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[escepticos] Baja mortalidad infantil en Cuba



Todavía asombrado por esto que encontré en la red, paso raudo a enviarlo a la
corrala.

Mi asombro no es sólo por el resultado obtenido en lo que se refiere a la mortalidad
infantil en Cuba, sino sobre todo por encontrarme con que dicho resultado se
atribuye al trabajo de "médicos de familia, ginecobstetras, neonatólogos, pediatras,
intensivistas, personal de enfermería" en lugar de a los auténticamente
responsables, a saber astrólogos, quirománticos, santeros, homeópatas, nigromantes,
acupuntores, curanderos, telépatas y brujos de diversas especialidades.

Asimismo me he quedado de piedra al ver que se habla de que, en lugar de hacer el
diagnóstico por pulsos chinos e iridología, se pierde tiempo y dinero practicando
pruebas de "hemoglobina, grupo sanguíneo, factor Rh, glicemia", "para el diagnóstico
de SIDA y otras enfermedades de trasmisión sexual, hepatitis B, así como descartar
si son portadoras o no de sicklemia", "pruebas de alfafetoproteína y ultrasonido
para el diagnóstico de anomalías congénitas, la inmunización o reactivación del
toxoide tetánico", "en el momento del parto se les toma a los niños una muestra de
sangre del cordón umbilical para determinar la posible existencia de una alteración
de la glándula tiroides (el hipotiroidismo que conduce al cretinismo) o si padece de
hepatitis B", y "también se toman muestras de sangre para la determinación de la
existencia de fenilcetonuria, error metabólico hereditario que a menudo se asocia
con deficiencia mental".

Pero lo grave es que, en lugar de envolver a los bebés en estampas, escapularios y
rescritos, y poner en práctica oraciones y sahumerios varios, se empeñan en aplicar
inútiles prevenciones ilustradas de manera que "durante el primer año de vida, los
niños son inmunizados contra nueve enfermedades: tuberculosis, hepatitis B,
infecciones meningocóccicas B y C, haemophilus influenzae, antipolio, y la difteria,
tétanos y tos ferina. Al cumplir 18 meses completa el programa de vacunación contra
13 enfermedades (sarampión, rubéola, parotiditis y fiebre tifoidea para situaciones
de riesgo".

En fin, ahí les dejo con el texto que tanto asombro me ha producido.

Saludos

JM

PS: Claro que, a lo mejor, es que hay diferentes programas sanitarios, y para
conocer la situación conviene verlos todos y no sólo uno... vaya usté a saber.


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6.4 de mortalidad infantil en Cuba.

Un hito histórico para la salud pública, que nos sitúa entre los países con
mortalidad infantil más baja del planeta, fue otro de los alentadores saldos dejados
por 1999, al registrarse una tasa de ¡6,4! por mil nacidos vivos, la más baja
alcanzada en toda la historia de Cuba.

Este indicador básico de salud, sustentado en rigurosas estadísticas, nos coloca
entre los países con menos probabilidad de muerte de un niño desde el nacimiento
hasta el primer año de vida, lo que constituye un signo inequívoco de la voluntad
política de un país en Revolución enfrentado durante casi cuatro décadas a un feroz
y criminal bloqueo.

La disminución en la tasa de mortalidad infantil (7,1 en 1998), con 150 675
nacimientos, se traduce no en una fría cifra matemática ni en destacados titulares
de los medios de comunicación, sino sobre todo en la felicidad de miles familias que
literalmente disfrutan hoy de sus hijos por la meritoria y abnegada labor de médicos
de familia, ginecobstetras, neonatólogos, pediatras, intensivistas, personal de
enfermería, y en general de los trabajadores de la salud y la sociedad en su
conjunto.

El número total de fallecimientos de menores de un año en 1999 fue de 966, contra 1
070 en 1998. ¡Ciento cuatro niños más salvados para el gran tesoro que es la vida!
Sólo en 1962 por afecciones diarreicas perecieron 3 000 menores de un año, como
consecuencia de las deplorables condiciones sociales y sanitarias heredadas por la
Revolución.

