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[escepticos] "Venus detectado en un radar".



Manuel Borraz sobre un famoso perseguidor de platillos volantes.
Saludos.
Ricardo Campo.
www.anomalia.org
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El boletín "Desclasificado" nº 2, accesible on-line en las páginas de la web < http://www.mundomisterioso.com >, incluye un extenso artículo de Bruno Cardeñosa titulado "Venus detectado en un radar". El texto gira en torno al caso de los pilotos de un Mirage de la Base Aérea de Manises que observaron un OVNI el 23 de septiembre de 1973, y considera intolerable que el expediente oficial desclasificado a principios de los noventa viniera acompañado de un diagnóstico muy concreto: los pilotos habrían visto el planeta Venus. La música de fondo es la habitual en este tipo de diatribas: "...nuestras autoridades procuran engañar a la población, mantenerla alejada de la verdad, pactando con la mentira, la falsificación y una serie de individuos que parecen tener un oscuro interés por colaborar con las autoridades en la negación del fenómeno OVNI... nuestro gobierno ha tratado de ocultar la auténtica realidad que trasmiten nuestros expedientes X".

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Lo que no sabe Cardeñosa es que la verdad es aún mucho más horrible de lo que se imagina. Si mi memoria no me falla, fue mucho antes, hacia 1980, cuando pude conseguir la información militar sobre el caso. Y -supongo que ahora puedo decirlo- fue pagando. Dinero en mano, no miento. También puedo revelar que la operación tuvo lugar en un mercadillo de ocasión. Aunque luego deduje que ya había pasado por otras manos desde hacía dos o tres años, la documentación venía toda bien encuadernada con unas tapas duras de color rojo donde podía leerse algo así como: "OVNIS: Documentos Oficiales del Gobierno Español". Debajo figuraba el nombre del informador, del que por ahora sólo puedo dar las iniciales, J. J. B. También podía leerse "Plaza & Janés" en una esquina. Editorial, lo llaman.

La horrible verdad es que un ufólogo civil había añadido a aquellos documentos sobre el caso algunas páginas de preguntas retóricas y otras sobre asuntos que no venían a cuento, sin profundizar en un análisis del incidente. Pero no fue hasta 1987 cuando se me ocurrió hacer algunas verificaciones elementales. ¿Qué podía ser aquella "estrella" de la que sospechaba el Juez Informador, por haber llamado la atención a otros pilotos durante aquellos días, en circunstancias similares? Curiosamente, los cálculos ponían en evidencia que Venus estaba allí. Dándole vueltas al asunto, la única conclusión que me parecía razonable era considerar que el OVNI había sido Venus. Y ahora viene lo más fuerte. Sé que cuesta creerlo pero es así. Había llegado a dicha conclusión sin la más mínima presión por parte de personal militar, ni de agentes de inteligencia, ni de "hombres de negro", ni siquiera de familiares, amigos o conocidos, y ¡sin recurrir a ningún tipo de manipulación de los datos! Posteriormente supe que otros que habían examinado el caso eran de la misma opinión.

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Volviendo al presente, no voy a detenerme a rebatir los argumentos que esgrime Cardeñosa en su artículo en contra de esta hipótesis, por la sencilla razón de que YA SE HA HECHO. Remito al trabajo "Mirage III rumbo a Valencia", escrito en colaboración con V. J. Ballester Olmos y J. Plana Crivillén, y publicado en "Cuadernos de Ufología", nº 22-23 (3ª época, 1998).

Por cierto, muy buena su ocurrencia de atribuírlo a los "tres" miembros de la "trama civil anti-OVNIs": Plana, Crivillent [sic] y Ballester... También podría haber citado a un tal Olmos.

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Enfin, por último, me temo que hay algunos conceptos que no acaba de tener claros. Veamos.

Dice el expediente:

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"… Al llegar a 14 NM y sobre el radial, dicho avión comunica a GCA que el objeto no identificado se desvía hacia la izquierda dirigiéndose a la línea de costa; en ese momento se observaba en la pantalla un eco parásito que se dirige a la línea de costa desapareciendo inmediatamente".

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Y dice Cardeñosa, tras destacar que el OVNI fue finalmente detectado y no podría entonces ser Venus::

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"Pero el MOA se lavó las manos arguyendo que el eco no identificado era -como dice el escrito del controlador- parásito, dando por supuesto que esa calificación equivale a falso. Y he aquí la primera "falsedad" en el expediente desclasificado. En términos aeronaúticos se entiende por parásito lo siguiente: "Perturbaciones o ruidos, de origen industrial o atmósférico, que interfieren en comunicaciones radioeléctricas". Pero Enrique Rocamora, faltando a una fraseología especializada que conoce a buen seguro, engaña al sobreentender falso como parásito.

La definición que he ofrecido es bien reveladora. Un parásito existe y está ahí si la pantalla radar lo detecta. Y tiene dos posibles orígenes: atmosférico o industrial. La primira probabilidad, debido a su repentina aparición, veloz desplazamiento y condiciones meteorológicas, queda fuera de lugar. Por lo tanto, es de suponer que en este caso el parásito era "industrial". Es decir, un objeto sólido desplazándose a una vertiginosa velocidad. El OVNI, "invisible" para el radar, en la primera parte de la observación, estaba ahí. Y punto".

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En efecto, un eco "parásito" es un eco real. Pero no un objeto real. Imaginemos por ejemplo que la señal del radar se refleja por unos instantes en un avión y, a continuación, en un vehículo en tierra, retornando reflejada de nuevo por el fuselaje del avión. Puede que aparezca momentáneamente en la pantalla de un radar primario un débil blanco fantasma más allá del avión en una posición donde no habría nada.

Por otro lado, un parásito de origen industrial no es precisamente "un objeto sólido desplazándose a una vertiginosa velocidad". Lo de "industrial" no se refiere a navecillas fabricadas en serie en un polígono industrial de Ganímedes... De hecho, no se refiere a objetos sólidos. Se trataría de perturbaciones ("ruido", interferencias...) ocasionadas por la actividad humana (motores, equipos de comunicaciones, etc.).

Manuel Borraz, febrero / 2002