Típica observación a la que Dawkins
responde de maravilla con la comparación de un caniche con su ancestro de menos
de 10,000 años (que los biologos de la lista me corrijan en este punto). Si una
especie de perro-lobo se puede convertir en un caniche en menos de 10,000 años,
¿Qué no puede ocurrir en 100 millones de años?. Es el argumento de la
incredulidad (aunque claro...si uno es creyente) y de la no asimilación de
las escalas de tiempo implicadas.
Típica falacia de calcular la probabilidad
de un proceso que ha ocurrido por azar. La evolución es una combinación de azar
(mutaciones)+selección natural.
Buena observación. A veces los creyentes se
olvidan de tenerlo en cuenta. La evidencia (si la hubiese) de inconsistencias en
la teoría de la evolución no implica necesariamente la existencia de Dios.
Ahora, la explicación evolutiva de la vida en la tierra sí que hace menos
plausible la existencia de cualquier divinidad que nos haya hecho a su imagen y
semejanza. En otras palabras, la evolución no es teleológica.
Lo que sería obviar el mayor logro de la
teoría de la evolución: conseguir una forma de explicación no teleológica.
Desgraciadamente la física por ejemplo está plagada de explicaciones
teleológicas: por ejemplo los principio de mínima acción. Parece ser que es
defícil dar esquinazo a las explicaciones teleológicas. De hecho, incluso cuando
uno enseña biología es imposible evitar el lenguaje teleológico (Este
órganto ha evolucionado de esta forma para que tal organismo consiga...,
etc). Debe ser que nuestra precaria mente sólo entiende el mundo a base de esto
es así porque pretende conseguir esto o aquello.
un saludo
Pedro J. Hernández
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