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Re: [escepticos] Ridículos astrológicos
"Forwardeo" un articulo que recibi en otro foro:
Teorema de inconsistencia de la acción
astrológica
Los principios básicos de la astrología son incompatibles con los
más elementales conocimientos de la física, conduciendo a
absurdos cuando se aplican conjuntamente
Alfonso Ramón Viller / Elba Tellechea Estela
Para el desarrollo del trabajo que presentamos, el problema
fundamental con que nos encontramos consistió en traducir las
leyes astrológicas al lenguaje científico para lo cual hay que conocer
ambas materias, razón por la cual la primera parte de este estudio
es eso: conocimientos de astrología aceptados por los astrólogos. A
estos conocimientos les aplicamos el teorema que descubrimos: El
teorema de inconsistencia de la acción astrológica, para concluir
que la astrología es falsa de acuerdo con las leyes de la ciencia de
una forma clara e inequívoca.
Conocimientos de Astrología
Desde la época de la antigua cultura babilónica hasta nuestros días,
se ha ido desarrollando un procedimiento que pretende descubrir el
carácter y futuro de las personas en base a la apariencia en un
momento dado del cielo visto desde la tierra: la astrología.
Los babilonios poseían una base matemática para los cálculos
astronómicos, lo que parecía darles apoyo a sus predicciones. Sin
embargo, carecían de conocimientos científicos, por lo que no
podemos esperar que sus principios fuesen consistentes con las
leyes de la naturaleza, aunque hoy siguen siendo los mismos, con
ciertos retoques, a pesar del avance que tienen actualmente la
ciencia y la tecnología.
Durante muchos siglos astronomía y astrología han estado
fusionadas hasta que, con la aparición del método científico, se
produjo una clara diferenciación entre ambas. Pues bien, el teorema
de inconsistencia de la acción astrológica demuestra que ésta se
basa en unos principios contradictorios con las leyes de la física
que sí son demostrables.
El ser humano durante todos los tiempos ha sido capaz de observar
que en el mundo se dan una serie de hechos que se comportan con
regularidad, por lo que surgieron muchas personas que se
preguntaban si estas regularidades podrían servir también para
efectuar predicciones acerca de sus civilizaciones y, por qué no, de
las personas, sobre todo partiendo de las observadas en el cielo que
siempre ha supuesto algo misterioso, espectacular y con encanto.
De este modo establecieron una relación entre la posición de los
astros en una época del año y los hechos relativos a su vida que
más les interesaban, tales como el comienzo de la primavera, la cría
del ganado o la estación de las lluvias. Sin que ellos lo supiesen,
estos hechos dependían más del clima que del estado del cielo, por
lo que las predicciones sólo podrían ser válidas, en cierto modo, en
el lugar en el que estaba asentada la civilización que, al fin y al
cabo, dio lugar al desarrollo de la astrología.
La astrología la podemos definir como el estudio de la supuesta
relación de la posición de los astros en un momento dado, con los
acontecimientos que suceden en la tierra. Los astrólogos parten del
principio de que existe aunque nunca han llegado a demostrarlo.
Éste es su axioma básico, lo que implica que no importa que esa
acción no pueda medirse a través de instrumentación. Todos los
fenómenos estudiados por la ciencia, aun predichos por la teoría,
han sido siempre detectados experimentalmente. Eso distingue los
estudios científicos de los que pretenden serlo.
Para la astrología, el Zodíaco es casi el único trozo de cielo
importante para su desarrollo. Visto desde la Tierra es una banda de
unos 8º de arco que incluye al plano de la Eclíptica por donde se
mueven "casi todos" los planetas.
Los astrólogos dividen al Zodíaco en doce constelaciones lo cual les
viene muy bien para hacerlas coincidir a una por mes. Sin embargo,
hay al menos unas veinte que no están contenidas completamente
dentro del mismo. Lo más curioso es que en realidad hay trece
constelaciones completas en el Zodíaco una de las cuales no es
contemplada por los astrólogos ?imaginamos las razones?: Ofiuco.
Tiene la particularidad de que el Sol permanece más tiempo en ella
que, por ejemplo, en Escorpión, lo cual plantea serios problemas a
la hora de realizar una investigación.
