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[escepticos] RE: Naturaleza de la credulidad (largo...)



Nunca digas nunca jamás. En fin, que estoy de vuelta con un "mono"
impresionante de discusiones inteligentes. Las Autoridades Escépticas avisan
que el uso de esta lista puede crear dependencia ;-)) Bueno, al grano.

Francisco Mercader preguntó por las causas de la credulidad.

[J.L.] Me centraré, por aquello de empezar por alguna parte, en las causas
de por qué la gente cree en lo paranormal. Se han hecho varias encuestas
sobre esta cuestión. Aunque los porcentajes varían de unas a otras, existe
una cierta tendencia. Aproximadamente la mitad de los encuestados creen en
los fenómenos paranormales. Más interesante aún es la razón que dan: creen
porque han tenido una experiencia de este tipo. Esto nos plantea tres
posibles soluciones:
a) Lo paranormal existe (y si es así, hay que reescribir toda la ciencia tal
y como hoy la conocemos) Dado que nadie ha sido capaz de  formular una
teoría coherente que explique estos fenómenos ni de presentar pruebas
concluyentes al respecto, podemos prescindir de esta explicación.
b) Los encuestados mienten. ¿Por qué iban a hacerlo? Prescindiendo de
algunos magufos interesados económicamente en el tema y de algunas personas
que busquen notoriedad realizando afirmaciones de este tipo, no aparece una
razón clara para una mentira generalizada. Podemos obviar también esta
explicación.
c) Los encuestados están malinterpretando los hechos. Convierten en
extraordinario lo que no es tal. ¿Es eso posible? Yo creo que sí por dos
razones.
1- Nuestros sentidos son falibles. Podemos ver cosas que no existen y somos
muy malos, por lo general, calculando distancias, velocidad y tamaño de un
objeto cuya forma exacta no conocemos. La casuística Ovni se ha nutrido en
gran medida de fallos de este tipo. (Por ejemplo, el célebre caso Manises
acaba de ser aclarado. Los dos Ovnis eran llamaradas ;-)) )
2- La plasticidad de nuestros cerebros es tan elevada que podemos buscar
relaciones entre dos sucesos aparentemente no comunicados (y que, en efecto,
pueden no estarlo). Digamos que éste es el precio que tenemos que pagar por
nuestra elevada capacidad de aprendizaje. Por ejemplo, estás examinando a un
joven del carnet de conducir y sabe que les vas a mandar aparcar. Comienza a
rezar a todos los santos habidos y de por haber para que encuentre un sitio
lo bastante grande como para meter un tanque. Le dices: "Aparque Vd. en esta
calle" y hete aquí que existe un hueco de esas características. ¿Cuál es la
reacción del joven? O bien da gracias por su buena suerte o bien piensa que
sus ruegos han sido escuchados.  ¿De qué depende que escoja una o otra
opción? De múltiples factores, entre ellos de que comprenda los fundamentos
del azar y del cálculo de probabilidades (algo en lo que, normalmente, todos
somos muy malos). El problema es que si se convence de lo segundo, será muy
difícil que cambie de opinión. Aquí tropezamos con la tendencia de la gente
a tener una gran confianza en sus propios juicios aunque le presentes
evidencias en contra (a nadie le gusta que le demuestren que está
equivocado). Ya hemos tratado en algunas ocasiones de casos en los que se
demuestra que el magufo X es un estafador y la gente se vuelve no contra el
magufo sino contra la persona que le desenmascara (por ejemplo, el trapo de
Turín)
Si esto explica el surgimiento de las creencias, ¿qué explica el que se
mantengan? El profesor Lett (Skeptical Inquirer, 1.992) da cuatro razones
para ello centradas en los E.E.U.U. aunque creo que son extrapolables a
cualquier país:
a) Incertidumbre popular. Ante una crisis (entendiendo por tal cualquier
situación que no podamos controlar) existe la tendencia a recurrir a las
soluciones mágicas. Esto se da en todas las civilizaciones y en cualquier
época. El ejemplo clásico es el de los pescadores de las islas Trobiand que
emplean rituales de protección cuando salen a pescar en el mar (con los
peligros que ello acarrea); pero no cuando pescan en las lagunas interiores.
El hecho de que este último auge en creencias irracionales se haya producido
durante la Guerra Fría (o en el post-innombrabilismo en España)  no me
parece una casualidad sino una causalidad.
b) La fe ciega en los medios de comunicación. Por lo anterior, está claro
que lo paranormal vende. Conscientes de ello, los periódicos, radios y
televisiones de todo el "mundo mundial" están repletos de historias (el que
sean ciertas o no, no importa) sobre todos estos temas. Las personas que no
tengan una opinión formada sobre ello, tenderán a creer porque "si lo
publica el X que es un periódico serio, será porque es cierto" Lógicamente
(y desgraciadamente) muchos periodistas son de "letras" en el mal sentido de
este término. No tienen una mínima base científica que les permita descubrir
los errores que se deslizan en muchas informaciones.
c) El pésimo sistema educativo. ¿Cuántos estudiantes de "letras" (en España,
la inmensa mayoría) saben en qué consiste el método científico? En España,
este problema se agudiza por la falta de buenos divulgadores científicos
(generalización injusta. Haberlos, haylos; pero muy pocos) Frente a esto, la
mayoría de la gente presenta una curiosa dualidad. Por un lado, temen a los
avances científicos (nuevamente el fantasma de la Guerra Fría) pero por otro
tienden a aceptar acríticamente cualquier cosa que suene a ciencia. ¿Alguien
cree que es coincidencia el que los nombres que los magufos dan a sus
especialidades suelan acabar en          -logía? ¿Por qué si no los magufos
tienden a utilizar una jerga pretendidamente científica con los resultados
que ya conocemos?
d) El bagaje cultural acumulado. Reconozcámoslo, somos los herederos de una
cultura acientífica (no puede ser de otra manera. La formulación moderna del
método científico es de anteayer como aquel que dice). Todos somos educados
en unas creencias irracionales como las religiosas de las que resulta muy
difícil desprenderse. ¿Cuántas veces hemos oído aquello de "Fulanito no es
de fiar. Es ateo"? Y sin embargo, para la mayoría de la gente, ese conjunto
de creencias irracionales es la realidad. Cuando atacas una de ellas, en
realidad estás atacando (o así lo percibe la gente) al poder establecido con
las dificultades que ello comporta.

Bueno, ya está bien de rollo. Un saludo

José Luis Calvo Buey
ix1163 en xpress.es