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[escepticos] la responsabilidad de los magufos mediáticos



A ver si consigo engañaros para que dejeis de darnos el coñazo con lo del Outlook y demás.

La historia es así: hace unos tres o cuatro años un señor me llamó por teléfono al trabajo, tras haber aparecido en un programa de televisión en que se hablaba de espíritus y demás pseudofenómenos. Este hombre, delicado de salud (especialmente de salud mental), llevaba un tiempo leyendo todas las revistas magufas que pillaba,  escuchando los programas de radio del ramo y demás. El tenía la sensación de que alguna entidad quería contactar con él, y estaba recabando información para saber si eso era así, o qué.
Mi impresión, por lo que contaba, es que, estando en tratamiento psiquiátrico, se había encontrado con que había una explicación alternativa a su problema, y que había descubierto publicaciones, personas aparentemente serias, esos "investigadores"... todo un mundo que él no conocía en el que se afirmaba que lo que él tenía no era una enfermedad mental, sino que esas cosas eran ciertas: unas veces leía que eran almas desencarnadas las que le estaban hablando, otras que eran extraterrestres... Ante esto, el hombre estaba pensando en dejar el tratamiento y la medicación. Aparte de eso, estaba aterrorizado, se sentía elegido para algo que no sabía qué era, ni entendía por qué él. Andaba hecho polvo, vamos. 

En el debate de la tele, de repente, descubrió que esas afirmaciones que leía en las revistas y oía en los programas nocturnos no eran tomadas como serias por algunas personas. En su caso, fue este astrónomo gordito con mala leche el que se le "apareció". Supongo que fue por eso que me intentó localizar. Hablamos varias veces, yo intentaba explicarle en términos muy sencillos que nunca estos fenómenos paranormales han tenido una demostración adecuada, que todo indica que de esto nada, ... en fin, os podeis imaginar (se trataba de una persona que no parecía tener un gran nivel educativo). Recuerdo que uno de los argumentos que más le convenció fue la existencia de premios multimillonarios para aquél que demuestre un fenómeno paranormal que siguen desiertos desde hace años. Poco a poco, creo, el hombre se iba tranquilizando, iba dejando de lado esas ideas y volvía a convencerse de que era mejor seguir su tratamiento.

Al cabo de un tiempo, ya no supe más de él. La última vez que me llamó comentó que iba a volver al trabajo (tenía una baja por depresión) y que ya no se creía esas cosas.

La historia podía acabar aquí, y permitirnos una reflexión sobre la responsabilidad de esos ganapanes qe andan vendiendo misterios en el asunto. U otra sobre que a pesar de todo, incluso un escéptico como yo puede servir de algo en la tele :-))) Pero lo cierto es que no acaba.

Hace unos días cojo el teléfono y ... ahí estaba de nuevo. Me contó que ha pasado unos años difíciles, que la cosa fue mejor pero que posteriormente, por problemas familiares, ha vuelto a estar con depresión y en tratamiento (y posiblemente, con otras patologías, aunque de estos temas no suele contar mucho). Y ha vuelto a comprar esas revistas, a oir los programas... ahora había descubierto lo de las psicofonías.  Y le aterraba una que oyó en la radio, en la que una niña lloraba y hablaba de la muerte. Según me contó, tan mal estaba que volvió a llamarme, porque esta vez no había oído a nadie que le dijera que eso no tenía fundamento. Le fui contando lo que se me ocurría que pudiera tranquilizar a esta persona, cómo no hay un solo artículo que muestre que esa "transcomunicación" no puede tener una explicación convencional, sea física o psicológica. Un buen rato en el que, como el comentó, volví a conseguir tranquilizarle. Así quedamos.

Esta mañana, sin embargo, me ha vuelto a llamar. A pesar de mis palabras, seguía un poco con la mosca detrás de la oreja, así que se había ido a hablar con el cura de su parroquia (también son ganas, he pensado...) y resulta que el sacerdote le había dicho que sí, que estas cosas ocurren, que incluso hay curas que lo investigan (he imaginado que se referirá al ínclito Pater Pilón). Bueno, pues ahí he estado otro rato contándole que uno, por ser cura o ser albañil, no vale más o menos que lo que valga lo que dice y hace. Y otras cosas. Él mismo, en un momento en el que iba ya más tranquilo, me ha preguntado por el premio de Randi, y le he comentado que esos millonazos siguen ahí tan tranquilos y que nadie se los ha llevado. Una vez más, tras una media hora larga de consulta telefónica, nos hemos despedido y él ha prometido no darle demasiada credibilidad a lo que dicen presuntos expertos en la radio o en esas revistas. A ver qué tal le va.

Es cierto que se trata de una persona en condiciones especiales; muy probablemente su situación lo hace aún más vulnerable a este tipo de creencias casi patológicas. Pero para mí queda claro que si esta persona recibiera a través de los medios de información información y no propaganda proparanormal, que es el estado actual de la cosa radiofónica, no andaría con esas crisis. Y me queda clara también la responsabilidad de los magufos mediáticos en ello. 

Saludos

javier armentia