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[escepticos] **Lo mas triste del mundo



----- Mensaje original -----
De: Ramón Díaz-Alersi <rda en wanadoo.es>
>
> Yo también leo habitualmente esa columna y también me lo he perdido. Me
> apunto a la petición...
>

[Alberto] Como decía, no es la habitual colaboración de Mario Bunge en la
sección *opinión* de La Nación, sino una carta abierta que se publicó en el
cuerpo principal del diario, en la página en la que, durante la semana
siguiente a la muerte del Dr. Favaloro, se mantuvo el debate sobre
financiamiento de la ciencia (CoNICET), las razones (¿?) del suicidio y lo
que yo llamo *la intersección* de ambos temas.

No esta publicada en Lanacionline, .... ni siquiera para usuarios premium
;-)))), con lo que tendré que recurrir  a buscar entre los diarios viejos
"de papel" (de la semana pasada), por favor denme hasta el próximo fin de
semana, he buscado en lo que tengo y sólo puedo asegurar que se publicó
después del 31 de Julio y antes que el 6 de Agosto.

El texto de la entrevista a Gregorio Klimovsky lo posdateo aquí mismo en
este mensaje.

Saludos

Alberto Villa

__________________________________________________________________________

PD :

Nota "La segunda muerte de Houssay" Perfil
sección Cultura
fecha de publicación 06.08.2000
autor Por Mariano de Vedia De la Redacción de LA NACION

La crisis del sistema científico: entrevista con Gregorio Klimovsky
"La segunda muerte de Houssay" Perfil
El investigador dijo que el plan de Caputo destruye el Conicet, creado por
el premio Nobel

"Al científico, en general, no se lo trata bien. Ni en las dictaduras ni
durante la democracia."
A los 77 años, Gregorio Klimovsky es consciente del peso de sus palabras. Y
no teme hablar con dureza cuando analiza el futuro del país a partir de la
controversia desatada por la reforma del sistema científico que impulsa el
Gobierno.

El plan -que suscita resistencias entre los científicos- lo inquieta tanto
como la figura de Dante Caputo, secretario para la Tecnología, la Ciencia y
la Innovación Productiva, impulsor de la reforma. Los cambios prevén la
desaparición de la carrera del investigador, una creación que nació junto
con el Conicet, de la mano de Bernardo Houssay.

Concluyente, en una entrevista con La Nación, Klimovsky aseguró que la
reforma de Caputo "es una segunda muerte de Houssay".

El reconocido epistemólogo, galardonado en 1996 con el premio Konex de
Brillante en el área de Humanidades, por sus logros en los campos de la
lógica y teoría de la ciencia, explicó que nunca fue consultado por el
Gobierno acerca de las reformas planeadas para el Conicet.

"No se ha consultado a Patricio Garrahan, a Enrique Segura ni a otros
investigadores de reconocida trayectoria. Acá nadie sabe a qué atenerse en
el largo plazo. Y, aunque parezca mentira, escuchan a cualquiera, pero no
van a escuchar a los científicos", fue su conclusión.

Apesadumbrado por la muerte de René Favaloro, con quien compartía largas
charlas sobre temas de cultura, Klimovsky se mostró escéptico acerca del
retorno de los investigadores que emigraron al exterior, un ferviente deseo
expresado por Caputo y por el vicepresidente de la Nación, Carlos "Chacho"
Alvarez.

"La gente que se fue ya hace algunos años se afincó en su lugar. Tienen
nuevos equipos de investigación y no van a volver. El que puede regresar es
el becario graduado joven que emigró con una beca de perfeccionamiento en el
exterior. Pero si no se le ofrecen condiciones ...", pronosticó, con futuro
incierto, el científico, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires.

-¿Hay quienes dicen que la ciencia argentina está en crisis? ¿Es así?

-Hay que tomar esas afirmaciones con prudencia. Las cosas no son blanco y
negro. Está bastante de moda hablar mal de las universidades y su
desorganización. Pero en la UBA, por ejemplo, los cursos de especialización
y para graduados son unos 200 en cada facultad. Hay una fuerte actividad en
el nivel superior. La gente formada en la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales hace un papel descollante cuando va a los Estados Unidos o a
Europa. Pero todo se compensa con una serie de aspectos desgraciados.

-¿Cuáles son?

-En primer lugar, en la Argentina, particularmente en el campo
universitario, hay bastante inestabilidad, académica y política. Y eso
impide la continuidad de los equipos y de la obra científica. Acá al
científico en general no se lo trata bien, ni en las dictaduras ni durante
la democracia por los propios funcionarios civiles. A los problemas de
presupuesto se suman las pobres condiciones de trabajo y de documentación.
En muchos casos las colecciones de revistas más importantes no están
completas. Faltan años enteros, que son años de reajustes en el presupuesto.

