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[escepticos] La Doctrina del Hielo Eterno, la Tierra Concava y el Nazismo.
Hola:
Resumen de:
LA DOCTRINA DEL HIELO ETERNO, LA TIERRA CONCAVA Y EL NAZISMO.
Tomado del libro El retorno de los brujos, de L. Pauwels y J.
Bergier, Plaza & Janes S. A., Barcelona, 1961.
Los nazis dieron fe de las doctrinas del Hielo eterno y la de la
Tierra cóncava.
El ingeniero austriaco Hans Horbiger (1860-19 ?) fue el creador
de la doctrina del Wel o Welteislehre, es decir, doctrina del
Hielo eterno.
Estudió en la Escuela de Tecnología de Viena y realizó prácticas
en Budapest. Fue proyectista en la fábrica de máquinas de vapor y
especialista en compresores. En 1894 inventó un nuevo sistema de
llaves para bombas y compresores y vendió la patente a sociedades
alemanas y estadounidenses obteniendo una gran fortuna.
Horbiger sentía apasionamiento por las aplicaciones astronómicas
de los cambios de estado del agua -hielo, líquido y vapor-, las
cuales había tenido que estudiar para ejercicio de su profesión.
Sobre esta base pretendió explicar toda la cosmogénesis y toda la
astrofísica. El mismo refería que súbitas iluminaciones e
intuiciones brillantes le habían abierto las puertas de una
ciencia nueva.
En una carta a un amigo ingeniero explica que tuvo una revelación
cuando siendo un joven ingeniero, observó un día una ola de acero
fundido sobre la tierra mojada y cubierta de nieve, la tierra
estallaba con cierto retraso y gran violencia.
La Welteislehre explica que en los cielos había un cuerpo enorme
con una elevada temperatura millones de veces mayor que nuestro
actual Sol. Este super-sol chocó con un planeta gigante
constituido por hielo cósmico y este planeta de hielo penetró en
él. Nada ocurrió durante centenares de miles de años, hasta que
el vapor de agua hizo que todo estallara. Algunos fragmentos
fueron proyectados tan lejos que se perdieron en el espacio
helado. Otros volvieron a caer sobre la masa central donde se
había originado la explosión. Y otros fueron lanzados a una zona
intermedia convirtiéndose en los planetas de nuestro sistema
solar. Había 30 de ellos, son bloques que poco a poco se han ido
cubriendo de hielo. La Luna, Júpiter, Saturno son de hielo, los
canales de Marte son grietas de hielo. Sólo la Tierra no está
dominada por el frío, en ella sigue la lucha entre el hielo y el
fuego.
A una distancia igual a tres veces la de Neptuno, se hallaba en
el momento de la explosión, un enorme anillo de hielo y allí
sigue estando. Es lo que los astrónomos llaman Vía Láctea, porque
algunas estrellas parecidas a nuestro Sol, en el espacio
infinito, brillan a través de ella.
Las manchas que se observan en el Sol que cambian de forma y de
lugar cada 11 años son producidas por la caída de bloques de
hielo que se desprenden de Júpiter. Júpiter cierra su órbita
alrededor del Sol cada 11 años.
En la zona media de la explosión, los planetas del sistema al que
pertenecemos obedecen a dos fuerzas: la fuerza primitiva de la
explosión que los aleja y la fuerza de la gravitación, que los
atrae a la masa más fuerte situada en su proximidad. Estas dos
fuerzas no son iguales. La fuerza de la explosión inicial va
disminuyendo, porque el espacio no está vacío, sino que hay en él
una materia tenue compuesta de hidrógeno y vapor de agua. Además,
el agua que alcanza el Sol llena el espacio de cristales de
hielo. De este modo la fuerza inicial de repulsión se ve cada vez
más frenada. Por el contrario, la gravitación es constante. Por
esto cada planeta se acerca más al próximo que lo atrae, se
acerca trazando círculos aparentes a su alrededor, en realidad
describe una espiral que se va encogiendo. Así tarde o temprano
cada planeta caerá en el más próximo y todo el sistema acabará
por caer en forma de hielo en el Sol.
