Hombre, es que Brad Pitt era uno de los pocos, pocos austriacos que no
compartían el entusiasmo de su compatriota Adolf con el proyecto del Reich
de los mil años y un VW para cada familia. Un raro, vamos. Y el Dalai Lama
el enemigo del pueblo núm. 1. Si no se les llega a escapar, ya lo hubieran
reeducado como jardinero. Y como sabía idiomas, pues a lo mejor ahora
estaría de 'manager' de alguna de las empresas de la superpotencia
capitalista en que se ha convertido la 'China roja', que vas al híper y todo
está 'made in China'.
Ahí el único héroe era el general chino ese que les pisotea el adorno a los
holgazanes de los monjes. El progreso contra las fuerzas de la ignorancia y
las tinieblas... Pero eso ya quedaba claro en la película...