La astrología se divide en dos escuelas cuya diferencia fundamental
estriba en la estructura que dan al Zodiaco, así que ambas son
contradictorias entre sí. La diferencia entre ellas es mucho más
importante de lo que los astrólogos creen, porque la razón de ésta
es un hecho científico: la precesión de los equinoccios, fenómeno
por el cual el eje de la Tierra apunta a lugares distintos de forma
periódica a lo largo de unos 25.800 años, y que da lugar a un
movimiento aparente de giro de toda la esfera celeste en ese lapso
de tiempo. Como consecuencia de este hecho los astrólogos se han
repartido entre ambas tendencias:
a) Astrología trópica: es seguida por la mayoría salvo en los paises
anglosajones en que se reparten de forma equitativa.
Para ellos la configuración del Zodíaco es la misma que la existente
en la época de la antigua Mesopotamia hace unos 2.500 años, es
decir, una división en doce partes iguales de 30º cada una
señalando la constelación de Aries a partir del equinoccio de
primavera. Esta estructura presenta dos serias contradicciones:
- no tiene en cuenta el diferente tamaño angular de las
constelaciones reales,
- tampoco tiene en cuenta la precesión de los equinoccios que ha
girado el Zodiaco real: más de 30º en sentido retrógado desde los
tiempos de la antigua Babilonia.
Como consecuencia de estas dos contradicciones, esta astrología
se ha degradado a una influencia derivada del clima o del calendario,
por lo tanto no tiene en cuenta las diferencias entre puntos distantes
entre sí. Asi, por ejemplo, el signo de Leo que caracteriza al verano
en el hemisferio Norte se convierte en frío en el Sur, y por tanto se
traduce en caracteres distintos en las personas de cada uno de
ellos puesto que el clima sí tiene influencia en la forma de ser media
de las personas, lo que hace pensar que la astrología trópica no vale
al menos en la mitad de la Tierra.
b) Astrología sidérea: esta escuela tiene en cuenta el movimiento de
las constelaciones originadas por la precesión de los equinoccios,
es decir, la configuración actual del Zodíaco, así como el tamaño
angular real de cada una por lo que mantiene su esencia de
considerar que los astros influyen en los acontecimientos terrestres.
Eso sí, la influencia astrológica siguen sin detectarla por medios
físicos y continúa sin ser válida al menos en uno de los dos
hemisferios terrestres por la misma razón que antes.
Como ejemplo de contradicción entre las dos escuelas podemos
citar el signo de Virgo considerado por la astrología sidérea, en la
trópica abarca a parte de sus Escorpio, todos los Libra y sólo una
pequeña parte de sus Virgo, como se observa al comparar los dos
Zodíacos, el Babilónico y el actual. Sin embargo, a pesar de tantas
diferencias sorprendentemente no se invalidan entre sí.
Finalmente citar que los astrólogos solo tienen en cuenta las doce
constelaciones conocidas del Zodíaco sin importarles la de Ofiuco y
todas las demás que componen la bóveda celeste, lo que no impide
a algunos considerar al planeta Plutón en sus predicciones que,
como todo el mundo sabe, está fuera del plano de la Eclíptica.
Los árabes inventaron lo que se llama la domificación que consiste
en la división del cielo local en doce husos esféricos o casas ligados
al sistema de referencia terrestre.
Como primer comentario, nadie explica el por qué de esta división
que, curiosamente, coincide con el número de constelaciones en el
Zodíaco de los astrólogos lo que nos hace pensar que el doce es su
número favorito.
Como segundo comentario, resulta que últimamente se ha
desarrollado la astrología ondulatoria con intención de darle un
fundamento matemático, al inventarse unas supuestas ondas
procedentes de las constelaciones que serían moduladas por la
presencia de los planetas, en todo un confuso intento de copiar
algunas ramas de la física como la mecánica ondulatoria de
Heisenberg. Pues bien, este desarrollo es inconsistente con la
división en casas, ya que las casas son diferentes en cada punto de
la Tierra, pero las ondas son las mismas en ese mismo instante.
Incluso a partir de una determinada latitud, no es posible dibujar las
casas. Una vez más nos encontramos con incoherencias entre
definiciones arbitrarias.
Se llaman aspectos de los planetas a los ángulos que forman dos
planetas vistos desde la Tierra. Sobre este punto hay que advertir
que el grado de arbitrariedad a la hora de definir aspectos de
planetas con sus efectos es muy alto, porque no sólo los hacen
depender de los ángulos involucrados sino también de los planetas
considerados. De hecho, los ángulos definidos por los astrólogos
son sospechosamente muy conocidos: 0º, 30º, 60º ... ¿Qué sabrá
un hecho supuestamente físico de ángulos tan familiares a
nosotros? Más arbitrariedad no se puede pedir.
