Re: [escepticos] pena de muerte

["carlitos" <180807@...>]

Hola, hola.

Dice Santiago Arteaga:
> 	Al margen, veo repetido con frecuencia un argumento que
> encuentro invalido. Se dice que la posibilidad de ejecutar a un inocente
> basta para eliminar la pena de muerte, ya que es irreversible. Pero
> condenar alguien a cadena perpetua, o a 30 an~os, o a 10 an~os, o a un
> fin de semana en un calabozo tambien son irreversibles - o es que les
> podemos devolver el tiempo perdido? Y estas cosas tambien le ocurren
> a inocentes. Por lo tanto tenemos que acabar con las carceles ?

Hombre, si te condenan a cadena perpetua por un crimen que no has
cometido es desde luego un mal asunto, pero si a los dos, diez o
treinta años aparece la prueba que te disculpa aun te pueden
soltar.  Con un poco de suerte incluso te dan una pequeña
indemnización.  Desde luego con el tiempo perdido ya no hay nada que
hacer.  Pero si previamente te han ajusticiado ya si que no hay nada
que hacer, ni siquiera te enterarás jamás.  La prisión es reversible,
se puede entrar y salir.  Desde el punto de vista filosófico sí que
me parece suficiente razón.  La eliminación de la pena de muerte no
perjudica a nadie y si que lo hace su mantenimiento.  Supuesto,
claro, que los condenados a cadena perpetua no pueden causar ya
ningun daño y dejando a un lado la evidente carga economica para el
estado.
Y algo que no sé si se habrá tratado ya en la corrala (no he seguido
el thread): puestos a aplicar la pena de muerte (aunque sea sólo en
situaciones extremas), ¿cuál es el mejor método?  No es que prefiera
la hoguera como Krahe, pero me parece mucho más digno el fusilamiento
que la cámara de gas o la inyección letal.  Además es mucho más
sencillo, no necesita complicadas instalaciones.  El unico problema
es que necesita más verdugos, pero también es cierto que se reparten
la culpa e incluso pueden tener el consuelo de pensar que el suyo
fuera el fusil sin cargar.  Y desde luego la decapitación posee un
encanto estético que no tienen estos inventos tan modernos.

Saludos, Carlos Ungil