[escepticos] La importancia social del rito

["Fernando L. Frias Sanchez" <yamato@...>]

Nos guste o no, hay determinados ritos religiosos que la sociedad
acaba imponiendo.

Por esta zona hubo varios intentos de establecer la "comunión civil".
La familia celebraba una juerguecilla, el niño recibía sus regalitos
y, en general, todo era como la celebración de una primera comunión
pero sin primera comunión. Los intentos se quedaron en fracaso. El
niño quiere vestirse de marinerito o de hada, tener su misa y hacer
lo mismo que los demás niños.

De hecho, el año pasado asistí a una primera comunión de un niño que
había sido bautizado el día anterior. En la iglesia del pueblo donde
vivo ("la catedral", para los del pueblo) todos los sábados de la
época de las comuniones hay bautizos de niños ya creciditos. Y mis
vecinos (ateos de ni se sabe qué generación) han tenido que llevar a
su niña a la Misa del Gallo a que cante villancicos, y probablemente
tendrán que sucumbir y realizarán el bautizo-comunión este año.

Con las bodas pasa lo mismo. Yo también caeré en la ceremonia
religiosa, sin ninguna duda (al menos disfrutaré de la música). Y la
cuestión del entierro es casi obligada: responso o misa en la cual el
cura ni siquiera se sabe bien el nombre del difunto (en la última a
la que asistí era patético ver al sacerdote mirar la "chuleta" cada
vez que mencionaba a la fallecida).

Así que más vale que no nos engañemos: este tipo de ritos religiosos
están en auge y no creo que vayan a ser sustituidos por ceremonias
civiles. Ahora bien... ¿no resulta eso más dañino para la Iglesia? Un
vecino mío, ya fallecido, era sacerdote, y estaba convencido de que
ese tipo de ceremonias, tan vacías de contenido, eran un cáncer para
la propia religión católica. En lugar de imponer unos criterios
mínimamente rigurosos a la hora de aceptar que una pareja se case por
la iglesia, o impedir que un ateo de tomo y lomo sea padrino de un
bautizo, las parroquias compiten por organizar las bodas más
suntuosas, tienen incluso sus tarifas (tanto por boda sin más, tanto
por poner la alfombra, tanto por el organista...) y a veces hasta
imponen sus fotógrafos o sus coros. El resultado lógico es que cada
vez hay más de esos "cristianos" que, como decía mi vecino, van a
misa tres veces en su vida, y las tres del brazo: en su bautizo, en
su boda y en su entierro. Si la iglesia fomenta las ceremonias de
opereta, la gente acaba pensando en la iglesia como un montaje de
opereta.

En resumen: si la iglesia católica quiere seguir fomentando esas
ceremonias tan vistosas y tan güeras, allá ellos. La niña de mis
vecinos estará guapísima con su vestidito blanco, yo me tendré que
calentar la cabeza para buscarle y regalo y, con un poco de suerte,
el coro de La Nucía habrá ensayado ya lo suficiente como para que
resulte hasta agradable oírlos durante la misa. Y después ni la niña,
ni sus padres, ni la inmensa mayoría de los invitados volveremos a
acordarnos del asunto.

Saludetes.


P.S.: yo también estoy guapísimo con mi traje y mi corbata de
comunión ;-)



Fernando L. Frías Sánchez
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