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[escepticos] Re: Ciencia y valores femeninos (mensaje rebotado el otro dia)
DcEmpleo en ej-gv.es escribió:
> Aprovechando que hoy es hoy (8 de marzo, día de la mujer trabajadora):
>
> "El concepto de género, que empieza a utilizarse en el discurso teórico
> feminista a mediado de los setenta, es una aportación fundamental del
> feminismo para analizar las razones que han llevado históricamente a la
> discriminación de las mujeres y aporta nuevos elementos para la construcción
> de una sociedad más justa e igualitaria.
>
> El género es pues, la construcción cultural añadida a las diferencias
> biológicas entre hombre y mujeres, que nos hace masculinos y femeninos,
> asignándonos valores, actitudes y comportamientos distintos.
De hecho, este concepto de género representa, en mi opinión, el gran
error del feminismo del último cuarto de siglo.
A ver si consigo explicarme. El movimiento feminista tiene sus
orígenes, como todos sabemos, en el sufragismo y en las reivindicaciones
de igualdad laboral. Reivindicaciones, en mi opinión, justas y
legítimas: era de vergüenza que el 50% de la población careciese de los
derechos más básicos. Este feminismo, con frecuencia estrechamente
relacionado con la evolución del movimiento obrero, aspiraba a alcanzar
la igualdad de derechos, oportunidades y libertades con los hombres. Y
en muchos lugares se integraba también en la lógica revolucionaria de la
época. Era una respuesta evidente e inevitable ante la brutal y
descarada opresión que sufrían las mujeres.
No debemos olvidar, como botón de muestra, el hecho que recuerda el día
de hoy: casi un centenar de trabajadoras norteamericanas se encerraron
en la fábrica, declarándose en huelga para conseguir igualdad de
horarios y salarios con sus compañeros masculinos. Los matones de la
patronal, por orden del empresario, metieron fuego a la fábrica. Todas
murieron, quemadas vivas. Era la lógica de los tiempos, no sólo contra
las mujeres, sino contra cualquier reivindicación obrera en general. ¿O
ya nadie se acuerda de los Pinkerton...?
Este feminismo era, pues, igualitarista. Y en buena parte
revolucionario, en el sentido marxista del término. Las opiniones de
Ibárruri, Luxemburgo y compañía eran escuchadas por millones de mujeres.
Y con todas sus deficiencias, es imposible ignorar el cambio que la
Revolución Soviética de 1.917 representó para la mujer rusa.
Durante la fracasada pseudorrevolución de mayo de 1.968, las cosas ya
no estaban tan claras. El feminismo que allí se origina es una extraña
mezcla de feminismo clásico, de promiscuidad pequeñoburguesa, de nuevas
teorías existencialistas y de elementos claramente místicos y
pseudocientíficos, especialmente en cuestiones relativas a la sexualidad
(los famosos informes Hope, por ejemplo...). De hecho, este es un mal
que se extiende a todo un sector de la izquierda emergido de aquellas
revueltas, y que hoy en día ha conducido a esa especie de "pérdida del
Norte" de nuevas izquierdas y similares. El destino de Danny "El Rojo" y
de tantos partidos de izquierda es bastante emblemático de este proceso.
Y es en todo este empastre donde el clásico "feminismo de la igualdad"
se ve sustituido por un nuevo -y light- "feminismo de la diferencia".
Este feminismo de la diferencia, combativo en apariencia pero
pequeñoburgués en el fondo, hace más y más hincapié en las cosas que
*diferencian* a los hombres de las mujeres, en base a criterios en
ocasiones razonables pero con frecuencia místicos y pseudocientíficos,
planteando los términos no como una lucha por la igualdad *con* los
hombres, sino como una lucha *de hombres contra mujeres* en base a
criterios emocionales e intelectualoides. Esto tiene tres consecuencias.