Una provincia, Villa Clara, registra por primera vez en el país una tasa por debajo
de 5, y con menos de 6 se encuentran Sancti Spíritus, Matanzas y Granma.

Según destacaron ayer los doctores Luis Córdova Vargas, viceministro de Asistencia
Médica del MINSAP y Miriam Aliño, jefa del Programa Materno-Infantil, la provincia
Granma muestra "un excelente resultado" en el trabajo integral del Programa
Materno-Infantil.

En el "Estado Mundial de la Infancia 2000", que acaba de publicar UNICEF, se
consigna en su resumen regional (página 87) que los países industrializados en su
conjunto tienen una mortalidad infantil de 6 por mil nacidos vivos, los que se
encuentran en desarrollo 64, los países menos adelantados 107 y el mundo 59. La tasa
de América Latina y el Caribe es de 32.

La de los Estados Unidos, según esa publicación, es de 7, pero un informe dado a
conocer por agencias internacionales de prensa (de la AP trasmitido por la CNN
digital) indica que "el porcentaje de mortalidad entre los bebés negros es
inquietante. El año pasado la tasa de muerte entre los bebés negros fue de 14,1..."

Desde Oriente hasta occidente, todas las provincias de nuestro país exhiben tasas
por debajo de 8.

                                                     LOS DIFICILES CAMINOS DEL EXITO

Es casi un lugar común decir --¿qué cubano no lo sabe?-- que la madre y el niño
reciben una priorizada atención en nuestro medio. El objetivo principal de la
atención prenatal es lograr que ninguna mujer muera en su período gestacional y
lograr un recién nacido vivo, de buen peso, y sin un daño que impida su desarrollo
máximo en el transcurso de la vida.

Para el logro de una maternidad feliz la salud pública dispone de las consultas de
riesgo preconcepcional, a fin de ofrecer orientación oportuna (incluidos los
consejos genéticos) ante la presencia de enfermedades que puedan repercutir de forma
desfavorable si se produce en un momento inadecuado del proceso de una enfermedad.

La atención prenatal comienza con la "captación" precoz de la mujer, lo que se logra
en un 95% de las gestantes antes de que cumplan las 14 semanas, en lo que desempeña
un papel decisivo el médico y enfermera de la familia, apoyadas por las
organizaciones políticas y de masas, con una destacada participación de la
Federación de Mujeres Cubanas.

En la primera consulta se le practican no pocos pesquisajes de laboratorio
(hemoglobina, grupo sanguíneo, factor Rh, glicemia) y para el diagnóstico de SIDA y
otras enfermedades de trasmisión sexual, hepatitis B, así como descartar si son
portadoras o no de sicklemia, entre otros.

En general, las gestantes con embarazos de desarrollo normal tienen programadas ocho
consultas prenatales en 40 semanas, y si el parto se les extiende hasta las 42,
reciben 10 controles como mínimo. En cada una de estas consultas se establecen un
número de acciones médicas encaminadas a garantizar la evolución normal del
embarazo.

Se les realizan pruebas de alfafetoproteína y ultrasonido para el diagnóstico de
anomalías congénitas, la inmunización o reactivación del toxoide tetánico, y, en ese
esmerado cuidado, en el momento del parto se les toma a los niños una muestra de
sangre del cordón umbilical para determinar la posible existencia de una alteración
de la glándula tiroides (el hipotiroidismo que conduce al cretinismo) o si padece de
hepatitis B.

También se toman muestras de sangre para la determinación de la existencia de
fenilcetonuria, error metabólico hereditario que a menudo se asocia con deficiencia
mental.

