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Re: [escepticos] La despedida de Gorgias



"Miguel A. Lerma" ha escrito:

>  > Me ha sorprendido ver que algunos se disgustan cuando
>  > se les señala un error, con un desviado amor propio.
>
> Esa es la actitud que yo siempre vi como "natural"
> mientras vivia en Espa~na (toda mi vida menos los
> ultimos 7 a~nos), pero despues de un tiempo fuera
> he empezado a ver las cosas de otra manera. Nunca
> olvidare el "shock" que me produjo la reaccion de
> un compa~nero de estudios en la Universidad de Texas
> en Austin (donde curse mis estudios de doctorado
> en Matematicas) un dia en que le se~nale un error.
> Lejos de enfadarse conmigo me dijo en tono sincero:
> "thank you" (gracias). !Me dio las gracias! !Vaya
> shock!
>
> En Espa~na se~nalar un error a otro es un poco
> como decirle: "esto no deberias haberlo hecho
> asi, sino asao". Y con el orgullo hidalgo que
> se gasta por aquellas latitudes, !vete a decirle
> a otro lo que debe o no debe hacer!
>
> Miguel A. Lerma

Esa actitud no me asombra tanto en el común de la
gente, pero sí en el que se considera escéptico, en el
que se debiera esperar una actitud científica.
Un verdadero científico se siente en su mejor
momento cuando encuentra que una parte de su teoría
no se cumple o está invalidad. Porque eso significa que
se puede profundizar en nuevos campos.
Noto que en esta lista se han formado "grupos" que se
apoyan mutuamente aún en el error, por una cuestión
de lealtad mal entendida. Lo he notado en gente a la
que estimo y con la que he coincidido en muchos temas,
sin embargo me han hecho sentir como que les he sido
infiel cuando les señalé lo que consideraba un error.
Y aún peor. Actitudes que no nos permitiríamos a
nosotros mismos las dejamos pasar en nuestros
"aliados". No llego a tanto como el que calla otorga,
pero casi.
    El texto de Rodó que he transcripto se encuentra
en letras de molde en el parque Rodó de Montevideo,
el que seguramente Claudio conoce bien.
    Transcribo a continuación la parte anterior del
texto. Describe la reunión en la que los discípulos
rodean a su maestro esperando la hora de la cicuta.
(corto algunas partes que reemplazo con puntos,
pero que son de una belleza erizante)
    "Esta vez, el placer de filosofar con gracia, que
es propio de almas exquisitas, se realzaba con una
desusada unción. -Maestro, dijo uno, nunca podrá
haber olvido en nosotros, para ti, ni para tu doctrina-
Otro añadió: -Antes morir que negar cosa salida de
tus labios-. Y cundiendo este sentimiento, hubo un
tercero que repuso: -Jurémosle ser fieles a cada una
de sus palabras; fieles ante los hombres y en la
intimidad de nuestra conciencia; siempre e
invariablemente fieles-  ... Gorgias preguntó al que
había hablado de tal modo: -¿Sabes Lucio, lo que
es jurar en vano?-, -Lo sé, repuso el joven, pero
siento firme el fundamento de nuestra convicción,
y no dudo de que debemos consolar tu última hora
con la  promesa que más dulce puede ser a tu alma.
.....
Si yo aceptara el juramento que propones, ¡oh Lucio!,
olvidaría la moral de mi parábola, que va contra el
absolutismo del dogma revelado de una vez para
siempre; contra la fe que no admite vuelo ulterior
al horizonte que desde el primer instante nos muestra.
Mi filosofía no es religión que tome al hombre en el
albor de la niñez, y con la fe que le infunde, aspire
a adueñarse de su vida, eternizando en él la
condición de la infancia, como mi madre antes de
ser desengañada por su sueño. Yo os fui maestro
de amor; yo he procurado daros el amor de la
verdad; no la verdad que es infinita. Seguid
buscándola y renovándola vosotros, como el
pescador que tiende uno y otro día su red, sin
mirar de agotar al mar su tesoro. Mi filosofía ha
sido madre para vuestra conciencia, madre para
vuestra razón. Ella no cierra el círculo de vuestro
pensamiento. La verdad que os haya dado con
ella no os cuesta esfuerzo, comparación, elección;
sometimiento libre y responsable del juicio, como
os costará la que por vosotros mismos adquiráis,
desde el punto en que comencéis realmente a vivir.
Así el amor de la madre no lo ganamos con los
méritos propios; él es gracia que nos hace la
naturaleza. Pero luego otro amor sobreviene,
según el orden natural de la vida; y el amor de la
novia, éste sí, hemos de conquistarlo nosotros.
Buscad nuevo amor, nueva verdad. No se os
importe si ella os conduce a ser infieles con algo
que hayáis oído de mis labios. Quedad fieles a mí.
amad mi recuerdo en cuanto sea una evocación
de mí mismo, viva y real, emanación de mi
persona, perfume de mi alma en el afecto que os
tuve; pero mi doctrina no la améis sino mientras
no se haya inventado para la verdad fanal más
diáfano. Las ideas llegan a ser cárcel también,
como la letra. Ellas vuelan sobre las leyes y las
fórmulas; pero hay algo que vuela aún más que
las ideas, y es el espíritu de vida que sopla en
dirección a la Verdad.
    Luego, tras breve pausa, añadió:
    -Tú, Leucipo, el más empapado en el espíritu
de mi enseñanza: ¿qué piensas tú de todo esto?.
Y ya que la hora se aproxima, porque la luz se
va y el ruido del mundo se adormece: ¿por quién
será nuestra postrer libación? ¿por quién este
destello de ámbar que queda en el fondo de las
copas?"

Después de lo anterior viene el brindis de
Leucipo que transcribí en el mail anterior.
Les puedo asegurar que me emociona estar
tecleando esas palabras. Son las palabras de
un verdadero escéptico. De alguien que está
por encima de cualquier dogma, aún de los
propios.

"os he dado el amor a la verdad, no la verdad,
que es infinita"

    Hasta que llegaron tus palabras, Miguel, estaba
extrañado que ese maravilloso texto de Rodó
hubiera sido recibido con acritud. Si es como
dices, una actitud general, en buena hora que
"La despedida de Gorgias" nos ponga el dedo
en una de nuestras llagas. Esta lista va a ser mucho
más transitable si todos la tomáramos como una
actitud de vida deseable.
    Pero no es solamente en España que ocurre
eso, también en la Argentina y seguramente también
en Usa. Todo debe ser cuestión de mayor o menor
predominio de ciertas actitudes.
    Pero esas actitudes generales son las que determinan
la razón de porqué un país se estanca, progresa o
decae.
                            Héctor
PS: Pese a todo, estoy seguro que a JM le debe
haber gustado el texto de Rodó, porque sabe apreciar
cuando algo está bien escrito. En cambio Rafael, sé
que se mantendrá irreductible. Nunca permitirá que
la realidad interfiera con sus dogmas.