Entonces se producirá una nueva explosión y todo volverá a
empezar.
La Tierra ha captado por turnos 4 masas de hielo cósmico, estas
han ido girando en espiral alrededor de la Tierra acercándose
cada vez más y cayendo sobre nosotros. Es decir, han habido 4
lunas y la última de ellas es nuestra luna actual. Toda la
historia de nuestro planeta, la evolución de las especies y la
historia humana encuentran su explicación en esta sucesión de
lunas en nuestro cielo.
Cuando cae la luna, estalla antes de tocarnos, girando cada vez
más rápido, transformándose en un anillo de rocas, hielo y gases
igual que Saturno. Este anillo cae sobre la Tierra recubriéndola
circularmente y fosilizando todo lo que se encuentra debajo de
él, sólo se forman fósiles en el momento en que cae este anillo.
Por esto se ha podido registrar una época primitiva, una
secundaria y una terciaria. Como se trata de un anillo, sólo
tenemos testimonios muy fragmentarios de la historia de la vida
en la Tierra. Esta caída de las lunas permite imaginar las
transformaciones de los seres vivos en el pasado y prever los
venideros.
Cuando las lunas se han acercado a una distancia de 4 a 5 radios
terrestres la gravitación cambia considerablemente y esto
determina transformaciones en el tamaño de los seres, ellos
crecen en función del peso que pueden soportar. Existe un período
de gigantismo en el momento que el satélite se nos acerca,
mutaciones bruscas, los rayos cósmicos son más poderosos.
A finales del período primario aparecen enormes vegetales e
insectos gigantescos. A finales del secundario aparecen los
dinosaurios gigantes. Los seres aliviados de su peso se yerguen,
las cajas craneanas se ensanchan, las bestias levantan el vuelo,
a finales del secundario aparecen los mamíferos gigantes, tal vez
los primeros hombres, creados por mutación. Aparece nuestro
antepasado gigante, hace unos 15 millones de años.
Estos gigantes eran sabios y buenos, medían unos 12 m de alto. Se
le suponen grandes poderes de comunicación telepática,
civilizaciones basadas en el modelo de centrales de energía
psíquica y material.
La segunda luna se acerca más y estalla cayendo el anillo, no hay
ninguna luna en el cielo. Sobreviven algunos ejemplares de las
mutaciones gigantes producidos al final del período secundario,
subsisten disminuyendo de proporciones. Todavía hay gigantes que
se van adaptando.
Cuando aparece la tercera luna ya se han formado los hombres
ordinarios, mas pequeños, menos inteligentes, nuestros verdaderos
antepasados. Los gigantes que sobrevivieron son los que civilizan
a los hombres pequeños.
Todas las leyendas, religiones y tradiciones desde Grecia a la
Polinesia, desde Egipto a México y a Escandinavia, refieren que
los hombres fueron iniciados por gigantes. La civilización,
moral, espiritual y tal vez técnica alcanza su apogeo sobre el
globo.
La tercera luna se va acercando, los mares suben, todas las aguas
atraídas por la gravitación del satélite, los hombres se dirigen
a las montañas con los gigantes, sus reyes. Ambos crean una
civilización marítima mundial, la que se identifica con la
civilización atlántida.
Es la época de las construcciones megalíticas, las ruinas de
Tiahuanaco. Los atlantes en naves perfeccionadas dan la vuelta al
mundo y conectan cuatro grandes centros: Nueva Guinea, México,
Abisinia y el Tibet. Todo esto explica las similitudes existentes
entre las más antiguas tradiciones que registra la humanidad. Se
extiende la civilización por todo el globo. Habían dos
Atlántidas, una la de los Andes -Tiahuanaco- y otra en el
Atlántico norte la que describe Platón.
