[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

[escepticos] Religión, matemáticas y ciencia



  Hola:

  He recibido este mensaje en una lista de astronomía sudamericana
(cosmos en rcp.net.pe). Lo envía Giuliano Diaz Sanchez <egds en upao.edu> y
parece enmarcarse dentro de una serie de artículos sobre los vestigiones
del dios creador en las matemáticas y la ciencia.

. . . .

   La singularidad del ser humano
   
   Antes de empezar las actividades del día, ¿nos miramos al espejo para
   ver nuestra apariencia? Como esos no son momentos para la reflexión,
   pausemos un poco ahora y meditemos sobre la imagen que vemos reflejada
   y todo lo que esta percepción implica.
   
   Los ojos permiten que nos veamos a todo color, aunque la visión en
   color no es esencial para la vida. La posición de las orejas nos dota
   de audición estereofónica: así podemos ubicar la procedencia de los
   sonidos, como la voz de un ser querido. Aunque es posible que demos
   todo ello por sentado, un libro para ingenieros acústicos comenta:
   "Ahora bien, al estudiar el sistema auditivo humano en detalle, es
   difícil no llegar a la conclusión de que sus intrincadas funciones y
   estructuras son el resultado de una mano benefactora".
   
   Asimismo, la nariz está diseñada maravillosamente para respirar el
   aire que nos mantiene vivos. Posee millones de receptores olfatorios
   que nos permiten distinguir entre unos diez mil olores diferentes.
   Cuando tomamos una comida, entra en juego otro sentido. Miles de
   papilas gustativas nos transmiten los sabores. Otros receptores
   ubicados en la lengua nos ayudan a saber si los dientes están limpios.
   
   En efecto, tenemos cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
   Es cierto que algunos animales disponen de una mejor visión nocturna,
   un olfato más sensible o un oído más agudo, pero el equilibrio de esos
   sentidos en el ser humano lo hacen superior de muchas maneras.
   
   Veamos primero por qué podemos beneficiarnos de estas funciones. Todas
   ellas dependen de un órgano de 1,4 kilogramos de peso ubicado en el
   interior de la cabeza. Los animales poseen cerebro, pero el cerebro
   humano es muy superior y nos convierte en seres innegablemente únicos.
   ¿De qué manera? Y ¿qué relación tiene esta singularidad con nuestro
   interés por gozar de una vida significativa y duradera?
   
                            El admirable cerebro
                                      
   Por años se ha comparado el cerebro humano a una computadora, pero
   descubrimientos recientes demuestran que este símil no hace justicia a
   la realidad. "¿Cómo se empieza a comprender el funcionamiento de un
   órgano que tiene unos cincuenta mil millones de neuronas con mil
   billones de sinapsis (conexiones) y con un promedio general de diez
   mil billones de transmisiones por segundo?", preguntó el doctor
   Richard M. Restak. ¿Cuál fue la respuesta? "La computadora más
   avanzada de redes neurales [...] tiene una diezmilésima parte de la
   capacidad mental de una mosca común." El ordenador, por tanto, está
   muy por debajo del cerebro humano, tan notablemente superior.
   
   ¿Qué computadora hecha por el hombre puede repararse a sí misma,
   reescribir sus programas o mejorar con el paso de los años? Cuando hay
   que ajustar un ordenador, el programador debe escribir nuevas
   instrucciones codificadas e introducirlas en el sistema. El cerebro
   realiza este trabajo automáticamente, tanto en los primeros años de la
   vida como en la vejez. No sería exagerado decir que las computadoras
   más avanzadas son muy primitivas comparadas con el cerebro humano. Los
   científicos han llamado a este órgano "la estructura más compleja
   conocida" y "la más enrevesada del universo". Repasemos algunos
   descubrimientos que han llevado a muchas personas a concluir que el
   cerebro humano es el producto de un Creador bondadoso.
   
                         Lo que no se usa se pierde
                                      
   Los inventos útiles como los automóviles y los aviones están
   básicamente limitados por los mecanismos y sistemas eléctricos fijo
   que el hombre idea e instala en ellos. En cambio, el cerebro es,
   cuanto menos, un sistema o mecanismo biológico de gran flexibilidad.
   Puede cambiar en función de cómo se le use (o se abuse de él). Dos
   factores principales que influyen en cómo se desarrolla el cerebro a
   lo largo de la vida son: lo que permitimos que entre en él a través de
   los sentidos y aquello en lo que concentramos nuestro pensamiento.
   
