**RE: [escepticos] Apostasia (Xan)

["Jose M. Bello Dieguez" <jmbello@...>]

At 18:58 25/01/98 -0000, you wrote:

>JM, si y no. Me explico.
>
>Soy demasiado joven para hablar de casamientos, bautizos, etc. que me toquen
>de forma directa, pero si de forma indirecta.

Es verdad todo lo que dices, pero eso no quita para que siga siendo cierto
lo que exponía yo: que un ostracismo a los ritos católicos y, sobre todo
(éste es el aspecto fundamental), si no se incrementa el número de
bautizados (el que nutre las estadísticas a las que Javi -creo- hacía
referencia), el problema no pasaba de una generación.

Lo de los ritos siempre me pareció de singular importancia. De lo que se
trata es de ritualizar la ceremonia laica, de forma que todo eso que
encuentras en las bodas católicas puedas hallarlo también en otra ceremonia
de rito de paso sin contenido ideológico religioso alguno.

Por aquí esta transformación se está dando en los entierros. Hoy en día
resulta mucho más solemne, elegante y adecuado el rito que se hace en el
crematorio (muchas de las veces laico) que el que se produce en el entierro
tradicional, con máquinas que chirrían, paletas con monos sucios metiendo
papeles de periódico para encajar el cierre del nicho, y voces de "Pásame
masa!" y similares mientras los deudos lloran desconsolados y el cura
salmodia su melopea de responsos.

Yo me casé en Bretaña por lo civil, y la ceremonia en absoluto fue
deslucida con respecto a una de iglesia. El alcalde con su banda tricolor
(tuvo la deferencia de pronunciar un discurso en español además del obvio
en francés), los invitados acudiendo al ayuntamiento en fila de dos en
fondo, en fin, todo el rito tradicional pero sin curas. Coincidió que se
estaba celebrando el Festival de Lorient, y los organizadores, al enterarse
de que iba a haber boda de gallego y bretona, enviaron a un grupo de gaitas
que todavía le dio a la cosa ambiente más cachondo. Al terminar la
ceremonia, el que tocaba el tamboril, un chavalito de Santiago, me dice:
"Oes, qué iglesias máis raras teñen estes franceses, non teñen santo
ningún!" (Oye, qué iglesias más raras tienen estos franceses, no tienen
ningún santo!). El chaval no se había enterado de que estábamos en el
ayuntamiento...

Pero lo importante es lo otro. Si no nos bautizasen, no se incrementaría en
falso el número de católicos y después no tendríamos que andar preguntando
cómo apostatar (¿se dice así?). Y si hay presión social tan invencible para
bautizar a los hijos, pues una de dos: o se vence, o se admite que la
sociedad sigue gobernada por la iglesia católica, siendo una simple
pantalla individual el rollo que cada uno se monta después...

Saludos mil,

JM

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José M. Bello Diéguez
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