Desde el nacimiento, y durante el primer año de vida, los niños son inmunizados
contra nueve enfermedades: tuberculosis, hepatitis B, infecciones meningocóccicas B
y C, haemophilus influenzae, antipolio, y la difteria, tétanos y tos ferina. Al
cumplir 18 meses completa el programa de vacunación contra 13 enfermedades
(sarampión, rubéola, parotiditis y fiebre tifoidea para situaciones de riesgo).

Los desarrollos de los institutos de investigación del polo científico cubano (con
avanzados equipos, y la producción de reactivos y vacunas) posibilita esta
ciertamente envidiable protección a nuestra infancia.

A partir de las estrategias en torno al Hospital Amigo de la Madre y el Niño, e
incluso los consultorios Amigos de la Niña, del Niño y de la Madre, más del 95 por
ciento de las mujeres egresan de las maternidades lactando a sus hijos, y el pasado
año un 80% ofreció lactancia exclusiva hasta los 4 meses, práctica considerada por
los expertos como la primera y una de las más importantes vacunas que reciben los
niños contra no pocas enfermedades.

Los Hogares Maternos, ubicados en todas las provincias del país, desempeñan un
importante papel también en la disminución de las tasas de mortalidad infantil.
Creados al triunfo de la Revolución para acercar a las maternidades a las gestantes
que habitaban en sitios apartados, y donde ahora se ingresan a las mujeres con
riesgos nutricionales para la prevención del nacimiento de niños con bajo peso al
nacer. Estas instituciones reciben un sistemático apoyo de la Asociación Nacional de
Agricultores Pequeños en el suministro de alimentos.

                                                     OTRAS NOTAS DE INTERES

Mil novecientos noventa y nueve cerró también con la más baja tasa de mortalidad del
menor de 5 años, 8,3 por mil nacidos vivos, cuando se le compara con la alcanzada en
1998 que ascendió a 9,2.

También descendieron la mortalidad prescolar (niños de uno a cuatro años), que se
redujo de 5,2, a 4,7 por 10 000 habitantes y la mortalidad escolar (de 5 a 14 años)
a 3 por 100 000 habitantes.

La mortalidad materna se mantuvo por debajo de 3, como ha sucedido en los últimos
cuatro años.

La principal causa de muerte en los niños de 1 a 14 años en nuestro país son los
accidentes.

                                                     SIN CONCLUSIONES

Con la ética proverbial hemos expuesto de manera resumida acciones y cifras de este
noble quehacer de la salud pública que nos coloca en un escalón más alto. Solo 20
países en el mundo presentan una mortalidad más baja que Cuba. Y en estos tiempos de
globalización, en que son millones los lectores de otros países que leen nuestra
edición digital, debemos recordar que el acceso a los servicios de salud en Cuba
están al alcance de todos los ciudadanos. Es universal y gratuito y sin
discriminaciones: iguales beneficios para blancos, mulatos y negros, niños, mujeres
y hombres, religiosos y ateos.

Nos quedaría solo consignar, como acostumbra decir un conocido presentador en la
televisión: saque usted ahora, estimado lector, sus propias conclusiones.

                                                     Autor: José A. de la Osa

                                                     Mortalidad infantil en Cuba en
los últimos 30 años.

                                                     1970
                                                            38,7
                                                     1971
                                                            36,1
                                                     1972
                                                            28,7
                                                     1973
                                                            29,6
                                                     1974
                                                            29,3
                                                     1975
                                                            27,5
                                                     1976
                                                            23,3
                                                     1977
                                                            24,9
                                                     1978
                                                            22,4
                                                     1979
                                                            19,4
                                                     1980
                                                            19,6
                                                     1981
                                                            18,5
                                                     1982
                                                            17,3
                                                     1983
                                                            16,8
                                                     1984
                                                            15,0


1985

16,5

1986

13,6

1987

13,3

1988

11,9

1989

11,1

1990

10,7

1991

10,7

1992

10,2

1993

9,4

1994

9,9

1995

9,4

1996

7,9

1997

7,2

1998

7,1

1999

6,4