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RE: [escepticos] judios y arabes (Era: El Nobel de la Paz)



Estimado angel.
Te agradezco el detalle pormenorizado de la historia de Palestina - Israel
porque, aparte de importante nos sirve de referencia para ver que el problema de
oriente medio tiene mucho tomate y que la solucion al mismo esta muy jodida.

un abrazo


----- Mensaje original -----
De: Angel Riego Cue <angelriego en hotmail.com>
Para: <escepticos en ccdis.dis.ulpgc.es>
Enviado: miércoles, 20 de octubre de 1999 0:48
Asunto: [escepticos] judios y arabes (Era: El Nobel de la Paz)



En un reciente mensaje de Javier Esteban sobre el tema de los Nobel de la
Paz, he leído algunos conceptos que recuerdan a ciertos tópicos del
antisemitismo. Como para mí Javier ni es nada sospechoso de ser antisemita,
los atribuyo a simple desinformación, la cual me dispongo a remediar.

Para ello, hagamos un poco de Historia:



Los judíos nunca se habían marchado del todo de Palestina tras las guerras
contra Roma de los siglos I-II. En 1800, Palestina, bajo dominio turco, era
un erial habitado por 300.000 personas, de ellas 5.000 judíos. A lo largo
del siglo XIX la conciencia nacional judía iba tomando forma, y comenzaban
las emigraciones a una tierra en la que había que empezar desde cero. Las
matanzas masivas de judíos en Rusia ocasionaron grandes emigraciones,
llamadas "Aliyah" (=Ascenso). El primer Aliyah, en 1882, motivó un éxodo de
judíos hacia Europa y América, y de ellos unos 25.000 a Palestina, con el
apoyo económico de la familia Rotschild. El segundo Aliyah, en 1902, trajo
otros 40.000.

Para entonces ya se había fundado oficialmente el Movimiento sionista. Fue
fundado por Theodor Herzl tras asistir en 1895 como periodista al desarrollo
del "caso Dreyfus" en Francia, ese proceso vergonzoso en el que el ejército
francés había descubierto que había un traidor en el Estado Mayor, y como no
sabían quién era, ¡hala! se amañaban pruebas contra el único militar que era
judío. Esto dio origen a una virulenta campaña antisemita en la prensa, con
participación de la Iglesia, etc. Herzl se preguntó: Si esto pasa en
Francia, que es el país más avanzado del mundo en cuanto a libertades, que
hizo su Revolución Francesa hace ya 100 años... ¿cómo esperar que algún día
la convivencia pacífica sea posible, por ejemplo, en la Rusia zarista, donde
no era raro ver matanzas de 30.000 judíos como si nada? La única solución es
que los judíos tuvieran Estado propio, pues en cualquier otro estado serían
extranjeros siempre, y extranjeros apestados.

El tal movimiento sionista pretendía, por tanto, un estado judío. ¿Dónde? Se
hablaba de buscar un área deshabitada y establecerse allí, etc. Se habló de
Uganda, por ejemplo. Pero el inconveniente era que, en caso de guerra con
algún vecino, ¿quién estaría dispuesto a pelear por aquella tierra, si no la
consideraban suya? La única tierra por la que lucharían sería la de
Palestina, la única a la que se podían considerar unidos sentimentalmente.


El primer gran triunfo de los sionistas tuvo lugar en 1917, cuando las
tropas británicas entraron en Palestina, dependiente hasta entonces del
Imperio Otomano. Al pasar a formar parte del Imperio Británico, una potencia
que simpatizaba con los judíos, el gobierno británico emitió la "Declaración
Balfour", permitiendo a los judíos establecer en Palestina su Hogar
Nacional, reuniendo a los judíos de todo el mundo que no fueran aceptados en
sus países y quisieran emigrar. Se hacía la mención expresa de no perjudicar
con ello a la población árabe. Esto no era tener un estado independiente,
vivirían bajo dominio británico. En el momento de emitirse la declaración,
vivían menos de 60.000 judíos en Palestina. Al comenzar la Segunda Guerra
Mundial, eran ya casi 500.000. Tenían sus propias instituciones, granjas
tipo "kibbutz", sindicatos, hasta fuerzas de defensa propias (la Haganah).

Desde el comienzo del mandato británico hubo problemas con la intolerancia
árabe, materializada en disturbios y matanzas promovidas desde 1921 por el
patriarca islámico conocido como el Mufti. Este individuo diría después de
la guerra que deseaba completar la obra que dejó inacabada Adolf Hitler, a
quien admiraba y con quien se llegó a entrevistar. La Declaración Balfour
había sido aceptada pacíficamente por los árabes, y en 1920 aún hubo una
reunión pacífica entre delegaciones árabes y judías en la Conferencia de San
Remo. A partir del año siguiente, cundo entró en escena el Mufti, fueron los
árabes (los más extremistas, pero que arrastraban por la fuerza al resto)
los que cerraron la vía de la negociación y comenzaron la violencia.