   Aunque los factores hereditarios tienen una incidencia en el
   comportamiento del cerebro, la investigación moderna muestra que este
   no viene determinado por los genes en el momento de la concepción.
   "Nadie sospechaba que el cerebro fuera tan reformable como ahora la
   ciencia sabe que lo es", escribe el premio Pulitzer Ronald Kotulak.
   Después de entrevistar a más de trescientos investigadores, llegó a la
   siguiente conclusión: "El cerebro no es un órgano estático; es una
   masa de conexiones celulares en constante cambio muy influida por la
   experiencia" (Inside the Brain [El interior del cerebro]).
   
   En cualquier caso, la experiencia no es el único factor que incide en
   el cerebro. También influye en este órgano el pensamiento. Los
   científicos han comprobado que el cerebro de la gente que está
   mentalmente activa tiene hasta un 40% más de conexiones (sinapsis)
   entre las células nerviosas (neuronas) que los cerebros mentalmente
   perezosos. Los neurocientíficos han llegado a la siguiente conclusión:
   "Lo que no se usa se pierde". Pero ¿qué puede decirse de las personas
   mayores? Parece que al envejecer se pierden algunas neuronas, y que
   con la edad avanzada la memoria se debilita. De todos modos, la
   diferencia es mucho menor de lo que en un tiempo se pensaba. Un
   informe de National Geographic sobre el cerebro humano dijo: "La gente
   mayor [...] conserva la capacidad de generar nuevas conexiones y
   mantener las antiguas mediante la actividad mental".
   
   Hallazgos recientes sobre la flexibilidad del cerebro concuerdan con
   el consejo bíblico. Ese libro de sabiduría insta a los lectores a
   &#145;transformarse rehaciendo su mente&#146; o a &#145;hacerse nuevos
   introduciendo en la mente "conocimiento exacto" (Romanos 12:2;
   Colosenses 3:10). Los testigos de Jehová han observado esta
   transformación cuando las personas estudian la Biblia y ponen en
   práctica su consejo. Muchos miles de personas, de todos los
   antecedentes sociales y niveles de educación, han experimentado esa
   transformación. Conservan su identidad personal, pero son más felices
   y equilibradas, y demuestran lo que un escritor del siglo primero
   llamó "buen juicio" (Hechos 26:24, 25). Mejoras como estas resultan,
   en buena medida, del uso adecuado que se le da a la corteza cerebral,
   situada en la parte frontal de la cabeza.
   
     El profesor Paul davies reflexionó sobre la capacidad que tiene el
      cerebro de concebir el mundo abstracto de las matemáticas. "Las
      matemáticas no son algo que uno se encuentre tirado en el patio
    trasero. Son producto de la mente humana. Y si preguntamos dónde se
     utiliza más esta ciencia, hay que responder que en campos como la
        física de partículas y la astrofísica, campos de la ciencia
    fundamental que están muy lejos de la vida cotidiana." ¿Qué implica
   esto? "Me hace pensar en que la consciencia y la capacidad matemática
        no son mero accidente, ningún detalle nimio, ningún producto
    insignificante de la evolución. " (Are We Alone? [¿Estamos solos?]).
                                      
                             El lóbulo frontal
                                      
   La mayor parte de las neuronas situadas en la parte exterior del
   cerebro, la corteza cerebral, no están relacionadas directamente con
   músculos no órganos sensoriales. Un ejemplo de ello son los miles de
   millones de neuronas que componen el lóbulo frontal. Los escáneres del
   cerebro demuestran que el lóbulo frontal se activa cuando pensamos en
   una palabra o evocamos recuerdos. La parte frontal del cerebro tiene
   mucho que ver con la identidad personal.
   
   "La corteza prefrontal [..] desempeña un papel importante en la
   elaboración el pensamiento, la inteligencia, la motivación y la
   personalidad. Relaciona las experiencias necesarias para la formación
   de las ideas abstractas, el juicio, la perseverancia, la
   planificación, el interés por los demás y la consciencia. [...] La
   elaboración que tiene lugar en esta zona distingue al se humano de los
   demás animales." (Human Anatomy and Physiology, de Marieb.) Vemos
   prueba de esta distinción en lo que el ser humano ha conseguido en
   disciplinas como las matemáticas, la filosofía y el derecho, en las
   que interviene principalmente la corteza prefrontal.
   