Cae la tercera luna, el agua desciende, los océanos se retiran,
el aire se enrarece, se marcha el calor. La Atlántida no muere
tragada por las aguas sino porque se retiran de ella. Las naves
son arrastradas y destruidas, falta el alimento que traían del
exterior, mueren millones de seres, los sabios y la ciencia
desaparecen, la organización social se derrumba. Los
supervivientes sólo pueden descender a las llanuras pantanosas.
Ha terminado el reino de los reyes gigantes, los hombres sobre
los que reinaban se han convertido en brutos.
Luego hace 12 millones de años la Tierra capta su cuarta luna, la
actual. Nuestro planeta se hincha en los trópicos. Los mares del
norte y del sur afluyen hacia la mitad de la Tierra y recomienzan
las edades glaciales del norte. La segunda Atlántida, la del
Atlántico norte es tragada por las aguas. Viene el Diluvio que
describe la Biblia. Los gigantes vivos degeneran, luchan entre
sí, combaten hombres y gigantes. Se habla de las leyendas de
Urano, Saturno, de David y Goliat. En la Biblia se citan temas
sobre gigantes, Números 13:33 y Job 26:5.
Así el hombre ha quedado solo, abandonado, en degeneración. Una
civilización humana, humanista, la civilización judeo cristiana,
minúscula y residual.
Pero nos acercamos a otra edad, volverán las mutaciones, volverán
los gigantes. Estamos en el cuarto ciclo.
Durante milenios sin luna aparecen las razas enanas que degeneran
y sin prestigio, los animales que se arrastran, como la serpiente
que evoca la caída. Durante las lunas altas existen las razas
medianas. Antes de caer las lunas, giran alrededor de la Tierra
creando condiciones diferentes en aquellos lugares que no están
debajo de su trayectoria por lo cual la Tierra ofrece un
espectáculo variado, después de varios ciclos lunares: razas en
decadencia, razas que se elevan, seres intermedios, degenerados y
aprendices del porvenir, precursores de las futuras mutaciones,
esclavos del ayer, enanos de las antiguas noches y señores del
mañana.
El futuro, después de milenios sin satélite, el planeta Marte se
nos acercará, pero es muy grande para ser capturado, para que
gire a nuestro alrededor, rozará nuestro planeta, nos arrancará
nuestra atmósfera y se dirigirá hacia el Sol hasta caer en él.
Nuestros océanos se agitaran en torbellino y hervirán, bañándolo
todo y la corteza estallará.
Nuestro planeta muerto seguirá girando en espiral y será
alcanzado por los planetoides helados y se convertirá en inmensa
bola de hielo que a su vez se dirigirá contra el Sol. Después de
la colisión, vendrá la calma, el vapor de agua se irá acumulando
durante millones de años, hasta que un día se producirá una nueva
explosión y otras creaciones en la eternidad de las fuerzas
ardientes del Cosmos.
Phillip Fauth (1867-1941) astrónomo aficionado, dedicado a la
observación de la Luna, publicó en 1913 La cosmogonía glacial de
Horbiger. La mayor parte de esta obra había sido escrita por el
propio Horbiger.
En el verano de 1925 se le envió una carta personal a los sabios
de Alemania y Austria: "Es preciso elegir entre estar con
nosotros o contra nosotros. De la misma manera que Hitler
limpiará la política, Has Horbiger barrerá las falsas ciencias.
La doctrina del Hielo eterno será el símbolo de la regeneración
del pueblo alemán. ¡Tened cuidado, formad a nuestro lado antes de
que sea demasiado tarde!".
Horbiger era todo un profeta, un iluminado, se consideraba un
sabio. Operaba como jefe de un partido. Se distribuían folletos,
se organizaban mítines, agitadores interrumpían conferencias de
astrónomos y gritaban "¡Fuera los sabios ortodoxos, seguid a
Horbiger!" Los directores de instituciones científicas recibían
tarjetas amenazadoras: "Cuando hayamos triunfado, usted y sus
colegas tendrán que mendigar en las aceras". El movimiento
horbigeriano publicó en pocos años tres grandes obras
doctrinales, cuarenta libros populares y centenares de folletos.
