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[escepticos] Caza de brujas



http://www.elpais.es/p/d/19991113/internac/raoul.htm

Raoul escapa de los grilletes 

Un juez libera al niño suizo detenido en EE UU durante siete
semanas por 'tocar' a su hermana de cinco años 

JAVIER DEL PINO , Washington 
Después de siete semanas detenido en
un centro de menores, del que sólo salía
para acudir al tribunal con esposas en las
manos y grilletes en los pies, un juez de
EEUU ha dejado en libertad a un niño
suizo de 10 años acusado de supuesto
incesto. El caso desató la ira de las
autoridades suizas por la severidad
judicial desproporcionada con la que el
sistema estadounidense ha tratado al
pequeño. El menor regresó a Suiza
inmediatamente para reunirse con sus
hermanos y sus padres, que ahora
estudian posibles acciones legales contra
las autoridades de Golden (Colorado).

El caso del niño suizo, Raoul, ha puesto
en evidencia las contradicciones y la
exagerada contundencia que en
ocasiones muestra el sistema judicial en
EEUU. El suceso cambió la vida de
manera repentina a un matrimonio formado por un suizo y una
estadounidense, que residían de forma temporal en la ciudad de Golden junto
con sus cuatro hijos.

Un día del pasado mes de mayo recibieron en su domicilio la visita de la
vecina que vivía junto a ellos. La mujer, abiertamente indignada, aseguró a 
los padres que desde su casa había visto cómo uno de los hijos de la familia
suizo-americana había "tocado" a su hermana de cinco años. Los padres
restaron cualquier trascendencia al asunto y explicaron que lo que ella vio
sería, posiblemente, un juego infantil malinterpretado. Aun así, los padres
hablaron con Raoul y éste les explicó que tan sólo había ayudado a su
hermana a desabrocharse los pantalones porque no lograba quitárselos para
poder ir al baño.

No imaginaban entonces que tres meses después, cuando toda la familia
estaba durmiendo por la noche, varios policías entrarían en su casa
acompañados por un fiscal, abrirían el dormitorio en el que dormía Raoul y
sacarían al niño esposado de pies y manos. Unos minutos después, Raoul
ingresaba en el calabozo de una comisaría de policía.

La vecina había alertado a los agentes de lo que para ella era una atrocidad
que debía ser castigada; en función de su testimonio, la fiscalía actuó 
contra Raoul por supuestos delitos de incesto y abuso sexual.

El niño pasó del calabozo a un centro de detención de menores. A los pocos
días fue llevado ante el juez para una vista preliminar. Raoul llevaba esposas
en las manos y grilletes en los pies. Se declaró inocente y explicó que tan 
sólo había ayudado a su hermana a quitarse los pantalones para que pudiera
orinar. Durante aquella sesión, el fiscal y el abogado intercambiaron sus
argumentos mientras Raoul hacía dibujos con una caja de pinturas.

El fiscal convenció al juez de la supuesta gravedad de los hechos y se dictó 
su ingreso provisional en un centro de menores, a la espera de una nueva 
vista en la que podía ser condenado a pasar hasta dos años en ese lugar.

El abogado de la familia intuyó entonces que la fiscalía estudiaba retirar a 
los padres la custodia de sus otros tres hijos; alertados ante esa 
posibilidad, decidieron coger el primer avión que encontraron para regresar 
a Suiza y seguir desde allí el proceso contra su hijo detenido.

El caso de Raoul ya había despertado en ese momento la ira de las
autoridades suizas, que ni siquiera lograban el permiso del juez para
personarse en el caso a través de la representación consular.

Después de siete semanas detenido, Raoul quedó finalmente en libertad el
jueves, cuando el juez decidió desestimar el caso. Sin embargo, el magistrado
no reconoció en ningún momento la desproporción de las actuaciones, sino
que optó por anular el proceso en función de un error procedimental: la
violación de su derecho a un juicio rápido. Con Raoul ya en libertad, el 
fiscal remarcó que el juez "ha reconocido que teníamos una razón legítima 
para intervenir y proteger a la víctima y a la comunidad de los presuntos 
actos cometidos por este menor".

Raoul pasó su primera noche en libertad en casa del cónsul de Suiza en
Boulder (Colorado), a quien pidió para comer una típica fondue de queso de su
país. Ayer voló finalmente a Zúrich para reunirse con sus padres y sus
hermanos; su llegada generó incluso ediciones especiales en varios
periódicos suizos.