   ¿Por qué tiene el ser humano una corteza prefrontal grande y flexible
   que contribuye a funciones mentales más elevadas, mientras que en el
   animal esta zona es rudimentaria o inexistente? El contraste es tan
   grande que los biólogos que sostienen la evolución del hombre hablan
   de la "misteriosa explosión del tamaño del cerebro". El profesor de
   Biología Richard F. Thompson admite con respecto al extraordinario
   crecimiento de la corteza cerebral humana: "Aún no entendemos con
   claridad por qué sucedió así". ¿Podría deberse a que se hubiera creado
   al hombre con esa capacidad cerebral sin par?
   
    "El cerebro humano está compuesto casi exclusivamente por la corteza
      cerebral. El cerebro de un chimpancé, por ejemplo, también tiene
    corteza, pero en una proporción muy inferior. La corteza nos permite
     pensar, recordar, imaginar. Somos seres humanos, esencialmente en
   virtud de nuestra corteza cerebral." -Edoardo Boncinelli, director de
           investigación en Biología Molecular de Milán (Italia).
                                      
                          Comunicación inigualable
                                      
   Otras partes del cerebro contribuyen también a la singularidad del ser
   humano. Detrás de la corteza prefrontal se encuentra una franja que se
   extiende de un lado a otro de la cabeza: la corteza motora. Contiene
   miles de millones de neuronas conectadas con los músculos. También
   posee características que nos hacen tan diferentes de los simios y
   otros animales. La corteza motora primaria nos da "1) una capacidad
   excepcional para usar la mano, los dedos y el pulgar para efectuar
   tareas manuales de gran destreza y 2) emplear boca, labios, lengua y
   músculos faciales para hablar" (Tratado de fisiología médica, de
   Guyton, sétima edición).
   
   Veamos brevemente cómo la corteza motora controla el habla. Más de la
   mitad está dedicada a los órganos de la comunicación, lo que ayuda a
   explicar la aptitud sin par de comunicarse que tiene el ser humano.
   Aunque las manos desempeñan un papel en la comunicación (en la
   escritura, en la gesticulación o en el lenguaje de señas), el papel
   principal lo desempeña normalmente la boca. El habla humana, desde la
   primera palabra de un niño hasta la voz de un anciano, es sin lugar a
   dudas una maravilla. Unos cien músculos de la lengua, los labios, la
   mandíbula, la garganta y el pecho cooperan para producir una variedad
   interminable de sonidos. Reflexionemos sobre este contraste: una
   célula cerebral puede controlar 2.000 fibras del músculo de la
   pantorrilla de un atleta, pero las células cerebrales que controlan la
   laringe se concentran solo en dos o tres fibras musculares. ¿No indica
   este hecho que el cerebro está especialmente preparado para la
   comunicación?
   
   Toda frase corta que pronunciamos requiere un patrón específico de
   movimientos musculares. El significado de una sola expresión puede
   cambiar según el grado de movimiento y precisa coordinación de decenas
   de músculos. "A un ritmo normal &#150;explica el doctor William H.
   Perkins- pronunciamos unos catorce sonidos por segundo. Esto
   representa el doble de la velocidad a la que podemos controlar la
   lengua, los labios, la mandíbula o cualquier otra parte del mecanismo
   del habla cuando los movemos por separado. Pero al combinarlos todos
   para producir el habla funcionan como dedos de expertos mecanógrafos o
   concertistas de piano. Sus movimientos se traslapan en una sinfonía de
   exquisita coordinación".
   
   La información que se necesita para formular la simple pregunta "¿Cómo
   está hoy?" se almacena en la parte del lóbulo frontal del cerebro
   llamada área de Broca, que algunos piensan que es el centro del habla.
   Sir John Eccles, neurocientífico ganador del premio Nobel, escribió:
   "No se ha encontrado en los simios ninguna parte que corresponda [...]
   al área de Broca del habla". Aun si se encuentran zonas similares en
   los animales, el hecho es que los científicos no pueden lograr que los
   simios produzcan más que unos pocos sonidos simples. El ser humano, en
   cambio, puede producir un lenguaje complejo. Para ello, unimos las
   palabras según las normas gramaticales de nuestro idioma. El área de
   Broca nos ayuda a hacerlo, tanto al hablar como al escribir.
   