El Teorema
Del estudio de las leyes de la astrología los autores extrajeron como
consecuencia fundamental que dichas leyes son confusas,
arbitrarias y contradictorias entre sí. ¿Qué pasaría si les
aplicaramos los principios de la física?
Indudablemente, si nuestras conclusiones son acertadas deberían
darse determinadas incoherencias entre dichas leyes y las
astrológicas. Como veremos más tarde, la demostración, como no
podía ser de otra forma, es muy sencilla dada la claridad de sus
principios físicos en contraposición con los confusos supuestos de
la astrología.
Por lo tanto, la demostración más apropiada resultó ser el conocido
método de reducción al absurdo. ¿Por qué? Porque lo que
pretendemos es demostrar una inconsistencia entre ambos
conjuntos de leyes.
El teorema que demuestra que la astrología es falsa lo hemos
llamado: "Teorema de la inconsistencia de la acción astrológica" y
su enunciado es el siguiente:
"La supuesta acción de los astros sobre las personas en el
momento de su nacimiento y sobre su futuro es inconsistente de
acuerdo con las leyes de la física".
Del estudio de las bases de la astrología vamos a deducir las
características de la supuesta acción de unos determinados astros
que depende de la posición del Sol proyectando todas las
posiciones en la esfera celeste, es decir, son independientes de la
distancia. La astrología considera dos aspectos básicos:
a) Primero tiene en cuenta el signo del Zodiaco que el Sol está
atravesando en el momento del nacimiento de la persona de la cual
se quiere definir su horóscopo, según la astrología trópica o bien la
constelación que está atravesando realmente según la astrología
sidérea.
b) En segundo lugar considera la posición de los planetas y sólo de
los planetas con relación a los signos y constelaciones del Zodiaco
en el momento del nacimiento.
De estas bases se deducen las siguientes características de la
supuesta acción:
a) Debe ser muy débil. ¿Por qué? Porque nadie la ha detectado a
pesar del avanzado instrumental del que se dispone actualmente.
b) Actúa a distancia pero no depende de la distancia al observador,
sólo depende de la proyección sobre la esfera celeste por lo que la
acción de un planeta se considera la misma tanto si está en el
punto más cercano a la Tierra como si está en el más lejano a pesar
de que las diferencias son de millones de kilómetros o incluso de
años-luz en el caso de las estrellas componentes de las
constelaciones del Zodíaco.
Conclusión: La supuesta acción astrológica se reduce a un vector
fuerza o a un valor de la energía función sólo de la dirección pero no
de la distancia al observador.
Para la demostración del teorema se utilizó el principio de
conservación de la energía que es un principio fundamental del
mecanismo del funcionamiento del Universo por lo que debe
proporcionar información acerca de la astrología de acuerdo con las
deducciones anteriores.
Supongamos que tenemos en cuenta todas las acciones del
Universo sobre una persona y apliquemos el principio de
conservación de la energía a lo largo de su movimiento debido a
dichas influencias. Al establecer el equilibrio de energías todas las
acciones dan lugar a términos que son función de la distancia entre
la persona y el foco generador de la acción debido a que todas las
acciones que existen en la naturaleza son función de la propia
distancia, todas menos una: la resultante de la acción astrológica,
pues ya argumentamos que no depende de ella.
En la ecuación resultante sólo habrá un sumando independiente de
la distancia, y todos los demás que sí dependen de ella, por lo que
nos encontramos con una contradicción. Al despejar el término
astrológico, obtenemos que sí debe depender de la misma, en
contra de lo supuesto, contradicción que verifica el teorema por
reducción al absurdo.
Conclusión
Hemos partido de la aplicación del principio de conservación de la
energía que, si es cierto, deben cumplirlo todas las interacciones de
la naturaleza. La conclusión a la que hemos llegado implica una
inconsistencia con este principio por parte de las hipótesis
astrológicas debidamente adaptadas al lenguaje científico. Por lo
tanto, estas hipótesis deben ser desechadas si partimos de la base
de que el principio de conservación se cumple, es decir, que la
astrología debe ser abandonada como disciplina predictiva de
caracteres y destinos de personas, de estados, etc.
Pues bien, los autores han realizado este estudio partiendo de la
base de que la astrología es cierta, y de un principio fundamental de
la naturaleza que suponemos que se verifica. Invitamos a cualquier
persona a que haga cualquier crítica en relación al mismo trabajo.
Siempre existe la posibilidad de que estemos equivocados, ya que
¿no es verdad que la astrología es, en el fondo, bonita?
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