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RE: [escepticos] experimentacion animal y derechos animales
José Velásquez escribió:
> Hola Pascual.
Qué tal
> Estoy de acuerdo con todo lo que dices, pero hay una cosa que no me
> convence. A mí sí me preocuparía la desaparición de nuestra especie. Si
> nos ponemos a valorar todo en función de felicidad-sufrimiento, la
> extinción de la especie humana trae la imposibilidad de realización de
> una enorme cantidad de felicidad futura. Podrás decir que tal vez podría
> ser sufrimiento futuro, pero eso dependería de la humanidad misma entre
> otras cosas. Todo se reduciría a una cuestión de cuanto confiamos en la
> capacidad de la humanidad para lograr felicidad en vez de sufrimiento.
> En cualquier caso, una extinción nos cierra todos los posibles caminos
> hacia el logro de una gran felicidad.
Bueno, antes de entrar a contestar lo que planteas, debo indicar que, en el
contexto en el que nos movemos -los derechos de los animales- no hablaba
excatamente de promover la felicidad, sino sólo de evitar dolor. Seguro que
aplicado al hombre los matices son más ricos, pero en principio yo
distinguiría ambas cosas. Evitar el dolor es lo mínimo que se puede hacer
por cualquier ser que tenga un sistema nervioso lo suficiéntemente
desarrollado. Yo entiendo los derechos animales principalmente como eso:
evitarles dolor, luego no quiero introducir también la felicidad como
criterio. Ni siquiera en el hombre: no creo que la felicidad sea un derecho
humano, sino que tiene mucho de "arte de vivir" o, como decía el filósofo
Spinoza al final de su "Etica", "la felicidad no es el premio a la virtud,
sino que es la virtud misma". Quizá pueda parecer un poco duro decir que la
felicidad no es un derecho, pero no lo es tanto si pensamos que ésta se da
en las circunstancias más variadas: hay gente que lo tiene todo, que vive
bajo un régimen político respetuoso y no es feliz. Del mismop modo -esto es
algo que siempre me ha impresionado- hay personas que aseguran haber sido
felices bajo las circunstancias más extremas. Podemos imaginar a dos
personas que viven un bello amor en plena dictadura pinochetista o bajo el
estalinismo, o bajo Franco. Personas que sufren esos regímenes pero que, sin
embargo, son felices. Desde luego, sería muy cínico emplearlos como coartada
para legitimar esas políticas brutales. Sólo digo esto a modo de ejemplo,
intentando persuadir de que la evitación del dolor peretenece -por lo
general- al derecho y a la política, pero que la felicidad pertenece a la
ética. Otra cosa es que un régimen de derecho, un régimen más justo, fomente
mayor felicidad. Pero eso no la convierte en un criterio objetivo para el
derecho.
Bien, vamos a lo de la extinción de la humanidad. Ante todo distingamos,
según los criterios de los que hablaba en mi mensaje anterior, lo que es el
sufrimiento de los individuos durante el proceso de extinción (¿guerra
nuclear-química, falta de recursos alimenticios, la colisión de un cometa o
un asteroide, suicidio colectivo a instancias de una secta milenarista,
ataque de risa/pena al propagarse un artículo de "parafísica" por todos los
canales de información?) de lo que es la desaparición de la especie. El
dolor que ese proceso genera me parece terrible, pero no la extinción en sí.
Cierto que en esa extinción se pierde un potencial de felicidad -y de
sufrimiento- pero ese tipo de potenciales me parecen, como decía Toni en
otro mensaje, "entelequias". Si eso fuera así, entonces, según yo lo veo, el
argumento que propones habría que aplicarlo a todas las situaciones en que
uno puede tener hijos y no lo hace, puesto que con cada gota de semen que se
queda en el preservativo o en el kleenex (¡joder, parezco el Magolmo!:) se
está derrochando un potencial de felicidad del mismo modo que si todo ese
semen acaba siendo pasto de los gusanos en el caso de que todos nos vayamos
mañana al garete. Creo que la felicidad que importa no es la del que puede
venir al mundo, sino la del que, de hecho, ya está en él. Es evidente que
nadie fomenta el incremento de la natalidad apelando a la felicidad de los
posibles niños que nacerían. Quizá alguien me replique con el siguiente
argumento, a saber, que una de las instancias de legitimación de la
ciencia, la ecología, la política etc. es dejar un mundo mejor a próximas
generaciones. Tendría razón al decir eso, pero no habría captado mi
argumento: vale la pena trabajar por las siguientes generaciones porque casi
con toda probabilidad *habrá* fururas generaciones. Pero eso es un cosa y,
otra, lamentarse por generaciones que -supongamos que lo sabemos- no
exietirán.
> Saludos.
>
> José
Un cordial saludo
Pascual L. González - blume en writeme.com