   Por supuesto, no podemos ejercitar el milagro del habla si no sabemos
   al menos un idioma y entendemos lo que significan sus palabras, lo
   cual depende de otra parte especial del cerebro, conocida como área de
   Wernicke. En ella miles de millones de neuronas interpretan el
   significado de las palabras habladas escritas. El área de Wernicke nos
   ayuda a comprender lo que oímos o leemos: de este modo podemos
   conseguir información y responder con sensatez.
   
   Hay más implicado en el habla fluida. A modo de ilustración, un
   sencillo "hola" puede comunicar una gran cantidad de significados. El
   tono de la voz refleja si estamos alegres, emocionados, aburridos,
   apurados, disgustados, tristes o atemorizados, e incluso puede revelar
   diferentes grados de tales estados emocionales. Otra zona del cerebro
   alimenta la vertiente emocional del habla. De modo que en la
   comunicación entran en juegos varias partes del cerebro.
   
   Se ha enseñado a los chimpancés un lenguaje de señas limitado, pero su
   uso se circunscribe esencialmente a simples reclamos de alimento u
   otras necesidades básicas. Después de enseñar a los chimpancés una
   comunicación sencilla no verbal, el doctor David Premack concluyó: "El
   lenguaje humano es un escollo para la teoría evolutiva porque es mucho
   más complejo de lo que puede explicarse".
   
   Podemos reflexionar en lo siguiente: "¿Por qué tiene el ser humano
   esta maravillosa capacidad de comunicar ideas y sentimientos, de
   preguntar y responder?". La obra The Encyclopedia of Language and
   Linguistics dice que "el lenguaje [humano] es especial", y admite que
   "la búsqueda de formas precursoras en la comunicación animal no ayuda
   mucho a salvar la enorme brecha que separa el lenguaje y el habla de
   las conductas no humanas". El profesor Ludwig Koehler resumió la
   diferencia del siguiente modo: "El habla humana es un secreto; es un
   don divino, un milagro".
   
   ¡Qué diferencia hay entre las señas de un simio y la compleja
   capacidad lingüística de un niño! Sir John Eccles se refirió a lo que
   la mayoría de nosotros hemos observado, una capacidad "que demuestran
   incluso niños de tres años con su avalancha de preguntas en su deseo
   de entender el mundo". Y añadió: "Por el contrario, los simios no
   formulan preguntas". Únicamente el ser humano se plantea preguntas,
   entre ellas, preguntas sobre el sentido de la vida.
   
                          Todo el mundo tiene uno
                                      
    A lo largo de la historia siempre que se ha descubierto a un pueblo,
      este ya hablaba algún idioma. El libro The Language Instinct (El
    instinto del lenguaje) comenta: "Nunca se ha descubierto a una tribu
   muda, y no ha y prueba de que una región en particular fuera la 'cuna'
    del lenguaje, desde donde este se hubiera extendido a pueblos que no
    tuvieran ninguno. [...] La universalidad del lenguaje cimplejo es un
     descubrimiento que asombra a los lingüistas, y es la primera razón
      para sospechar que el lenguaje es [...] producto de un instinto
                           especialmente humano".
                                      
                          Lenguaje e inteligencia
                                      
    ¿Por qué es tan superior la inteligencia del ser humano a la de los
      animales, como los monos? Un factor es el uso de la sintaxis, es
      decir, combinar los sonidos para formar palabras, y utilizar las
      palabras para componer frases. El neurofisiólogo teórico doctor
                         William H. Calvin explica:
                                      
     "En su estado salvaje los chimpancés emplean unas tres docenas de
        vocalizaciones distintas para comunicar unas tres docenas de
   significados diferentes. Pueden repetir un sonido para intensificar su
      significación, pero jamás juntarán tres sonidos para añadir a su
                         vocabulario una voz nueva.
                                      
   "Los humanos empleamos también unas tres docenas de vocalizaciones, o
   fonemas. Pero solo sus combinaciones poseen sentido: juntamos sonidos
      sin significación para hacer palabras significativas." El doctor
    Calvin señaló que "nadie ha explicado aún" el salto del sistema "un
    sonido/un significado" de los animales a nuestra singular capacidad
                                sintáctica.
                                      
