jiménez en el que se identifica al Francisco de la Vega cuyas actas bautismal y de fallecimiento publica el Sr. Jiménez con el mítico Hombre-pez de Liérganes. Por este motivo invito a los convecinos a reparar en lo siguiente.
El acta de defunción está fechada a 01.12.1755, bastantes años después de que el P. Feijoo hubiera publicado su discurso sobre el Hombre-pez en el *Teatro Crítico Universal*. No se trata de un acta de defunción normal sino de una constatación de muerte legal de los desaparecidos hermanos Francisco y José de la Vega por haber transcurrido cien años desde su nacimiento. En ningún lugar del registro legal figura referencia alguna al Hombre-pez. Junto a la inscripción registral aparece en el margen izquierdo una acotación de distinta mano del sacerdote que registró la defunción de ambos hermanos. Este tipo de anotaciones marginales, habituales en los libros sirven para localizar los contenidos de los registros y se hacían habitualmente cuando se iba a cerrar el libro. La anotación marginal dice: "Francisco de la Vega, llamado el hombre pez y su hermano"
Lo que tenemos pues es lo siguiente:
Un registro bautismal de un niño llamado Francisco de la Vega en 1658. La publicación ca. 1726 del caso de un Hombre-pez llamado Francisco de la Vega en una obra de enorme difusión que tuvo varias ediciones en los quince años siguientes y una enorme influencia durante medio siglo. El registro diocesano de la constatación legal de la muerte de los hermanos Francisco y José de la Vega, desaparecidos en fecha que no consta. En el margen del registro, de distinta mano y en distinto momento, se anotó que Francisco de la Vega era el Hombre-pez.
El Sr. Jiménez no parece haber realizado ninguna prospección en los libros de bautizados, de matrimonios y de difuntos a la búsqueda de las diversas personas que puedan haberse llamado Francisco de la Vega en las fechas vitales conocidas del Hombre-pez. Tampoco parece haber investigado la identidad de José de la Vega y las circunstancias de su desaparición. Tampoco parece haber investigado en los archivos municipal y notarial los posibles registros de levantamiento de bienes y heredades que justifiquen el deseo de los parientes de ambos hermanos de constatar legalmente la muerte de Francisco y José, desaparecidos hacía muchos años.
En tales circunstancias, las pruebas documentales son insuficientes para probar otra cosa que la existencia de los hermanos Francisco y José de la Vega y que ambos desaparecieron en fecha incierta. También queda probado que alguien desconocido, en fecha desconocida, anotó en el margen del libro de defunciones de la parroquia que Francisco de la Vega era llamado el Hombre-pez y que, en todo caso, esta anotación es posterior al registro legal de la defunción de Francisco, la cual es muy posterior a la popularización del mito del Hombre-pez.
**** Comentario subjetivo:
La pésima calidad de la reproducción y mi astigmatismo me impiden asegurar con certeza que la anotación marginal es del siglo XIX. Mi principal argumento es la forma de la "r" en las palabras "Fran.co" y "hombre" y muy especialmente "hermano", además de algunos aspectos de la ornamentación de las letras y del tipo de trazo e intensidad de la tinta.
Lo que sí se puede apreciar con nitidez es que las erres de la nota marginal son totalmente diversas de la erre arcaica con forma de "x" utilizada en el registro parroquial, que era universal en 1755 y se mantuvo vigente hasta la época napoleónica. En los últimos años del s. XVIII y primeros del s. XIX el uso de la grafía "r" indicaba una persona culta y afrancesada, pero en este caso se trata de un trazo coherente con la elegante "f" sigmoide no ornamentada típica del s. XIX en la abreviatura de "Fran.co", muy diversa de la ornamentada "f" de "Fern.do" en la firma del sacerdote registrador.
Xoan M. Carreira <xoanmc en lix.intercom.es> ----------
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