Entre la que armó el Mufti y el deseo de controlar el petróleo de los países
árabes recién llegados a la independencia, los británicos fueron cerrándose
a las peticiones de los judíos. En 1939, cuando más falta hacía que se
permitiera la inmigración, limitaron el número de inmigrantes judíos a
75.000 en los siguientes 5 años; si no lo hubieran hecho, hubieran salvado
la vida a bastantes.

Junto a esa medida, los británicos anunciaron el abandono, en unos años, del
mandato sobre Palestina y el traspaso de competencias a un Estado árabe
independiente. Viendo qué tipo de líderes tenían los árabes, y lo que les
esperaba, los judíos más extremistas del Irgún comenzaron una campaña
terrorista contra la presencia británica. Al terminar la guerra se les unió
el resto de los judíos (una brigada de la Haganah había luchado en la guerra
mundial en las filas británicas).

Durante el Holocausto hubo ocasión de comprobar amargamente que si los
judíos no tenían estado propio, nadie los iba a defender. Incluso países
teóricamente amigos de los judíos como USA, en los primeros tiempos del
nazismo cerraron sus puertas a los emigrantes que querían salir de Alemania,
pero no tenían a dónde ir, ningún país los recibía. Si hubiera existido
entonces un Estado judío, los hubiera alojado a todos aunque hubiera sido en
tiendas de campaña. El Hogar Nacional, bajo mandato británico, también les
restringía la entrada.

El terrorismo antibritánico en Palestina llegó a su culminación cuando en
junio de 1946 fue volado el Hotel Rey David de Jerusalén, sede del mando
británico, con un saldo de 91 muertos. En febrero de 1947 los ingleses
anunciaron que se retiraban de Palestina y que sobre el futuro de la misma,
trasladaban a la ONU la papeleta. Y, como es sabido, en noviembre de 1947 la
ONU votó la división de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe.

Los actos de violencia seguían, por ambas partes. Uno de ellos fue
especialmente resaltado por los medios de comunicación: Como represalia por
ataques similares de árabes contra pueblos judíos, el Irgún de Menahem Begin
y la Banda Stern, dirigida tras la muerte de este por Ithzak Shamir,
arrasaron en abril de 1948 la población árabe de Deir Yassin, con el
resultado de 250 muertos. Por ello, tal vez oyendo la noticia muy exagerada,
o temiendo ataques similares ante la inminencia de la guerra, la mayoría de
la población árabe huyó de la parte judía de Palestina: de los 810.000
habitantes árabes de la zona judía, quedaron unos 160.000. (Esto favorecía a
los judíos, pues la presencia árabe en su terreno era incómoda ante la
guerra que se avecinaba, y que estalló en mayo de 1948).

Por otra parte, también 500.000 judíos fueron expulsados de los países
árabes en ese año (sólo en Irak vivían unos 125.000), aunque de esto se
habla mucho menos; algunas comunidades también llevaban viviendo en esos
países más de 2.000 años. La mayoría, lógicamente, se fueron a Israel.

Todo esto sólo demuestra que no hay causas inmaculadas, en cualquier causa
política, por justa que sea, se han cometido crímenes en su nombre.


En fin, que en 1948 Israel aceptó la partición, los árabes no, y atacaron,
siendo derrotados. Israel amplió algo su parte, pero no entró en
Cisjordania, donde había territorio de sobra para crear un estado palestino,
y que se engulló Jordania. Esta injusticia contra el pueblo palestino nunca
la veo contada, tal vez porque como no la cometieron judíos, pues no es
noticia.

En 1967, durante una nueva guerra, Israel conquistó la Cisjordania, y la
retuvo como Territorios Ocupados, alegando razones de seguridad.

Aquí entra en juego el fundamentalismo religioso. ¿Se debe devolver
Cisjordania para crear un Estado palestino? Los integristas dicen que no,
pues forma parte de la Tierra Prometida por Yahvé, etc. La excusa para
retenerla era como defensa frente a futuros ataques contra Israel. Una vez
hecha la paz con Egipto y Jordania, sus vecinos más inmediatos, no hay
excusa que valga. De ahí el Plan de Paz para Oriente Medio, o "cambio de
territorios por paz". Pese a la oposición de los fundamentalistas (asesinato
de Rabin incluido), este plan saldrá adelante porque así lo ha decidido USA,
y ya se sabe que quien manda, manda.

El Estado de Israel cumple los fines para los que fue creado (proteger a los
judíos, evitar más Holocaustos) tanto con Cisjordania como sin ella, luego
Cisjordania (y la franja de Gaza, para la que se puede repetir todo lo dicho
sobre Cisjordania) no es imprescindible, digan lo que digan los
fundamentalistas, entre los cuales no está el actual gobierno de Israel.

Por todo ello considero más que justificado el Nobel de la Paz a Rabin y
Arafat. En cuanto a lo de "olvidar", pienso que el olvido nunca es bueno,
que hay que saber perdonar y "pasar página", pero que el recuerdo de a
cuánto es capaz de llegar la naturaleza humana, está bien tenerlo presente,
para evitar que estas cosas vuelvan a repetirse.


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