   "¿Solamente es capaz de comunicarse mediante el lenguaje el hombre, el
    homo sapiens? Es obvio que la respuesta a esta pregunta dependerá de
   lo que se esté dando a entender con la palabra 'lenguaje', porque, por
     supuesto, todos los animales superiores se comunican con una gran
      cantidad de signos tales como gestos, olores, llamadas, gritos y
     cantos, e incluso la danza [, como en el caso] de las abejas. Sin
       embargo, los animales distintos del hombre no parecen tener un
    lenguaje gramatical estructurado. Y los animales no dibujan imágenes
   con capacidad de representación, lo cual puede ser muy significativo.
   En el mejor de los casos solamente hacen garabatos." -Profesores R. S.
                               Y D. H. Fouts.
                                      
                           Mucho más que memoria
                                      
   Cuando nos miramos al espejo, podemos pensar en el aspecto que
   teníamos cuando éramos jóvenes, e incluso comparar nuestra apariencia
   con la que quizá tengamos dentro de algunos años, o después de
   aplicarnos algunos cosméticos. Es posible que estos pensamientos
   surjan casi inconscientemente. En cualquier caso, está ocurriendo algo
   muy especial, algo que ningún animal puede experimentar.
   
   A diferencia de los animales, que actúan principalmente sobre la base
   de sus necesidades presentes, el ser humano puede contemplar el pasado
   y planear el futuro. Un factor clave para ello es la capacidad casi
   ilimitada de memoria que tiene el cerebro humano. Es verdad que los
   animales tienen cierto grado de memoria, de modo que les es posible
   regresar a su hogar o recordar dónde encontrar alimento. Sin embargo,
   la memoria es muy superior. Un científico calculó que el cerebro puede
   almacenar información que "llenaría unos veinte millones de volúmenes,
   como en las mayores bibliotecas del mundo". Algunos neurocientíficos
   han calculado que en toda una vida se utiliza una diezmilésima parte
   (0,0001) del potencial del cerebro. Bien podemos preguntarnos: "¿Por
   qué tenemos un cerebro con tanta capacidad si solo utilizamos una
   pequeña fracción de ella durante toda la vida?".
   
   Tampoco el cerebro es tan solo un lugar donde almacenar gran cantidad
   de información, como una supercomputadora. Los profesores de Biología
   Robert Ornstein y Richard F. Thompson escribieron: "La capacidad de
   aprendizaje de la mente humana &#150; de almacenar y recordar
   información &#150;es el fenómeno más notable del universo biológico.
   Todo lo que nos hace humanos &#150;el lenguaje, el pensamiento, el
   conocimiento y la cultura- es el resultado de esta extraordinaria
   facultad".
   
   Además, tenemos una mente consciente. Esta afirmación puede parecer
   elemental, pero sintetiza algo que nos hace incuestionablemente
   singulares. La mente comprende las funciones de discriminación
   perceptiva, adquisición de recuerdos, razonamientos, resolución de
   problemas, así como la conciencia del yo. Tal como los arroyos,
   riachuelos y ríos desembocan en el mar, así los recuerdos,
   pensamientos, imágenes, sonidos y sentimientos fluyen de continuo
   hacia la mente o a través de ella. La consciencia, dice una
   definición, es "la percepción de lo que pasa en la propia mente de un
   hombre".
   
   Los investigadores modernos han adelantado mucho en la comprensión de
   la composición física del cerebro y algunos de los procesos
   electroquímicos que en él tienen lugar. También pueden explicar los
   circuitos y el funcionamiento de una computadora avanzada. Sin
   embargo, hay una gran diferencia entre el cerebro y la computadora. El
   cerebro nos permite tener conciencia de nuestro ser, mientras que el
   ordenador no es consciente de sí mismo. ¿Por qué la diferencia?
   
   El hecho es que todavía es un misterio la manera en que los procesos
   físicos del cerebro dan lugar a la consciencia. "No veo cómo la
   ciencia pueda explicarlo", dijo un neurobiólogo. También el profesor
   James Trefil comentó: "Qué significa exactamente el hecho de que el
   hombre sea consciente [...] es la única cuestión principal de las
   ciencias que ni siquiera sabemos cómo plantear". Una razón es que los
   científicos usan el cerebro para intentar entender el mismo cerebro. Y
   puede que no sea suficiente estudiar solo la fisiología cerebral. La
   consciencia es "uno de los misterios más profundos de la existencia
   &#150;observó el doctor David Chalmers-. Pero el mero conocimiento del
   cerebro quizá no les lleve a los científicos [hasta el fondo] del
   problema".
   
