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[escepticos] Tecnología primitiva?



Esto va para los médicos de la Lista.
Pues la historia va de que el abajo firmante es de los que padecen sueño
exagerado, durante todo el día.
Descartado el que ese sueño sea motivado por leer los mensajes de esta
Lista (últimamente son muy divertidos) fuí con toda  confianza a que los
matasanos  pusieran sus doctas manos en mi persona.  Se me prescribió un
artefacto llamado CEPAP  que me proveería del aire que, según ellos, me
faltaba durante la noche  y se decidió que durmiera toda una jornada
bajo la atenta mirada del equipo médico habitual, para ver cómo me
adaptaba a dicho artilugio.

Provisto de pijama y cepillo de dientes me personé en la Unidad de
Polisomnografía sólo para presenciar un grupo de expertos consternados
que me decían que habría que aplazar la prueba por "problemas técnicos".
Mientras me lo decían, se escuchaba algo que me resultaba muy familiar:
El sonido contínuo de un ordenador protestando porque el teclado está
desenchufado.  Me atreví a señalarles el problema y, por arte de magia,
todo el complejo informático de la Unidad recobró  su actividad normal.
Ya acostado y con mil electrodos adheridos a mi anatomía se me puso ante
la nariz el esperado aparato: Una simple bomba que fuerza aire a presión
para vencer las posibles resistencias de mis fosas nasales.
Me hubiese creído cualquier cosa acerca de las bondades del aparato si
no hubiese yo, con anterioridad, experimentado muchos años con
artilugios de submarinista.

Un regulador de escafandra autónoma es un aparato de tecnología simple
pero de sensibilidad exquisita que suministra aire  a la menor demanda
del usuario. Cuando el buceador expulsa el aire utilizado, el regulador
lo detecta y suspende, como el lógico, el suministro de aire,
facilitando la espiración.

El famoso CEPAP, al contrario, se revela como un aparato insensible a la
demanda del usuario: Suministra aire sin parar, aún cuando el usuario
intenta espirar, con lo que se le obliga a un esfuerzo exagerado. Por
supuesto, hay que tener mucho más sueño que el que yo padezco para poder
dormir ligado a tal instrumento de tortura.

Señalado el problema, todos los presentes, blandiendo el fonendoscopio,
arguyeron que yo no sabía lo que me decía y que estaba delante del
invento del siglo.

Como es natural, se me subió la parte escéptica a la cabeza  y, cogiendo
mi cepillo de dientes y mi pijama, salí como alma que lleva el diablo
pensando en consultar al sanador-ocultista más próximo. Por lo menos
diría las mismas tonterías, pero no más.

Me pregunto:  ¿Cómo es posible que un simple artefacto para bucear,
inventado a finales del siglo pasado por un ingeniero de minas,
Rouquayrol, y un teniente de navío, Denayrouze,  y adaptado a la
escafandra autónoma sin modificaciones apreciables por un ingeniero
militar, Emile Gagnan,  tenga un funcionamiento mucho más eficaz que un
chisme especializado de la moderna tecnología médica?
¿Tuve mala suerte y me tropecé con el único CEPAP mal regulado del
universo?  ¿O con un equipo de aprendices disfrazados de médicos?

Un paciente escéptico.