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Re: [escepticos] Comentario sobre la palabra 'plusvalía'



¡Hola!

J.S., el día 06-ago-02 00:51:14 escribías sobre: [escepticos] Comentario sobre
la palabra 'plusvalía'

> Envío directamente a la lista el comentario privado que te mandé, en señal
>de autorización para publicarlo. Más que un error en la traducción, de
>'Mehrwert' como 'plusvalía', creo que se trata de una traducción inexacta,
>por mejorable.

Agradecido. Aunque con bastante retraso, pongo manos a la obra, que lo
prometido es deuda  ;)

>> [....] La famosa palabreja 'plusvalía'  es -en mi opinión- una traducción
>> poco afortunada de 'Mehrwert', que se utiliza hoy frecuentemente en alemán
>> como 'Mehrwertsteuer', abreviado Mwst. = IVA, exactamente. Una traducción
>> moderna de 'El Capital' debería desterrar 'plusvalía' y cambiarla por
>> 'valor añadido'. Siempre en mi opinión, claro. No conozco ni una sola
>> traducción decente, y al castellano, menos.

Dado que voy a escribir sobre el valor de las cosas, antes que nada debo
aclarar lo que entiendo por valor. Todos sabemos que la valoración que hacemos
de las cosas tiene un profundo caracter subjetivo, variable en cada momento y
diferente para cada persona. Sin embargo, también sabemos que existe una
medida objetiva del valor, y esta es "el precio". El precio es la medida del
valor por el que se intercambia un bien con otro: el dinero (entendido como
valor de cambio y unidad de medida del valor).

Al margen de la valoración subjetiva de un bien, que depende de condicionantes
particulares y determina cuanto estaríamos dispuestos a dar por poseerlo, el
valor de mercado (o su medida: el precio de mercado), está determinado
únicamente por la relación existente entre la oferta y la demanda.

Me resultará también necesario referirme a los procesos de especulación y
arbitraje, y de que manera tales procesos son imprescindibles para estabilizar
los precios en los mercados. Ciñéndonos a las definiciones más simples, que
son las que ahora convienen, especular consiste en comprar un bien *cuando*
está barato, para venderlo *cuando* está caro (operamos en un sólo mercado,
en momentos diferentes). Arbitrar consiste en comprar un bien *donde* está
barato, para venderlo *donde* está caro (operamos al mismo tiempo en dos
mercados diferentes). En estos procesos, el operador se embolsa la diferencia
de precio: la plusvalía, o soporta la pérdida: la minusvalía.

Esta clase de negocio es la más simple imaginable, y el aprovechamiento de
tales diferencias de manera ágil es fundamental para la estabilidad de
precios. Cuando el especulador compra por encontrarse los precios bajos,
contribuye a que asciendan. Cuando vende por encontrarse los precios altos,
contribuye a que desciendan. Dada su sencillez, cuando los procesos de
especulación y arbitraje se realizan libremente, los márgenes terminan siendo
muy escasos, las oportunidades pocas, la liquidez muy grande, y los precios
relativamente estables. Dejaré para otra ocasión la discusión sobre las
implicaciones éticas de estos procesos, que sin duda las tienen.

La cuestión se complica cuando procedemos a manufacturar un bien. Elegimos
unas materias primas y las transformamos. Decimos que hemos añadido un valor a
esas materias primas, y por eso hablamos de "valor añadido". Después, sacamos
ese bien al mercado; la oferta y la demanda valoran el bien, y este es vendido
a un precio superior al coste de fabricación más el de las materias primas.

A continuación, nos pelearemos por determinar a quien corresponde dicha
diferencia entre precios. Unos la denominan "plusvalía marxista" y
consideran que su autoría corresponde únicamente al asalariado. Otros lo
consideran un valor "hurtado" al excedente del consumidor, quien debería
pagar únicamente el coste real. Otros consideran que el excedente debe
remunerar la inversión realizada, por el riesgo asumido. Corresponde a otra
discusión decidir cual de ellas es la más racional, para lo cual previamente
conviene tener claras las verdaderas relaciones causales del fenómeno de
"aparición de una diferencia de precios".

A estas alturas, hemos tropezado con una seria paradoja: de manera subjetiva
damos por hecho que, al manufacturar un producto, hemos agregado un valor,
cuando en realidad quien debe llevar a cabo la valoración del bien es el
mercado (oferta/demanda), decidiendo si realmente se ha producido o no dicha
adición. Entra perfectamente dentro de lo posible que el mercado valore peor
una manufactura que las materias primas que la componen. Entonces, no se
habría producido una adición de valor, sino una reducción del mismo.

Puesto que la diferencia entre el precio de compra y el de venta lo determinan
la oferta y la demanda en dos mercados diferentes, *no habiendo relación*
*causal directa alguna con el proceso de fabricación* , el llamado "valor
añadido" es un sofisma. En realidad, no existe tal adición de valor. Lo que
existe es una diferencia de precios en dos mercados diferentes, a consecuencia
de la escasez relativa de la manufactura y la abundancia de las materias
primas que la componen.

En definitiva, la diferencia entre ambos precios *es una plusvalía simple* ,
obtenida por un proceso de arbitraje entre dos tipos de mercados: los mercados
de materias primas y mano de obra por una parte, y el mercado de nuestra
manufactura por la otra. Eso explica porqué las empresas pueden perder dinero,
aún "añadiendo" mucho "valor" a sus productos. Explica también porqué no
existe relación entre el pretendido "valor agregado", el beneficio, y el
precio de venta.

Lo que el fabricante hace es *arbitrar entre dos mercados* : compra materias
primas y mano de obra en un mercado donde abundan relativamente (son baratos)
y, por medio de un proceso industrial, pone estos productos a disposición de
un mercado en el que su oferta se encuentra restringida por la capacidad
productiva, de manera que son relativamente más escasos (y caros).

A medida que incrementa su capacidad productiva, contribuye a incrementar los
precios de las materias primas y mano de obra, además de reducir los precios
de venta de sus manufacturas. Está aprovechando una ineficiencia de mercado, y
cuanto más intente aprovecharla, menor será la diferencia de precios y menos
dinero ganará por unidad vendida (madurará su mercado).

Dicho burdamente, todo manufacturador, industrial o artesano, sería un
arbitrajista/especulador, que vive de aprovechar una diferencia de precios
entre dos mercados. Así, resulta que la inexacta traducción de "El Capital"
tenía, seguramente, más razón que el original, al denominar "plusvalía" a lo
que debió denominarse "valor añadido"  ;)


PD:
Lamento no continuar con los interesantes hilos abiertos sobre estos asuntos,
pero ando mal de tiempo y soy incapaz de seguir el ritmo. En otra ocasión sera
 :)


Salu2 a to2 // Greetings 2 every1  :-)
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