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[escepticos] Todo no es ciencia-ficción.



Hola:

TODO NO ES CIENCIA-FICCION.

Toda fantasía no es ciencia-ficción. Pero por el contrario,
muchos críticos de cine y literatura han convertido ese
genero en un gran saco en el cual lanzan todo lo que
ellos creen que contiene lo que para ellos es ciencia.

Hoy en día hay que ser cuidadosos al valorar una obra
literaria o un filme clasificado como ciencia ficción, pues
un gran número de críticos confunden a la ciencia ficción
con la fantasía sin apoyo científico y la especulación
pseudocientífica, los cuales son claramente definibles. 
Los críticos literarios, clasificadores de género y 
comentaristas de cine en su gran mayoría nos desinforman 
desde niños en cuanto a qué cosa es ciencia y no
saben diferenciarla de la pseudociencia. 

La ciencia ficción no es un decorado o un ambiente; la
presencia de aparatos con luces de colores intermitentes,
ruidos o sonidos o música extraña, cohetes, naves
espaciales, computadoras, androides, viajes a otro planeta,
presencia de monstruos, no convierten lo inverosímil, la
fantasía pura o la violación de una ley científica, en
realidad objetiva. 

Un viaje a un planeta habitado por brujas, telépatas,
fantasmas y duendes, o una nave espacial con gatos o
caballos que razonan y hablan, o un monstruo como Drácula no
tienen fundamento científico alguno, por lo que no pueden
valorarse como ciencia ficción, sino se clasifican como
fantasía. Si a un ser humano al tocarlo con una varita
mágica, o al hacerle ingerir una tableta, o administrarle un
líquido inyectado o someterlo a unos rayos, se transforma en
un elefante o en un conejo es fantasía; al igual si con
estos procederes adquiere la propiedad de levitar, adivinar
el futuro, provocar telequinesia o telepatía, puesto que
viola una serie de principios y leyes científicas, físicas,
químicas y biológicas, por lo cual todo esto constituye un
absurdo. 

El físico Jack Weyland, de la Universidad de Dakota del Sur,
EE. UU., y otros muchos científicos, han criticado a los
críticos de cine y literatura que cometen el error de
clasificar como ciencia ficción lo que no lo es. Pero 
ya es demasiado tarde, pues los críticos del arte,
en específico cine y literatura demuestran no importarles 
nada acerca de lo que realmente es la ciencia.

En los tres filmes sobre La guerra de las galaxias (Star
Wars), de George Lucas 1977, se pueden apreciar una serie de
violaciones de leyes científicas: 

En la primera película los aviones cazas o aviones cohetes y
otras naves espaciales emiten ruidos al volar en el espacio,
ruido de sus motores, de los disparos de las armas,
etcétera, lo cual desde el punto de vista de la física es un
absurdo, ya que en el vacío cósmico no hay aire y por tanto
no se puede trasmitir el sonido, esto es un elemento
fantástico. 

Los aviones-cohetes planean lateralmente en el vacío
cósmico, como si hubiera aire en el espacio cósmico. Las
naves espaciales superan la velocidad de la luz, cuestión
que es contradictoria con la ley física sobre la velocidad
límite en la naturaleza. 

La telepatía de lord Dark Vader y la de los caballeros Jedi
pertenece al mundo de la parapsicología, religiones de la
India, al yoga, etcétera. Obi Wan Kenobi entrena a Luke
Skywalker con la espada láser y un pequeño artefacto móvil y
le dice: "Debes entrenarte guiándote por los sentimientos no
por los sentidos", y le venda los ojos a Luke. 

En el segundo filme, en El imperio contrataca, el Joda
entrena  a Luke en el supuesto fenómeno de la levitación,
que es la elevación de cuerpos con una supuesta fuerza o
poder mental; Luke eleva piedras, al robot R-2, incluso
logran hacer emerger la nave del lago y moverla hacia ellos.
Todo ésto también pertenece a la parapsicología, lo cual se
incluye en el campo de la especulación mística y nada tiene
que ver con la ciencia. sino real. 

