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Re[2]: [escepticos] conspiranoicos
Tuesday, May 28, 2002, 5:54:56 PM, you wrote:
MV> soy un absoluto lego en este tema y, con la guerra memética que hay
MV> desatada, estaría bien que alguien con competencia en la materia nos
MV> lo aclarase, pues aparentemente la razón científica está vez SI está de
MV> parte de los investigadores de Berkeley, y por tanto del gobierno mexicano
MV> y de los numerosos grupos ecologistas y sociales que denunciaron el
MV> hecho...
MV> saludos
Hola, he estado unos días ausente y no pude contestar a estos
mensajes. Conozco los nuevos datos de Quilst y Chappella, ya que
se publicaron junto con la refutación del editorial de Nature y
las críticas al trabajo original.
Al respecto, creo que la evidencia científica no está de parte de
la tesis de la contaminación, ya que la revista ha rectificado y
otros investigadores siguen cuestionando la interpretación de los
nuevos datos.
Todo este asunto, además, ha revuelto las raíces del sistema y la
ética en el proceder de la revista Nature, ya que los críticos al
trabajo original acusan a Nature de haber actuado de modo
deliberado con la máxima lentitud posible a la hora de procesar y
publica las críticas, y de sólo publicar un extracto de dos cartas
de crítica de las cuatro recibidas, dando además tiempo a los
autores a obtener más datos. La visión de los críticos es que el
artículo original era sumamente pobre científicamente, y sus
conclusiones equivocadas, por lo que no debiera haberse publicado
en un medio con semejante impacto. En internet se publicaron
incluso los comentarios de un referee que revisó el artículo, con
el consiguiente escándalo dado que esto es supuestamente
confidencial. Además, achacan a Nature un proceder oportunista
y amarillista, ya que en un tema con semejante trascendencia
mediática la revisión y publicación de las críticas debiera haber
sido inmediata. El editorial del número de Febrero de la revista
Transgenic Research ya contenía un largo análisis del trabajo de
Quilst y Chapela concluyendo que sus evidencias no eran creíbles.
Debe recordarse, además, que esta actitud de Nature de levantar la
perdiz y luego enmendarla con la boca pequeña ya se ha practicado
anteriormente con otros escándalos de los transgénicos por la
misma revista: el caso de las mariposas monarca (que se publicó en
1999 y se ha ido rectificando posteriormente) y el de la
transferencia de la toxina Bt transgénica al suelo a través de las
raíces de plantas de maiz (también en 1999). Para más inri, Nature
rechazó en el mismo año un artículo anunciando arroz transgénico
enriquecido con provitamina A, un producto biotecnológico que
podría salvar millones de vidas en todo el mundo (ver artículo de
Norman Borlaug en El Escéptico, numero 10). Este artículo se
publicó posteriormente en Science, la rival de Nature, y en
palabras de uno de sus autores "Nature prefirió publicar sobre
experimentos absurdos como alimentar a mariposas monarca con polen
transgénico con Bt"
En el número del 29 de abril de "The Scientist" se publica un
análisis de este debate, que resulta muy ilustrativo, y del cual
he sacado la mayoría de los datos de los que he puesto aquí. Como
se concluye en ese artículo, lo más irónico es que la mayoría de
los especialistas en biología vegetal están de acuerdo en que
algunos transgenes se incorporarán a variedades nativas de maíz
tarde o temprano, ya que la polinización de esta planta se produce
por el viento. Es decir, Quilst y Chapela pueden en parte tener
razón, pero por razones equivocadas. Se cita en este artículo la
moraleja de un miembro de la Unión de Científicos Concienciados
(Union of Concerned Scientists): "La regulación de los productos
de ingeniería genética depende de la buena ciencia. En este caso,
las deficiencias [científicas del trabajo de Nature] debieran
haberse detectado antes de la publicación".
Bueno, pues esto es lo que hay, aunque algo tarde
Marmi