Buenos días:
Del estilo del método
de Cyrano, es el de un señor que dejó de fumar guardando las
colillas en un bote hermético y oliéndolas todos los días.
Las tenía en el mueble de entrada a su casa. No es estético pero,
al parecer, sí efectivo.
Yo lo dejé durante un
año de la siguiente forma: me aposté con otro a que no
fumábamos durante ese período. El otro debe ser un amigo o
compañero de confianza (no sirven cónyuges por la naturaleza de la
sanción). La cuantía no puede ser excesiva; no te puedes arruinar
ni perder la amistad si el otro te la exige o decides pagarla motu proprio, pero
tiene que ser de la suficiente entidad para que digas: "fumarme este
cigarro me va a costar quince mil duros; ¿estoy dispuesto a
pagarlos?" y la respuesta sea que no merece la pena.
Sólo lo pasé
mal por las noches; en la cama era como si me faltara aire. Pero eso,
según he comprobado, depende de cada cual.
En mi caso, imbécil,
volví porque la apuesta era de un año y, transcurrido
éste...
Ahora lo voy a volver a
dejar. Pero poco a poco; en tres meses. Un método que me he propuesto.
De todos modos, permitidme un
consejito. Al terminar de comer, inmediatamente, salid a pasear, paso
ágil, sin correr pero sin pachorra. Al principio cuesta pero
después sienta muy bien, te evitas el cigarro de la digestión, la
haces mejor, luego te apetece menos fumar por la tarde. Y si por la noche
fumas... bueno, algo se ha ganado. Para mí, ese paseo es fuente de
bienestar y casi un vicio también. En mi caso (no sé si esto es
propio de mi metabolismo, común para todos o si tiene su punto magufesco)
lo perfecto es salir sin postre: ni fruta ni dulces ni nada y justo al terminar
de comer; el tiempo de cambiar la ropa y la higiene dental.
Saludos e-Ducados.
Cobos Recuero.
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