En la tercera parte, en El retorno del Jedy, se ven al final
del filme los fantasmas de los personajes  que han ido
muriendo a lo largo de la trilogía, el Joda, Obi Wan Kenobi,
el tío que crió a Luke. Los fantasmas pertenecen a la
parapsicología, al misticismo, no a la ciencia. 

Esto hace que esta trilogía sea realmente del género
fantástico, no es más que fantasía mística de aventuras con
pocos rasgos de ciencia ficción, representada en las naves
espaciales y los robots. 

Gracias a la incultura científica de la mayoría de los
críticos de arte, en específico críticos de literatura y
cine, las pseudociencias, fundamentalmente la
parapsicología, han logrado "colarse" como ciencias y
divulgarse erróneamente al público como ciencia ficción.
A pesar de esto hay algunos científicos escritores del 
género, como Isaac Asimov, que acepta a la pseudociencia 
dentro del concepto de ciencia ficción. 

Si pidiésemos a alguien hacer una lista de seres mitológicos
o animales fabulosos, sería extensa, y no faltarían las
sirenas, los centauros y los pegasos, pero muchos olvidarían
anotar a los ángeles. A éstos, por ser parte de la cultura
religiosa de Occidente, estamos acostumbrados a ver tanto su
imagen y a repetirnos tanto esta palabra que ya nos es tan
corriente que casi no son seres mitológicos. Vamos a hacer
el análisis de otra forma. Si nosotros vemos en el filme
Flash Gordon la secuencia en que aparecen los
hombres-pájaros, prácticamente son ángeles. Nos hacemos las
siguientes preguntas: ¿Es posible que puedan existir hombres
alados? ¿Pudieran existir ángeles? ¿Pudiesen volar? 

Al analizar este filme podemos ver que se viola una serie de
leyes de la física, específicamente leyes de la
aerodinámica; prácticamente las alas son muy cortas y
carecen totalmente de un potente aparato óseo y muscular
para moverlas, por lo cual sería un absurdo pensar que
semejante concepción artística pueda volar. Si damos rienda
suelta a la imaginación y pensamos en la ingeniería
genética, tal vez se podría hacer una serie de programas
genéticos dentro de un óvulo humano fecundado para dar lugar
a la formación de un ser alado que pudiera respetar las
leyes de la aerodinámica, para lo cual se debían realizar
grandes cambios anatómicos, como, en primer lugar, hacer
unas alas inmensas, mucho mayores que las imaginadas por los
artistas, para poder cumplir la relación del peso del
individuo con el área de sustentación de las alas;
cualquiera puede ver lo inmenso que son los deltaplanos en
relación con el tamaño humano; también cerca del cuello o
tórax debe de haber una gran cantidad de potentes músculos
para poder mover esas inmensas alas; habría que pensar
también que estos hombres deberían de ser livianos, por lo
cual serían delgados y/o pequeños, habría que aligerarles el
peso, limitándoles el largo del intestino, quitarle la
vejiga; aligerarles el esqueleto con sacos aéreos, etcétera. 

En fin, sufriría tantas transformaciones el físico que su
imagen distaría bastante de la concebida por los artistas
renacentistas sobre la interpretación o graficación de los
clásicos ángeles con sus alas emplumadas. Al final
obtendríamos un raro ser con un tronco deforme y alas
gigantescas, parecería un grotesco ser humano deforme con
alas. 

Desde el punto de vista físico y biológico el ángel tal como
lo imaginan los artistas no puede existir, es un absurdo.
Esto hace que los hombres-pájaros del filme sean un elemento
fantástico sin apoyo científico. 