La primera, desarmar al movimiento feminista: millones de mujeres
abandonan sus filas, en un fenómeno de reacción. La segunda, convertir
al feminismo en una parodia de sí mismo. La tercera, la aparición de un
pensamiento "femenino" en contraposición al "feminista". Ambos se
entremezclan una y otra vez y se confunden. Y en esas estamos.
> La diferente socialización de hombres y mujeres hace que heredemos un
> pensamiento dualista en todos los ámbitos de la vida y, en este pensamiento
> dual, se oponen razón y sentimiento, cultura y naturaleza, ciencia y
> creencia, público y privado. Los primeros elementos son considerados
> "masculinos" y los segundos "femeninos", primando los "masculinos" en la
> escala jerárquica.
Obsérvese, por ejemplo, este párrafo. Es un párrafo que yo denominaría
"feminoide" o "pseudofeminista" más que "feminista". Es
antipatriarcalista, lo que en principio no está mal, pero *opone*
claramente el mundo de las mujeres y el de los hombres. Si bien es
cierto que la educación y diferente socialización de hombres y mujeres
tiende a establecer diferentes perspectivas, este párrafo *profundiza*
en tal diferencia en vez de pretender superarla. La da como hecha, como
invencible, *como que de hecho no debe vencerse*. La autora (o autor,
que nunca se sabe...) está *orgullosa* de la diferencia, percibe dos
mundos contrapuestos, y percibe al suyo como superior (lo que se
evidencia en la velada referencia a la "escala jerárquica", se entiende
que si no fuera por tal "escala jerárquica", el mundo femenino ya habría
triunfado mucho tiempo atrás; es así como la autora percibe las cosas).
Es el feminismo de la diferencia. Y se prepara para obsequiarnos con lo
que sigue:
> La ciencia es, según las investigadoras feministas, la quintaesencia del
> pensamiento masculino, ya que los valores que se le han asignado
> (objetividad, racionalidad, abstracción, actividad...) son masculinos por
> excelencia. Por ello, no es de extrañar que el acceso de las mujeres a la
> ciencia se esté produciendo tan lentamente.
Y aquí es ya donde, debido a tanta debilidad en los fundamentos, el
texto se vuelve completamente magufo. Es un párrafo del "Más Allá".
Veámoslo:
- "La ciencia es, según las investigadoras feministas...".
¿Investigadoras en qué? ¿En feminismo? Talcualito como los ufólogos.
- "...la quintaesencia del pensamiento masculino, ya que los valores que
se le han asignado (objetividad, racionalidad, abstracción,
actividad...) son masculinos por excelencia". Toma ya. Esto es la
antítesis del feminismo de la igualdad. Y, peor aún, es una magufada.
;-)
- "Por ello, no es de extrañar que el acceso de las mujeres a la ciencia
se esté produciendo tan lentamente". La autora parece ignorar, en primer
lugar, cuál es la composición de estudiantes en cada vez más carreras de
Ciencias (y en cualquier carrera en general). Pero no sólo es eso.
Ignora y renuncia a la concepción clásica del feminismo con respecto a
los estudios universitarios, *asignando a caracteres psicológicos
propios de la mujer* el mal que antes se asignaba a una muy real
oposición familiar, social, estatal e incluso de la comunidad científica
a la participación femenina. Y con estas tres burradas en la mano, lo
que viene a continuación es inevitable:
> La segunda ola del feminismo cuestiona, en primera instancia, el rol de las
> mujeres en la familia y su participación, en condiciones de igualdad, tanto
> en el ámbito educativo como en el laboral, y sólo posteriormente ha
> reflexionado sobre la situación de las mujeres en la ciencia.
(Obsérvese la referencia a la "segunda ola"...)
> Si en una primera fase, dicha corriente analizó el papel que las mujeres han
> tenido en la comunidad científica, llegando a la conclusión de que la
> ciencia ha excluido a las mujeres, tanto como investigadoras como posibles
> sujetos a investigar, en este momento va más allá: la crítica actual se hace
> extensiva a las formas de concebir las teorías científicas, es decir, sus
> paradigmas, sus sistemas valorativos, etc.