   No obstante, todos nosotros somos conscientes, lo que en parte quiere
   decir que los recuerdos vívidos de sucesos del pasado no están
   sencillamente almacenados, como los bits informáticos. Podemos
   reflexionar sobre nuestras experiencias, aprender lecciones de ellas y
   utilizarlas para encauzar el futuro. Podemos sopesar varias
   alternativas y evaluar los posibles efectos de cada una de ellas.
   Tenemos la capacidad de analizar, crear, apreciar y amar. Podemos
   disfrutar de conversaciones agradables acerca del pasado, el presente
   y el futuro. Tenemos valores éticos de conducta y los usamos al tomar
   decisiones que producen o no beneficios inmediatos. Nos atrae la
   belleza del arte y la moralidad. Podemos conformar y refinar las ideas
   en la mente y prever cómo reaccionaría la gente si las llevamos a
   cabo.
   
   Tales factores producen un estado de consciencia que separa al ser
   humano de todas las demás formas de vida que hay en la Tierra. Cuando
   un perro, un gato o un pájaro se miran al espejo, responden como si
   estuvieran viendo a un semejante. Pero cuando nosotros nos miramos al
   espejo, somos conscientes de nosotros mismos, de nuestra identidad
   personal con las facultades antes mencionadas. Podemos reflexionar
   sobre dilemas, como: "¿por qué viven algunas tortugas cincuenta años y
   algunos árboles más de mil años pero nos sorprendemos cuando el hombre
   inteligente alcanza los cien años?". El doctor Richard Restak
   responde: "El cerebro humano, y solo el cerebro humano supervisa su
   propio funcionamiento, y así consigue un grado de trascendencia. De
   hecho, la capacidad de reescribir nuestro propio guión y redefinirnos
   en el mundo es lo que nos distingue de todas las demás criaturas".
   
   La consciencia humana desconcierta a algunos estudiosos. El libro Life
   Ascending defiende una explicación meramente biológica, pero admite:
   "Cuando preguntamos cómo un proceso [la evolución] que parece un juego
   de azar, con temibles penas para los perdedores, pudo haber generado
   cualidades como el amor a la belleza y la verdad, la compasión, la
   libertad y, sobre todo, la magnanimidad del espíritu humano, quedamos
   perplejos. Cuanto más reflexionamos sobre nuestros recursos
   espirituales, más se profundiza nuestro asombro". No cabe duda.
   Podemos completar ahora el análisis de la singularidad del ser humano
   repasando algunos hechos de la consciencia que ilustran por qué muchas
   personas están convencidas de que debe hacer un Creador inteligente
   que se interesa por nosotros.
   
    "Volviendo a la mente humana, también encontramos estructuras de una
     complejidad maravillosa", observa el profesor A. Noam Chmsky. "El
    lenguaje es un ejemplo al respecto, pero no el único. Considérese la
    capacidad de tratar con propiedades abstractas del sistema numérico
      [...], que según parece, es una característica única del género
                                  humano".
                                      
                               Arte y belleza
                                      
   "¿Por qué apasiona tanto el arte a la gente?", preguntó el profesor
   Michael Leyton en el libro Symmetry, Causality, Mind (Simetría,
   causalidad, mente). En su obra explica que puede decirse que ciertas
   actividades mentales, como los cálculos matemáticos, confieren
   beneficios claros al hombre, pero, ¿y el arte? En apoyo de su
   argumento, Leyton hace mención de las grandes distancias que la gente
   está dispuesta a recorrer para asistir a exposiciones de arte y
   conciertos. ¿Qué sentido interno la impulsa? De igual modo, la gente
   de todas partes del mundo cuelga cuadros o fotografías para decorar la
   casa o la oficina. O piense en la música. A la mayoría de la gente le
   gusta escuchar algún estilo de música en casa o en el automóvil. ¿Por
   qué? Está claro que no es porque la música haya contribuido en algún
   tiempo pasado a la supervivencia del más apto. Leyton dice: "El arte
   posiblemente sea el fenómeno más inexplicable de la especie humana".
   
   En cualquier caso, todos sabemos que disfrutar del arte y de la
   belleza es parte de lo que nos hace sentir "humanos". Un animal puede
   sentarse en una colina y mirar una puesta de sol, pero ¿le atrae tal
   belleza? A nosotros sí nos cautiva la belleza del trémulo reflejo de
   los rayos del Sol en un arroyo cristalino, de la asombrosa diversidad
   de la selva tropical, de una playa ribeteada de palmeras o de un
   aterciopelado firmamento tachonado de estrellas, hasta el grado de
   sentirnos sobrecogidos. La belleza nos conmueve el corazón y nos eleva
   el espíritu. ¿Por qué?
   