-¿A usted lo consultó el Gobierno para la reforma que quiere emprender?

-No.Conozco bien cuáles son las especialidades de Caputo y en qué medida él
está preparado para saber lo que es la investigación en ciencias duras, por
ejemplo, y me parece que sobre este punto habría mucho que hablar.

-¿Por qué no se consulta a científicos reconocidos?

-Es un momento inoportuno para hacer un chiste, pero ¿sabe cómo se suicida
un argentino? Se sube a su ego y se tira desde ahí. Lo que pasa con el
licenciado Caputo es que él era especialista en administración de empresas
públicas. Para él, el Conicet es un caso más de administración, como podría
ser la YPF estatal. Pero acá es una cosa distinta. La investigación
científica tiene características muy peculiares.

-¿Cuál es el punto más flojo de la reforma de Caputo?

-La destrucción de la carrera de investigador científico. Si uno mide la
vida de una persona después de muerto puede ser por el valor de su obra.
Houssay puso muchísimo en la creación de la carrera de investigador
científico y ahí en cierto sentido continuaba viviendo.Ahora lo que está
haciendo Caputo es asesinarlo. Así como se ha hablado de que el suicidio de
Favaloro ha sido en el fondo un asesinato promovido por el Estado y por las
fuerzas vivas por la indiferencia que tuvieron ante la importancia de su
obra, se podría decir que esto de Caputo es una segunda muerte de Houssay.

-¿Comparte la idea de que la Secretaría de Ciencia se ocupe de promover el
desarrollo de Internet?

-Una cosa tiene poco que ver con la otra. Internet es un instrumento de
primer orden, nadie puede negarse a que eso vaya adelante, pero de su
desarrollo se debe ocupar la Secretaría de Comunicaciones. El área de
ciencia tiene que promover la investigación científica y su aprendizaje. La
investigación científica implica resolución de problemas, creatividad,
sentido crítico y capacidad lógica. La Internet es un instrumento, nada más.

-¿Qué misión cumple el Conicet?

-Es un centro de estabilidad y refugio para la investigación. En su libro
"La investigación científica", Houssay señala con mucho ingenio y precisión
que ésta tiene que ver con el desarrollo del país. De la investigación en
ciencias básicas sale la ciencia aplicada; ésta repercute en el desarrollo
tecnológico, que a su vez influye en el desarrollo económico. Y éste, en el
bienestar social. Por consiguiente, el desarrollo científico tiene bastante
que ver con el futuro de un país.

-¿Por qué los investigadores no quieren ser evaluados en las universidades?

-Son mundos completamente diferentes. Y hay algunos ejemplos. El
investigador Denjoy era un científico de primera categoría y profesor en La
Sorbona. Como profesor era deleznable, sin la menor capacidad didáctica, con
mucha timidez, entraba en clase y durante dos horas miraba el pizarrón sin
mirar a los alumnos y con una voz apagada decía su clase y nadie entendía
nada. Y era un investigador científico en análisis matemático de primera
categoría. El hecho de que un investigador siga con éxito la carrera
científica no quiere decir que sea la promesa de un gran profesor y que
tenga que ganar los concursos.

-¿Por qué tanta oposición a la reforma entre los investigadores?

-Los científicos la ven como un intento de destrucción del Conicet, y aunque
yo no tengo pruebas jurídicas, tengo la impresión por algunas anécdotas
personales que alguna de la gente que intervino en esto lo hizo con mala
intención. No lo digo por el licenciado Caputo, que me parece, sin embargo,
que tiene un gran defecto, una falta de humildad, de consulta y de carácter
participativo, que en este caso sería imprescindible. Ninguno de los
científicos prominentes han sido consultados. Y ya hay protestas del
extranjero.

-¿De qué sector proviene esa presunta mala intención?

-Son anécdotas personales. Es una apreciación puramente subjetiva.

Perfil

Datos personales: Gregorio Klimovsky nació en Buenos Aires el 18 de
noviembre de 1922. Vive en Belgrano desde hace 32 años y en 1986 recibió el
premio Konex de Brillante, en Humanidades.

Cátedras: es profesor émerito de la UBA. Dicta clases en las facultades de
Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales. Dirige el Departamento de
Humanidades de la Universidad Favaloro y es asesor cientítfico e
investigador en la de Belgrano.

Publicaciones: entre sus libros más conocidos figuran "Las desventuras del
conocimiento científico" (1994), "La teoría de conjuntos y la fundamentación
de la matemática" (1991) y "Corrientes epistemológicas contemporáneas"
(1992).

Prioridades: en la escala de 1 a 10, Klimovsky sostiene que el presupuesto
se debe repartir así: 4 para la ciencia pura y académica y 6 para la ciencia
aplicada y la tecnología