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[escepticos] naturaleza del humor




[Mercader había dicho...]
Me da en la nariz que el humor, como el arte y otras funciones  que
tanto nos hacen disfrutar, no tienen ninguna utilidad biológica ni
evolutiva; son "lujos" de nuestra existencia quizás producidos por un
exceso de potencialidades de nuestra organización neuronal.

[Ernesto]
Tengo curiosidad. ¿Por qué para algunas cosas de la "naturaleza humana"
eres
un firme convencido de la explicación adaptacionista y para otras
tienes
estas salidas exaptacionistas típicamente gouldianas (y perdón por la
jerga)?

[Mercader]
Me choca que esta vez sientas curiosidad por mis paridas, teniendo en
cuenta que no sueles darles demasiado crédito (mejor dicho, ninguno).
La verdad es que no soy consciente de la contradicción que señalas.  En
mi lógica cabe pensar que la selección natural filtra o favorece  sólo
aquello que es determinante para la conservación o la eliminación  de
los organismos y deja pasar sin someter a ningún filtro a aquellas
características que son indiferentes.
Los nuevos de la corrala no conocen aquella larguísima discusión  de
hace un par de años, sobre las rayas de las cebras. Había apasionados
partidarios de la teoría  de la finalidad de dichas rayas,  dispuestas
(cómo no)  para distraer a sus depredadores durante el ataque. Yo
defendía -y defiendo- que eso es una monumental tontería, por más que
sea mantenida por sesudos biólogos  y que por cada herbívoro con rayas
se puede ver al menos  a otro que no las tiene y que, de la misma
forma, hay depredadores con rayas muy visibles y otros que no las
presentan. De lo cual parecía deducirse que las adaptaciones útiles
están mezcladas con características caprichosamente aleatorias. Por
ejemplo: Las morsas presentan una utilísima capa de grasa, sin duda
adquirida a través de la selección, que les sirve de maravilla para
resistir el frío. Sin embargo, también arrastran unos enormes colmillos
dispuestos de la forma más inútil que no hacen más que estorbar. No les
sirven para defenderse ni para pelear entre sí.  Se parecen, en su
inutilidad, a la cuerna de los alces que puede pesar cuarenta kilos y
que pone a prueba a sus vértebras cervicales. Claro que enseguida
saldréis alguno a proclamar que semejante aditamento sirve para
presumir y conquistar a las hembras. Pero antes de que lo digáis,
recordaré que hay montones de bichos parecidos que no necesitan
cornamenta  y ligan que se las pelan.  Con lo cual parece afianzarse mi
teoría de que muchísimas de las características de los animales no son
producto de la selección natural sino que están ahí por esos azares de
las mutaciones caprichosas o por que sí y el bicho correspondiente se
tiene que aguantar a la  fuerza (ejemplo; las impresionantes pero
inútiles mandíbulas del ciervo volante: ese coleóptero que, como mal
menor y ya que las tiene, acaba utilizándolas  para empujar
ingenuamente a sus adversarios y tirarlos al suelo. (lo cual no sirve
para nada porque no impide que el expulsado vuelva a subirse a la misma
rama).

[Ernesto]
Además, me parece que son los rasgos que en general calificamos como
"negativos" los que para ti tienen una clara función biológica,
mientras que
a los "positivos" (el humor en este caso) se la niegas.
¿Cuál es el criterio? ¿Por qué unos sí y otros no?

[Mercader]
Has hecho una clasificación demasiado apresurada. Para mí está muy
claro que tanto los rasgos "negativos" (agresividad, xenofobia,
violencia, instinto de rapiña...) como los "positivos" (solidaridad,
instinto maternal, cooperación),  tienen relación con aspectos tan
vitales como la supervivencia: sirven para cazar, alimentarse o
defender el territorio.
Ni el humor ni el arte  están, para mí, incluídos entre los rasgos
positivos (y eso que intento ejercerlos tanto como puedo) porque no
tienen ninguna relevancia para la supervivencia de la especie ni de los
individuos (las cucarachas no conocen a Mozart y mira lo bien que les
va)  sino entre esas funciones "extra" con las que nos encontramos por
ese exceso de funcionalidad neuronal al que me refería y que otros
utilizan para idear dioses y chorradas varias.
Digo yo que, ya que  tenemos sobra de neuronas y poco control sobre
ellas, disfrutemos como cosacos de las sorpresas que nos depare nuestro
curioso cerebro (bueno; el que tenga).
Saludos.