>
> Las críticas que desde el feminismo se hacen a la ciencia son de dos tipos:
> ideológicas y metodológicas y ambas están profundamente interrelacionadas.
>
> En relación con el primer aspecto citado, podemos decir que todas las
> investigadoras, en mayor o menor medida, coinciden al afirmar que la ciencia
> es reflejo de la ideología de un grupo dominante y que el modelo que utiliza
> es el del varón blanco, de clase media o alta en sociedades capitalistas
> avanzadas. El pensamiento etnocéntrico, egocéntrico y dicotómico del varón
> blanco occidental es el que categoriza a los demás, no sólo como diferentes
> a sí mismos, sino como desviación de la norma.
(Obsérvese la referencia al egocentrismo... esto es feminismo de
peluquería)
> Si él es el eje o centro de la ciencia, es lógico que, desde ese punto de
> vista, el valor que se atribuya a las mujeres, y a las personas de otra
> etnia o de ora clase social esté en función de la distancia a la que se
> encuentren del modelo establecido. Criticar esa concepción de la ciencia es,
> pues, uno de los objetivos del feminismo.
>
> Es evidente, por otra parte, que ese sesgo androcéntrico mediatiza, a su
> vez, la metodología a seguir, tanto en lo referente a los sujetos
> investigados como en la forma de investigar cualquier hecho.
>
> Si pretendemos una sociedad más igualitaria, es evidente que las mujeres
> deben participar en la comunidad científica en igualdad de condiciones qué
> los hombres. Pero hay más. Actualmente, las investigadoras feministas
> consideran que algunos valores femeninos, que la cultura dominante ha
> considerado como subcultura, pueden ayudar en el quehacer científico, de
> forma que ya no estamos hablando solamente de que la ciencia deje de ser un
> espacio de hombres, sino que debe dejar de ser el espacio por excelencia de
> los valores masculinos."
Zas. No tiene desperdicio. Y lo peor de todo, es una consecuencia
inevitable: cuando se deja pasar una irracionalidad, todas las demás
vienen seguidas. La autora (o autor) pasa aquí a considerar el método
científico como una "excrecencia cultural machista", que necesita ser
equilibrada por "valores femeninos" (se entiende: intuición,
sensibilidad, practicidad, religiosidad -en cualquiera de sus formas-,
pensamiento mágico...). Según esta concepción, la totalidad del
pensamiento racionalista científico es "machista". Marie Curie y otras
tantas tendrían que volver de la tumba para explicárselo.
Este artículo, de hecho, se inserta en esa tendencia del pensamiento
magufo que, en una de sus más acabadas expresiones, constituye la Wicca
y el neopaganismo. Y en otra de sus variantes, la Nueva Era.
Y lo que es más grave. Queriendo ser más feminista que nadie, el texto
resulta ser irremisiblemente *machista*. Atribuye a los hombres, pero
sobre todo a las mujeres, diferencias de capacidad y pensamiento por
razón de nacimiento, y las plantea como una diferencia insuperable, de
hecho, y como decía antes, una diferencia que no debe ser superada. Con
esta línea de pensamiento, por ejemplo, podríamos llegar a defender la
idea de que niños y niñas deben ser educados por separado (dado que sus
habilidades y capacidades natas son tan diferentes, habría que darles
formación específica) o a que hay "trabajos para hombres" y "trabajos
para mujeres", por las mismas razones. Queriendo ser feminista, este
feminismo de la diferencia, que confunde causas con efectos, conduce
indefectiblemente a la pura y simple reacción. Nuestros curas de antaño
estarían encantados.
> Forum Feminista María de Maeztu
>
> Artículo publicado en el nº 124 de 6 de marzo de 1999 de la Gaceta del
> Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
>
> A destacar: Valores masculinos = objetividad, racionalidad, abstracción,
> actividad ...
Pues eso.
Saludos,
Toni Cantó
Feminista (de la igualdad).