   ¿Por qué tenemos un deseo innato de cosas que, en realidad,
   contribuyen poco materialmente a nuestra supervivencia? ¿De dónde
   proceden nuestros valores estéticos? Si no se tiene en cuenta a un
   Hacedor que haya implantado estos valores en el hombre al crearlo,
   estas preguntas carecen de respuestas satisfactorias. Esto también es
   cierto con relación a la belleza de los valores morales.
   
                          "Dotados" para preguntar
                                      
       Con respecto al futuro del universo, el físico Lawrence Krauss
     escribió: "Nos envalentonamos a formular preguntas sobre cosas que
   quizá nunca veamos directamente porque podemos preguntarlas. Nuestros
     hijos, o sus hijos, las contestarñan algún día. Estamos dotados de
                               imaginación".
                                      
                              Valores morales
                                      
   Muchas personas reconocen que el máximo exponente de la belleza son
   las buenas acciones. Por ejemplo, la lealtad a los principios ante la
   persecución, la ayuda altruista que alivia el sufrimiento ajeno o el
   perdón cuando se nos perjudica, son acciones que satisfacen el sentido
   moral de la gente reflexiva de todo el mundo. Esta es la clase de
   belleza mencionada en el proverbio bíblico: "La perspicacia del hombre
   ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por
   alto la transgresión". Y otro proverbio dice: "La cosa deseable en el
   hombre terrestre es su bondad amorosa" (Proverbios 19:11, 22).
   
   Sabemos que algunas personas, y también organizaciones, pasan por alto
   los principios morales e incluso los desacreditan, pero la mayoría no
   actúa así. ¿De qué fuente proceden los valores morales que han
   existido prácticamente en todo lugar y en todo el tiempo? Si no hay
   una Fuente de moralidad, un Creador, ¿nació de la misma gente, de la
   sociedad humana, el sentido del bien y del mal? Por ejemplo: la
   mayoría de las personas y organizaciones consideran malo el asesinato.
   Pero podríamos preguntarnos: "¿malo en comparación con qué?".
   Obviamente, en la sociedad humana en general subyace un sentido moral,
   que ha inspirado las leyes de muchos países. ¿Cuál es la fuente de
   este nivel de moralidad? ¿No puede ser un Creador inteligente con
   valores morales quien dotó al ser humano con la facultad de la
   conciencia o con sentido ético? (Compárese con Romanos 2:14,15).
   
   Si el universo y nuestra existencia son accidentales, nuestra vida no
    tiene ningún significado duradero. Pero si la vida en el universo ha
          sido planeada, debe tener un significado satisfactorio.
                                      
                  Podemos pensar en el futuro y planearlo
                                      
   Otra faceta de la consciencia humana es la capacidad de pensar en el
   futuro. Cuando se preguntó al profesor Richard Dawkins si el ser
   humano tiene características que lo distinguen de los animales,
   reconoció que el hombre tiene cualidades únicas. Destacó "la capacidad
   de planear con previsión consciente e imaginación", y añadió: "Los
   beneficios a corto plazo siempre han sido lo único que ha contado para
   la evolución; la recompensa a largo plazo no ha contado nunca. Nunca
   ha sido posible que algo evolucionara si iba e detrimento del bien a
   corto plazo del individuo. Por primera vez es posible que al menos
   alguien diga: &#145;Olvídate del hecho de que puedas conseguir un
   beneficio a corto plazo talando este bosque; piensa en las
   consecuencias a largo plazo&#146;. Creo que esto es auténticamente
   nuevo y singular".
   
   Otros investigadores también reconocen que nuestra facultad de planear
   conscientemente a largo plazo no tiene paralelo. El neurofisiólogo
   William H. Calvin observa: "Aparte de la preparación para la estación
   invernal y la cópula, de carácter hormonal, los animales dan muy
   escasas muestras de planificar con más de unos pocos minutos de
   antelación". Los animales almacenan alimento para el invierno, pero
   ellos no planean ni piensan las cosas. En cambio, el ser humano piensa
   en el futuro, aun en el futuro distante. Algunos científicos
   contemplan lo que puede sucederle al universo de aquí a miles de
   millones de años. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué el hombre, a
   diferencia de los animales, puede pensar en el futuro y planearlo?
   
