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Wagensberg



=?iso-8859-1?Q?Josep=2DLlu=EDs?= Melero wrote:
> 

> 
> Pues sí, al parecer Wagensberg se quedó arrobado ante una determinada
> expresión facial del gorila, que él interpretó como consecuente a cierta
> actitud adoptada por unos chimpancés de la instalación vecina.
> Por mi parte puede deciros que trabajo precisamente en el Zoo de
> Barcelona y que cuando uno ve casi diariamente a estos animales no se
> impresiona tan fácilmente ante sus variadas expresiones faciales.
> El caso es que el rostro de los gorilas y chimpancés (incluidos los
> bonobos) es lo más parecido que existe a un rostro humano (excluidas las
> caras de Bélmez según respaldan al parecer un Notario, un Obispo, un
> Mando de la Guardia Civil y un Jefe Provincial del Movimiento).
> No es extraño entonces que las posiciones que adopta su musculatura
> facial no difieran del todo de las nuestras. Sin embargo pretender que
> sus expresiones, por parecidas que sean, tienen la misma carga semántica
> que las expresiones humanas, con toda su riqueza de matices asociados y
> su complejo trasfondo de relaciones sociales, me parece, y coincido
> contigo, que es ir demasiado lejos.
> En el caso de Copito, cabe añadir que el pobre padece un grave déficit
> de pigmento ocular y que eso le obliga a hacer frecuentes muecas para
> protegerse los ojos de la luz solar.
> 

Si pero ¿qué mensaje quería Wagensberg transmitir con su artículo? Desde 
fuera parece que dos personas, el autor del artículo y un neurobiológo 
francés interpretan desde un punto de vista humano la expresión de un 
simio. Supongo que la exposición de las dos experiencias sirve para 
preparar algún tipo de conclusión "Los caminos- dice Wagensberg, 
finalizando su artículo- del azar son inscrutables. O quizá no tanto. 
Las experiencias convergentes son dos y a dos de nosotroas se nos 
antoja, mientras el comité científico camina hacia el restaurante, que 
dos es mucho más que la suma de uno más uno"

¿Que podemos extraer como conclusión, que no existe el azar y que ambos 
episodios están relacionados?, ¿que entre muchos científicos sólo dos de 
ellos tiene la sensibilidad suficiente para saber algo de los simios que 
los demás no saben?

Me confunden los artículos de Wagensberg. O no los entiendo, como su 
definición de ciencia más el enigma de la esfinge en el anterior, o 
tampoco puedo entender lo que sí entiendo, como en éste.

Teresa