En relación con los filmes sobre Superman, recordaremos que
este personaje es un extraterrestre que nació en un planeta
llamado Kriptón, y, antes de estallar, los padres lo envían
a nuestro planeta en una nave que cae en los EE. UU.; fue
criado por un matrimonio campesino y, ya en su adultez,
ocultaba su personalidad bajo el ropaje de un distraído
periodista. Sólo en los momentos críticos o de necesidad se
mostraba como es realmente, un ser con una serie de
facultades especiales que no la tienen los terrícolas. 

Es costumbre que se clasifique a las novelas y filmes en que
aparecen extraterrestres como ciencia ficción, pero es un
error, pues no todos los personajes extraterrestres son
necesariamente de este género, sino del género fantástico.
Para esto nos preguntamos si biológicamente es posible que
exista este individuo, si viola algunas de las leyes de la
física o de la química en su desarrollo, en las cosas que
hace. 

Superman es capaz de volar en el vacío del espacio cósmico
sin necesidad de traje espacial protector, de hablar en el
vacío cósmico, donde no hay aire o gas alguno que trasmita
ondas sonoras. En el segundo filme, Superman II, tres
personajes, que también son provenientes de su planeta,
hacen estas cosas y se les ve andar por el espacio y la Luna
sin trajes, no tienen nada que les mantengan una presión y
temperatura, adecuadas alrededor de sus cuerpos. Cada
planeta habitado se supone que tenga un conjunto de
parámetros físicos y químicos en su superficie o biosfera, a
la cual cada ser vivo se adapta, evoluciona y se reproduce,
pero  a determinadas variaciones de éstos perece. (Presión
atmosférica, temperatura, composición de los gases o
líquidos donde vive, exposición a determinadas radiaciones,
etc). También estos personajes de Superman II caminan igual,
sin ninguna alteración en el esfuerzo físico, tanto en la
Luna como en la Tierra, donde las gravedades son diferentes.
Uno de ellos camina sobre el agua de un lago, cuestión que
desde el punto de vista científico es un absurdo, pues la
relación del peso y el área de apoyo de este personaje con
la tensión superficial del agua no permiten que camine sobre
ella, se necesita de un aparato que contrarreste la fuerza
de gravedad, ya sea una hélice, un cohete a la espalda, algo
que genere una fuerza opuesta. Esto es un elemento
parapsicológico en el filme, la levitación.

Superman tiene el poder de emitir rayos láser (o similares)
con sus ojos; en la segunda película corta la rama de un
árbol y uno de sus coplanetarios quema una serpiente. Desde
el punto de vista de la física este rayo tiene una serie de
características particulares en su generación y su
naturaleza que a nivel biológico fisiológicamente no puede
generarlo un ser vivo con su propio cuerpo (tampoco ninguna
estrella lo genera), ya que se necesita una gran cantidad de
energía y una serie de características y estructuras
técnicas que determinarían que Superman es un robot o una
máquina y no un ser biológico de otro planeta. 

En el mundo del cine y la literatura se han establecido una
serie de concepciones hipotéticas en cuanto a los
extraterrestres. Tenemos dos tipos de extraterrestres
hipotéticos artísticos: el fantástico y el de ciencia
ficción. Extraterrestres fantásticos porque violan leyes de
la ciencia, como Superman, el ET de Spielberg, éste último
levita a un grupo de muchachos en bicicletas, lo cual viola
principios de la física. Entre los extraterrestres de
ciencia ficción está el Drac, del filme Enemigo mío, o los
del filme Aliennacion, bastante aceptables en relación con
las leyes de la ciencia.   

La cuestión no es criticar estas películas ni a los
directores o escritores, puesto que ellos hacen las obras
independientes del pensamiento científico; a ellos no les
preocupa el manejo de la ciencia, sino la inspiración
sentimental, sensibilidad artística, arte por arte, que
guste, sea agradable, hacer dinero y otras cuestiones.
Además, en el arte todo está permitido. En la ciencia 
esta la tiranía de las leyes naturales, hay que aceptar 
los hechos y razonamientos. En el Arte hay una gran libertad 
para establecer lo que de la real gana.