   La Biblia dice del ser humano: "Aun el tiempo indefinido ha puesto [el
   Creador] en el corazón de ellos". La versión de Agustín Magaña traduce
   así este texto: "Puso también la eternidad en la mente del hombre"
   (Eclesiastés 3:11). Nos valemos de esta distintiva aptitud todos los
   días, aun en el simple acto de mirarnos al espejo e imaginarnos qué
   aspecto tendremos dentro de diez o veinte años. Y confirmamos lo que
   dice Eclesiastés 3:11 cuando pensamos, aunque solo sea por un momento,
   en conceptos como la infinitud del tiempo y del espacio. El mero hecho
   de tener esta capacidad armoniza con la aseveración de que un Creador
   ha puesto "la eternidad en la mente del hombre".
   
             ¿Resultado de esconderse de felinos prehistóricos?
                                      
      John Polkinghorne, de la Universidad de Cambridge (Inglaterra),
                                  observó:
                                      
   "El físico teórico Paul Dirac descubrió algo llamado teoría cuántica,
    que es fundamental para entender el mundo físico. No puedo creer que
   la capacidad de Dirac para concebir esta teoría ni la de Einstein para
   formular la teoría de la relatividad sea el resultado de que nuestros
    antepasados tuvieran que esconderse de felinos prehistóricos. Tiene
    que deber se a algo mucho más profundo, mucho más misterioso. [...]
                                      
     "Cuando observamos el orden racional y la transparente belleza del
      mundo físico, que la ciencia física ha revelado, vemos un mundo
   impregnado de señales de inteligencia. Para el creyente religioso, es
       la inteligencia del Creador que así se percibe." (Commonweal.)
                                      
                         Atraídos hacia un Creador
                                      
   Sin embargo, a muchas personas no les llena la belleza, el altruismo y
   la visión de futuro. "Paradójicamente &#150;dice el profesor de
   Filosofía C. Stephen Evans-, aun en los momentos más felices y
   preciados de amor, sentimos que falta algo. Queremos algo más, y no
   sabemos que es eso más que queremos". En efecto, los seres humanos
   conscientes, a diferencia de los animales con quienes compartimos este
   planeta, sentimos otra necesidad.
   
   "La religión está profundamente arraigada en la naturaleza humana y se
   experimenta en todo nivel económico y educativo." Esta idea sintetiza
   la investigación que expone el profesor Alister Hardy en The Spiritual
   Nature of Man (La naturaleza espiritual del hombre). Confirma lo que
   han demostrado muchos otros estudios: el hombre es religioso por
   naturaleza. Aunque hay individuos ateos, no existen naciones completas
   que sean ateas. El libro Is God the Only Reality? (¿Es Dios la única
   realidad?) observa: "La búsqueda religiosa de significado [...] es la
   experiencia común de todas las culturas y todas las edades desde la
   aparición del hombre".
   
   ¿De dónde procede esta conciencia de Dios aparentemente innata? Si el
   hombre fuera una agrupación accidental de ácidos nucleicos y moléculas
   de proteínas, ¿por qué deberían tales moléculas cultivar amor al arte
   y a la belleza, hacerse religiosas y concebir la eternidad?
   
   Sir John Eccles concluyó que una interpretación evolutiva de la
   existencia del hombre "falla en un aspecto de máxima importancia. No
   puede explicar la existencia de cada uno de nosotros como seres únicos
   y conscientes de sí mismos". Cuanto más aprendemos sobre el
   funcionamiento de nuestro cerebro y de nuestra mente, más fácil es ver
   por qué millones de personas han llegado a la conclusión de que el
   hombre consciente es prueba de la existencia de un Creador que se
   interesa por nosotros.
     _________________________________________________________________
   
   Si desea los siguientes capítulos de esta publicación ("¿Existe un
   Creador que se interese por nosotros?"), póngase en contacto con los
   testigos de Jehová de la zona donde usted reside, o escriba al correo
   electrónico de donde proviene este mensaje para el envío gratuito del
   libro completo.

. . . .

  Pos eso.

---------------------------------------------
Víctor R. Ruiz                rvr en idecnet.com
    Agrupación Astronómica de Gran Canaria
   Sociedad de Meteoros y Cometas de España
 Asociación de Variabilistas de España - AVE
AA Gran Canaria      http://aagc.dis.ulpgc.es
info.astro  http://www.astrored.org/infoastro
---------------------------------------------