Editaban una revista: La llave de los acontecimientos mundiales.
Al inicio hubo protestas por parte de científicos y sabios
demostrando lo absurdo de la teoría de Horbiger. Pero se
alarmaron cuando el Wel adquirió proporciones de una moda y vasto
movimiento popular. Esta resistencia disminuyó cuando Hitler tomó
el poder, aunque en las universidades se enseñaba todavía la
astronomía científica. Algunos ingenieros y sabios renombrados
apoyaron la doctrina del Wel, como Lenard que había trabajado con
Roentgen en los rayos X, el físico Oberth, Stark conocido por
investigaciones sobre espectroscopía, y otros.
Hitler apoyaba abiertamente a Horbiger, creía en él. La historia
de la humanidad según la teoría de Horbiger con sus grandes
diluvios y las migraciones sucesivas, con sus gigantes y sus
esclavos, sus sacrificios y epopeyas respondía a la supremacía
y guía aria.
Las afinidades del pensamiento de Horbiger con los temas
orientales de las edades antediluvianas, de los períodos de salud
y castigo de la especie, apasionaron a Himmler. A medida que se
precisaba la teoría del Wel surgían correspondencia con las
visiones de Nietzsche y con la mitología wagneriana. Horbiger
encajaba estrechamente con el pensamiento del nazismo.
Los orígenes fabulosos de la raza aria, descendida de las
montañas habitadas de gigantes o superhombres de otra época y
destinada a gobernar el planeta, quedaron establecidos.
Un folleto de la Wel decía: "Nuestros antepasados nórdicos se
fortalecieron en la nieve y el hielo, por esto la creencia en el
hielo mundial es la herencia natural del hombre nórdico. Un
austríaco, Hitler, expulsó a los políticos judíos; otro
austríaco, Horbiger, expulsará a los sabios judíos. El Führer ha
demostrado, con su propio ejemplo, que el aficionado es superior
al profesional. Ha sido necesario otro aficionado para darnos la
comprensión completa del universo".
Hitler llegó a decir: "Hay una ciencia nórdica y nacional
socialista que se opone a la ciencia judeo liberal". Esto nos
demuestra que no sabía qué cosa es la ciencia.
También dijo: "Se nos lanzan anatemas como si fuésemos enemigos
del espíritu. Pues bien, sí lo somos. Pero en un sentido mucho
más profundo de lo que haya soñado jamás la ciencia burguesa en
su imbécil orgullo".
Los teóricos del nazismo y del Wel se reunieron en conferencias:
Rosenberg y Horbiger, rodeados de sus mejores discípulos. Los
dignatarios nazis llamaban a Horbiger "El Copérnico del siglo
XX".
El arqueólogo inglés H. S. Bellamy, horbigeriano, descubre en los
Andes a 4 000 m de altura restos de sedimentos marinos que se
extienden unos 700 km. Esto le hizo pensar que las aguas a fines
del terciario subían hasta allí y Tiahuanaco, cerca del lago
Titicaca, sería uno de los centros civilizados de aquel período y
por las gigantescas piedras, toma como prueba de la existencia de
gigantes por sus monumentos megalíticos.
En la posguerra Bellamy pidió autorización a la URSS para ir al
monte Ararat a buscar el Arca de la Alianza que describe el
Antiguo Testamento. La agencia TASS publicó una negativa
categórica y declararon fascista la actitud intelectual de
Bellamy. En Francia M. Denis Saurat universitario y poeta se
erigió de portavoz de Bellamy. (Hace poco otros místicos
especularon sobre la existencia del Arca de Noé en el monte
Ararat).
En 1952, un escritor alemán, Elmar Brugg publicó un libro en
honor a Horbiger: "La teoría del hielo eterno no constituye
solamente una obra científica considerable. Es una revelación de
los lazos eternos e incorruptibles entre el cosmos y todos los
acontecimientos de la Tierra. Ella enlaza los acontecimientos
cósmicos con los cataclismos atribuidos a los climas, con las
enfermedades, las muertes, los crímenes. Y abre así unas puertas
completamente nuevas al conocimiento de la marcha de la
humanidad. El silencio de la ciencia clásica al respecto, sólo
puede explicarse por la conspiración de los mediocres". En este
párrafo vemos la creencia sobre las influencias astrológicas y la
total aberración basada en ideas propagadas por un escritor.
