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Re: [escepticos] netiquette y otras lindezas



¡Hola José Uribe:!
                No concuerdas conmigo en que hay fabricantes de
chorizos que les  ponen hielo picado para aumentar el peso.
Me emociona comprobar que alguien todavía tiene fe en el
género humano. Pasa que, pese a las aparentes evidencias
en contra, tengo tu misma confianza. En eso hasta me parezco
al Cándido de Rousseau.-
                Pero aún más me ha conmovido que te hayas
comportado como el Sargento Cruz en el Martín Fierro.
Y eso lo entiendes tú y yo.
                Pero lo siento, insisto en que los chorizos son
profanados en su afán de pureza. Vengo de un pueblo,
Carcarañá, legendario por sus chacinados.
                Hasta un 20 % de hielo molido le ponen a los
chorizos estos hijos de puta. Y tú que te creías que el
líquido que bulle dentro cuando se los pone en la parrilla
es solamente grasa derretida.
                En una ocasión participé de una choripaneada
donde el dueño de casa ponía la parrilla y el fuego y los
invitados llevábamos los chorizos. Un gran amigo ya
fallecido, el actor Cinquemani, se había hecho cargo
de mantener el fuego lento. Yo todavía no lo conocía
y al agregar mis chorizos en la parrilla hice lo que me
parecía una regla de oro de un buen parrillero: Pinché
todos los chorizos que había allí. No te imaginás la
humareda que se armó. El agua casi apagó el fuego.
Cuando retornó Cinquemani no me puteó porque
todavía no me conocía, pero se encargó de ponderarme
en todos los rincones de la reunión. Allí me enteré que
no todos los parrilleros tienen una teoría unificada
respecto a si hay que pinchar o no los chorizos para que
suelten el agua (en eso se parecen a los de la física dura,
que aún no aciertan con una teoría unificadora de la fuerza
de la gravedad con la fuerza electromagnética, y la
nuclear débil y fuerte).-
    Hay algunos que dicen que hay que poner el asado
al fuego fuerte y arrebatarlo, otros son partidarios del
fuego suave y prolongado. Mi hijo, que volvió hace pocos
días de España, me dice que allá la carne vale 15 dólares
el quilo y que los españoles ponen a la mesa el caracú
adornado con muchos aderezos para que no se conozca
que es carne de cuarta.
    Si vieran el asado que tengo proyectado prepararte,
Uribe. Pese a que vivo en el centro tengo un muy buen
parrillero. Que no sepan los españoles que nosotros
disfrutamos de comer chinchulín (tripa de vaca) porque
me van a devolver mi reproche de que ellos comen
caracú (la parte flaca de la pata de las vacas, que allá
le llaman buey). Si vienes a mi mesa habrá también criadillas
(testículos de toro) ubre, riñón, tripa gorda trenzada
(qué exquisitez). Pero yo no soy muy partidario del
chimichurri (qué será eso, se preguntarán los gallegos,
dejémoslos con la duda)
    A los españoles les debe extrañar tu apellido que es
bien latinoamericano. No sé si tu apellido se frecuenta en
España, pero todos los Uribe que conozco son de las
Américas, divididos entre caudillos militares y poetas.
¿Eres algo de Basilio Uribe?
    Como se me borraron los mails anteriores no recuerdo
si habías dicho que eres del barrio de Pichincha. No se
imaginan los que no conocen Rosario la historia de ese
barrio. Ahora es un barrio pequeño burgués y decente,
con un resucitado ambiente farandulero desde hace
pocos años, desde que se instalaron restaurantes de
moda y otros boliches. Pero, ¡qué pasado!
En el barrio de Pichincha estuvieron instalados los
burdeles más famosos de la Argentina. Venían desde
Buenos Aires (300 kms) los trenes cargados de
clientes. Había algunos burdeles muy sofisticados,
como el de Madame Safó, de estilo art decó para
rimar con el nombre.
    Me parece que Basilio Uribe participó en esa
gran boutade que fue la creación de una prostituta
poetisa. Fue así: A los poetas porteños de los grupos
de Florida y Boedo (entre los que estaba Borges y
todos los grandes de ese tiempo) les llegó las poesías
ingenuas de una mujer que decía estar pupila en uno
de los burdeles rosarinos. Sus poesías no tenían
para nada ninguna referencia prostibularia, lo que
las hacía más creíbles aún. Resultó ser una broma
muy divertida cuando se descubrió, porque entre
los poetas hasta había surgido la iniciativa de hacer
una colecta para rescatar a la mujer.
    La historia tenía visos de verosimilitud porque
los grupos que explotaban la prostitución solían
traer francesas (las más caras), polacas, etc. a las
que hacían venir a la Argentina con la promesa de
casarlas con un estanciero. Una vez aquí no tenían
modo de escapar. Uno de los grupos era la Zwi Migdal,
formada por judíos. Extrañamente no eran médicos
o profesionales universitarios como son casi todos
ahora sino que eran cafishios, macrós, o no sé qué
nombre tienen en español. Un nieto de estos
explotadores es actualmente amigo mío, un destacado
profesor universitario.
    En la Argentina se le llama "taquería" a las comisarías
de la policía, porque en el lugar les aserraban los altos
tacos que usaban en los zapatos por entonces los
explotadores de mujeres. Todo eso terminó cuando
fueron clausurados los burdeles con la ley de
profilaxis del año 30. Y los burdeles se convirtieron
en hoteles por hora para parejas.
    En ese barrio surgieron algunos de los más grandes
cómicos del burlesque argentino, como Pepitito
Marrone. Y algo debe haber andado por allí también
el gran Alberto Olmedo.-
    ¡Mirá, Uribe, en lo que terminó el asunto de los
chorizos pinchados!
        Héctor Walter Navarro
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y mi domicilio es calle Moreno 1045