En algunos filmes y novelas aparecen viajes en el tiempo, ya
sea hacia el futuro o hacia el pasado o en ambos sentidos.
Una obra conocida sobre este tema es La máquina del tiempo,
del escritor inglés Herbert George Wells, escrita en 1895 y
en la que un individuo viaja en una máquina inmóvil hacia el
futuro y hacia el pasado; esta obra ha sido clasificada por
algunos como ciencia ficción, por otros como fantástica.
Para hacer un análisis de si es ciencia ficción o no
tendríamos que analizar la especulación planteada: ¿Es
posible viajar en el tiempo? ¿Es posible viajar hacia el
futuro o hacia el pasado? 

Desde el punto de vista de la física, jamás se ha hablado de
viajes hacia el pasado. Ante una obra literaria o un filme
en que haya viajes en el tiempo, si existen viajes
exclusivamente hacia el futuro, podemos afirmar que esto es
un elemento de ciencia ficción, pero si existen viajes hacia
el pasado hay que plantear que es fantástico por violar
leyes físicas. 

No debemos esquematizar a un autor con un género
determinado, no todas las obras de Wells son ciencia
ficción, como tampoco todas las obras de Verne. La ciencia
demuestra que la única forma de viajar al pasado es a través
de la imaginación fundamentada en la arqueología,
paleontología, cosmología y que gracias al arte, al cine y
la literatura, apoyadas en estas ciencias, podemos lograr un
viaje fantástico. 

Ejemplos de filmes de diferentes géneros que los críticos
confunden: 

-El Exorcista es terror místico. 
-El cerebro de Donovan es fantástico. 
-Superman I, II, y III son fantásticos. 
-Krull es un filme fantástico. 
-Scanners I y II son fantásticos, misticismo ficción. 
-Los cazadores del arca perdida, aventuras fantástica 
 mística. 
-La nave de los dioses es especulación pseudocientífica o 
 anticientífica. 
-La guerra de las galaxias (Star Wars) es una trilogía
 fantástico mística de aventuras. 
-Star Trek III, the search for Spock, fantástico mística, 
 con muy pocos elementos de ciencia ficción. 
-Dune, fantastico mística, muy pocos elementos de ciencia 
 ficción. 
-Blade Runner es ciencia ficción. 
-El Hombre y la Tierra y Cosmos es divulgación científico 
 popular. Algunos críticos han nombrado este último como 
ciencia ficción.

Realmente abundan más los filmes y novelas fantásticas que
los de ciencia ficción, y al gran público le gusta más la
fantasía que la ciencia ficción. 
  
El comercialismo ha desempeñado un papel importante en la
deformación del concepto de ciencia ficción a nivel mundial.
Se etiquetan obras como ciencia ficción sin serlo y no
interesa si está bien o mal. El género fantástico místico o
pseudocientífico es más atractivo y comprensible a las masas
-lo increíble e inverosímil es más atractivo que  la verdad
o lo científicamente probable- se vende más. Además el
escritor no se complica la vida revisando textos sobre
ciencia ni consultando científicos (como lo hizo Verne). 
Todo esto implica menos trabajo y más dinero. Para los 
críticos es una comodidad no tener que vérselas en un 
análisis de que si es o no especulación científica. 

De continuar esta deformación, algunos llegarán a afirmar
que Verne no fue un escritor de ciencia ficción, por no
escribir sobre brujas, hadas, duendes, levitaciones,
telepatía, fantasmas, espíritus, etcétera. 

El futuro será seguir arrastrando errores de concepto y
o tal vez llegar a colocar los géneros en su sitio correcto. 
De seguir esta deformación sería interesante sugerir que 
retiren la palabra "ciencia" de la "ciencia ficción". 
Claro que esto es muy difícil.

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Saludos,
JT