Una encuesta realizada en 1953 por Martin Gardner arrojó que
había más de un millón de discípulos de Horbiger en Alemania,
Inglaterra y EE. UU.
La idea de que nuestro planeta es hueco se encuentra en todas las
épocas. En muchos textos religiosos se menciona una Tierra hueca,
y que debajo de nosotros moran muertos, espíritus, el infierno.
Orfeo busca a Eurídice en las profundidades de la Tierra.
Igualmente el héroe sumerio Gilgamesh baja a lo profundo para
visitar a su antepasado Utnapishtim. Ulises ofrece un sacrificio
para que los espíritus de los antiguos surjan de las entrañas de
la Tierra. Dante sitúa el infierno en los círculos inferiores. A
principios del siglo XIX nace en EE. UU. la idea de que la Tierra
es cóncava.
Un excapitán de infantería de Ohio, Cleves Symnes de San Louis,
Missouri, pensaba que todo en este universo es hueco, como los
huesos, los pelos, los tallos de las plantas, y por tanto los
planetas también. Plantea que la Tierra estaba compuesta por
cinco esferas sólidas concéntricas, colocadas una dentro de otra,
todas ellas habitables tanto en el interior como en el exterior,
todas ellas provistas de aberturas polares, por donde los
habitantes de cada esfera podían pasar de cualquier punto del
interior a otro, así como al exterior.
Tan convencido estaba que envió cartas hechas el 10 de abril de
1818, a los miembros del Congreso de EE. UU., a directores de
universidades y otros explicando su teoría de la Tierra cóncava y
que él podía demostrarlo.
Symnes organizaba conferencias y al morir dejó muchas notas sobre
su teoría. Su hijo continuó esta idea y le añadió que cuando se
cumplieran los tiempos, se descubrirían las Diez Tribus perdidas
de Israel viviendo en el interior de la más externa de las
esferas.
Otro estadounidense, Cyrus Read Teed que gustaba de la literatura
alquimista proclamó en 1870 que la Tierra es cóncava, pues había
recibido esta inspiración por los libros de Isaías. Teed fundó
una especie de religión y difundió su doctrina por un folleto
llamado La espada de fuego. En 1894 había captado mas de cuatro
mil fanáticos. Se le llamó a su religión Koreshismo y llego a
decir que cuando muriera su cadáver no se iba a corromper, pero
sus fieles tuvieron que embalsamarlo al cabo de dos días de haber
muerto.
Al terminar la Primera Guerra Mundial un joven aviador alemán
prisionero de Francia, Bender, descubre unos viejos ejemplares
del periódico de Teed, La espada de fuego, y algunos folletos de
propaganda de la Tierra cóncava. Se convirtió en un crédulo de
esta doctrina e inspirado funda un movimiento en Alemania: Hohl
Welt Lehre. Prosigue los trabajos de otro estadounidense,
Marshall B. Gardner que había publicado una obra en 1913 para
demostrar que el Sol no estaba encima de la Tierra, sino en el
centro de ésta y que emitía rayos cuya presión nos mantenía en
la superficie cóncava.
Para Bender nuestro planeta tenía las mismas dimensiones que la
señalada por la geografía, pero es hueca y la biosfera se
encuentra en la superficie interna, la atmósfera tiene un grosor
de 60 km y después se enrarece hasta el vacío absoluto del
centro, donde se encuentran tres cuerpos, el Sol, la Luna y el
universo. El universo es una bola de gas azulado en el cual
brillan unos granos de luz que los astrónomos llaman estrellas.
