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[escepticos] Naturaleza de la credulidad.




[Antoni Mont]
3- Por otro lado parece evidente que la característica
dominante/dominado es bipolar, es decir que no hay genes para el que
manda y genes para el que obedece, y que "cristaliza" en una u otra
versión según las circunstancias del indivíduo dentro del clan. 
A este respecto no deja de ser curioso -y no se  como debería interpretarse- el
hecho de que la gente más dominante con sus subordinados suele ser la
más servil con sus superiores (y a veces con su consorte ;-)). ¿Quizá
como que tienen más acusado el caracter dominador/dominado?. 

[Mercader]
A lo mejor ocurre que mandar  y obedecer no son mecanismos contrarios sino dos funciones de la misma estructura cerebral . Por ejemplo, a mí no se me da bien obedecer ni mandar. Mis subordinados (cuando, por azares de mi trabajo,  los he tenido)  han hecho lo que les ha dado  la gana  y mis superiores saben que tienen en mí al peor de los insubordinados

[Antoni Mont]
Pues bien, de todo ello no me resulta evidente que la credulidad sea una
característica inevitable. Como decía en 2), la actitud sumisa -el miedo
al que manda, para no andar con eufemismos- era palpable en la dictadura
por ejemplo, pero este miedo primario o instinto de conservación (este
sí anclado en el nivel más automático y congénito), no me parece que sea
capaz de bloquear la capacidad de razonar. Dicho por lo llano: creo que
se puede ser miedoso y servil, y a la vez tener una gran capacidad de
análisis.

[Mercader]
Es que el miedo al que manda (actitud totalmente natural cuando el adversario evidencia más poder) no me parece que tenga que ver con la actitud sumisa.  Sumiso no es el que lo padece por imposición ajena sino  el que se humilla a sí mismo sin aparente necesidad  (el pelota profesional que todos conocemos) y también  el que exagera su servilismo para obtener provecho o ventajas (el vendedor de ropa que nos miente acerca de nuestra prodigiosa apostura o el subordinado que se ríe de los chistes sin gracia del jefe).  Someterse es casi una necesidad  en algunos ejemplares de nuestra especie independientemente de su inteligencia y eso lo demuestran a diario esos trepas que hacen de la adulación un arte.
Es a esa actitud a la que me refiero siempre cuando hablo del 'instinto de sumisión de la especie'. El otro día cayó en mis manos un libro de jaculatorias y oraciones que usan los seminaristas para llenar sus ratos libres. Lástima que no lo tenga delante ahora mismo. El asombroso texto de los rezos que profieren estos caballeros rezuma una asombrosa necesidad de arrastrarse por el suelo, de convertirse en rata, de anularse como personas ante la majestad de su jefe.  Se me erizan los pelos al presenciar de cerca cómo es la concepción del mundo desde el punto de vista de un sometido 'por gusto'.   Lo que estoy intentando definir hace años es esa actitud de placer al someterse.  Sin una autoridad suprema y, a ser posible, con barbas,  estos señores se sentirían perdidos, sin la menor duda. 
Eso no quita para que algunos de ellos posean una ágil pluma, se defiendan dialécticamente muy bien y sean, a lo mejor, doctores en Derecho. 
Saludos.