Cuando esta masa azul pasa por delante del Sol cae la noche sobre
una parte de la concavidad terrestre y los eclipses son por la
sombra de aquella masa sobre la Luna. Creemos en un universo
interior situado encima de nosotros porque los rayos luminosos no
se propagan en línea recta, son curvos, a excepción de los
infrarrojos.
La doctrina de Bender llegó a ser popular en los alrededores de
1930. Algunos dirigentes nazis y oficiales superiores de la
marina y de la aviación creían en Hohl Welt Lehre.
En abril de 1942, con el asentimiento de Goering, Himmler y de
Hitler, una expedición secreta fue hacia la isla báltica de
Rugen, bajo la dirección del Dr. Heinz Fisher, experto en rayos
infrarrojos. Dirigieron sus aparatos hacia el cielo en un ángulo
de 49 grados durante muchos días. El propósito fue demostrar
científicamente que la Tierra es cóncava, que habitamos en la
pared interior de una esfera. Mediante la reflexión de estas
ondas se obtendrían imágenes de puntos extraordinariamente
alejados en el interior del globo. Otro objetivo era obtener por
reflexión imágenes de la flota enemiga inglesa en Scapa Flow.
Cuando concluyeron que era un fracaso la verificación de esta
idea, el prestigio de Bender decreció ante los jefes nazis y a
pesar del afecto que Goering sentía por él, Bender fue enviado a
un campo de concentración donde murió.
Los horbigerianos, se alzaron con el triunfo y pedían la
prohibición de artículos a favor de la Tierra cóncava. Se pidió
el arbitraje de Hitler cuya respuesta fue: "No necesitamos en
absoluto una concepción coherente del mundo. Los dos pueden tener
razón".
En la postguerra Fisher declaró que los nazis le hacían realizar
un trabajo de locos, lo que entorpecía considerablemente sus
investigaciones.
Se ha señalado que Hitler perteneció a la Sociedad Thule cuando
era cabo, 1920, sociedad teosófica alemana relacionada
directamente con la Sociedad Vril o Logia Luminosa e
indirectamente con la inglesa Golden Dawn. A la Sociedad Thule
pertenecían Alfred Rosenberg, Dietrich Eckardt, Rudolf Hess y
Karl Haushoffer. Este último aseguraba que el origen del pueblo
alemán se hallaba en Asia central, la raza indo germánica y que
perteneció a una sociedad budista en Japón, vivió en la India y
en el extremo oriente.
El coronel SS Wolfram Siervers fue el administrador de la
Sociedad de investigación de la herencia de los antepasados, la
Ahnenerbe, que se crea en 1933. Había sido fundada a título
privado por su maestro espiritual el místico Frederich Hielscher,
amigo del explorador sueco Suen Hedin, el cual había vivido largo
tiempo en el Tibet y desempeño un importante papel de
intermediario en el establecimiento de las doctrinas esotéricas
nazis.
La finalidad de la Ahnenerbe era investigar la localización, el
espíritu, los actos, la herencia de la raza indo germana (arios)
y comunicar al pueblo, bajo forma interesante, los resultados de
estas investigaciones. Esta misión debe ejecutarse empleando
todos los métodos de exactitud científica. Algunos señalan que
Himmler creó una sección especial, un servicio de información
encargado del terreno de lo sobrenatural. La Ahnenerbe creó una
lista que incluía a los Rosacruces, el simbolismo de la supresión
del arpa en el Ulster, la significación oculta de las torres
góticas y de los sombreros de copa de Eton, etcétera. Hubo
conversaciones con Skorzeny para organizar una expedición cuyo
objeto era el robo del Santo Grial. En el Tibet y por orden de
Sievers, el Dr. Scheffer establece relaciones con los monasterios
de los lamas. En 1943, después de la caída de Mussolini, el
Reichsfuhrer reunió en las afueras de Berlín a los seis
ocultistas más celebres de Alemania para adivinar el lugar donde
el Duce estaba prisionero. Además se mencionan algunas
conferencias del estado mayor que comenzaban por una sesión
yogui.
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Saludos desde Cuba.